El plan, poner en caja a las “vacas sagradas”

El presidente Mauricio Macri blanqueó su pensamiento más auténtico. En un discurso de 43 minutos que pronunció ante representantes del poder político y económico argentino, hizo un repaso punto por punto de lo que sus funcionarios vienen deslizando en “off the record” desde que Cambiemos llegó a la Casa Rosada. Un manual de lo que propone para modernizar el país.

Por eso no es sorpresivo el debate de asuntos altamente sensibles que Macri inauguró ayer desde la cúpula del Centro Cultural Kirchner, aunque es un claro indicador de que se siente fortalecido tras la reciente victoria electoral. “Es ahora o nunca”, emplazó en tono dramático y agregó otra frase que, en rigor, pareció dirigida a él mismo: “Ya no hay excusas para no animarse”, advirtió.

En tren de sinceramiento, el Presidente enumeró entonces una catarata de reformas que a su juicio son necesarias para que el país comience a funcionar en un plano de normalidad. “Cada uno desde su lugar puede contribuir a bajar el gasto público”, dijo frente a gobernadores, legisladores y al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, todos con responsabilidades presupuestarias.

Según pudo constatar EL DIA en el CCK, esa es la preocupación más urgente de Macri: bajar el nivel de gasto del Estado, para lo cual pidió trazar “una línea de austeridad para lo que viene”. Y contra la marejada de la corrección política tradicional, habló de la superpoblación de gremios, obras sociales y plantas estatales infladas. Apuntó contra las legislaturas y las universidades.

Hasta se atrevió a plantear un problema que siempre estuvo en boca de los especialistas, pero que sólo se comentaba en voz baja: “El sistema previsional no es sustentable”, alertó el jefe de Estado sobre una de las “vacas sagradas” de la política nacional. Esa reforma será ardua y llevará no menos de tres años. Mientras tanto, el Gobierno aclaró que no recortará jubilaciones y pensiones.

En lo inmediato, la administración de Cambiemos espera acordar con los gobernadores y buena parte de los bloques opositores en el Congreso -a excepción del kirchnerismo y la izquierda- una serie de modificaciones a la estructura impositiva y al reparto de la coparticipación, lo que incluye la constitución de un nuevo Fondo del Conurbano para compensar a la provincia de Buenos Aires.

Hasta se atrevió a plantear un problema que siempre estuvo en boca de los especialistas, pero que sólo se comentaba en voz baja: “El sistema previsional no es sustentable”, alertó el jefe de Estado sobre una de las “vacas sagradas” de la política nacional

De hecho, según pudo saber este diario, ayer por la tarde hubo una reunión a puertas cerradas entre María Eugenia Vidal y los ministros Rogelio Frigerio y Nicolás Dujovne en las oficinas centrales porteñas del Banco Provincia. El encuentro tuvo lugar después de que la Corte Suprema dejara trascender que aguarda una “salida política” ante la demanda del Gobierno bonaerense.

Por lo cual, se viene una semana decisiva para la Gobernadora en su intención de fortalecer el presupuesto provincial. Mientras tanto, sus colegas opositores del interior del país volverán a reunirse en unos días y recién la semana próxima serán recibidos por Macri en la Casa Rosada. El Presidente les deja así en claro que la agenda es una atribución política del Gobierno central.

En la misma sintonía, el mandatario dedicó un párrafo a delimitar el contexto político en el que lanzó su plan de reformas estructurales: “los argentinos ya decidieron que quieren vivir en una democracia republicana”, señaló. Y llamó a las fuerzas políticas a “demostrar que se puede ganar elecciones con decencia”. Una bandera que dentro de Cambiemos suele ondear Elisa Carrió.

La diputada de la Coalición Cívica no estuvo ayer en el CCK, pero Macri incorporó su prédica histórica cuando sostuvo que uno de los tres ejes de las reformas pasará por fortalecer “la República y la calidad institucional”. El Presidente profundizó: “Queremos un país donde la corrupción sea intolerable”.

El mensaje pareció aludir a los escándalos de la era kirchnerista.

En ese punto, regañó a las provincias que aún no sancionaron una Ley de Ética Pública, así como en el terreno económico reclamó que aprueben la nueva normativa de riesgos del trabajo (ART). En el campo laboral, cuestionó los “excesos de litigiosidad” y dijo que el objetivo de su gestión es que se cree empleo formal privado, como una forma de desinflar los elevados índices de pobreza.

En el mapa de reformas que empezó a bosquejar Macri no hubo reclamos ni tan solo sugerencias para los empresarios, sino que por el contrario hizo un pedido expreso para que se les reduzca la carga tributaria

Aunque jugó al misterio -tal vez con la intención de no levantar polvareda antes de tiempo- al comentar que el Gobierno se reserva por ahora “los instrumentos” mediante los cuales buscará introducir reformas en el mundo del trabajo. Entre el auditorio que siguió el discurso presidencial estuvieron los integrantes del triunvirato de la CGT, Héctor Daer, Juan Schmid y Carlos Acuña.

La semana próxima será el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien dará las primeras definiciones al respecto. En el mapa de reformas que empezó a bosquejar Macri no hubo reclamos ni tan solo sugerencias para los empresarios, sino que por el contrario hizo un pedido expreso para que se les reduzca la carga tributaria, especialmente a aquellos que están vinculados al aparato productivo.

De todos modos, el anunciado gravamen a la renta financiera incomodó al mercado bursátil porteño y la suba del impuesto inmobiliario en la Provincia y en otros distritos molestó al sector rural, ambos aliados de Cambiemos. Pero Macri no pareció darse por aludido: “En el camino del gradualismo hay gente que no puede esperar; hay cambios que deben acelerarse”, avisó.

Y advirtió que para que esos cambios se concreten, todos los sectores deben “ceder algo”. Sin embargo, no debe esperarse que Macri haga una convocatoria a un “gran acuerdo nacional”, con todos los actores sentados a una misma mesa, sino que fomente el diálogo sectorial. Como dijo su principal intérprete, Marcos Peña, se abre ahora un tiempo para “ir a las cuestiones concretas”.