El Ejecutivo induce al Banco Central a bajar las tasas de interés

Por MARIANO SPEZZAPRIA
@MsSpezzapria

La imagen resultó fuerte porque ambas partes la habían evitado durante los últimos dos años. Pero el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, se mostró finalmente ayer junto a tres ministros de la administración de Cambiemos en la propia Casa Rosada, resignando, al menos desde lo visual, algo de la independencia y la autarquía que requiere la institución que conduce.

Aunque en lo discursivo, Sturzenegger se encargó de aclarar que será la autoridad monetaria la que fije los plazos y las condiciones de oportunidad para tomar decisiones derivadas del cambio de las metas de inflación para el trienio 2018-2020. Esto es, la consecuente baja en la tasa de interés de referencia, ubicada en 28,75% a corto plazo y objetada por sectores políticos y económicos.

Esos cuestionamientos no parten sólo de la oposición, sino que también comenzaron a escucharse en el interior de la propia coalición oficialista Cambiemos. En el Congreso, desde la diputada Elisa Carrió (Coalición Cívica) hasta el senador Ángel Rozas (UCR) encendieron en los últimos días luces de alarma por los efectos contractivos de la política monetaria sobre la actividad económica.

Ante una pregunta de EL DIA, el jefe de Gabinete, Marcos Peña –que estuvo sentado al lado de Sturzenegger en la conferencia- afirmó que el criterio del Gobierno es “corregir lo que haya que corregir”, pese a lo cual negó que haya internas en el oficialismo por el rumbo económico. En todo caso, las diferencias más visibles parecen estar entre el equipo económico y el Banco Central.

De hecho, el anuncio de la modificación de las metas de inflación estuvo a cargo del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y no del presidente del Banco Central, algo que Sturzenegger habría reprochado a Peña antes y durante la exposición pública de las medidas. En compensación, la autoridad monetaria se garantizó una gradual reducción de las transferencias al Tesoro Nacional.

Ese punto fue especialmente destacado por Sturzenegger, quien sostuvo que su objetivo es llegar a tener 15 puntos del Producto Bruto Interno en reservas internacionales, que llegan ahora a 56.000 millones de dólares. Pero quedó claro que el jefe del BCRA ayer jugó de visitante, como él mismo se encargó de visibilizarlo: “El Poder Ejecutivo planteó un sendero alternativo”, blanqueó.

Pero de inmediato advirtió: “Para que el Banco Central pueda cumplir con sus metas, necesita que el Ejecutivo no le pida plata”. En la misma línea, informó que este año las transferencias al Tesoro rondaron los 150.000 millones de pesos, una suma altísima comparada con los 30.000 millones que hubieran correspondido si las operaciones se realizaran en base a la práctica internacional.

En ese plano es donde más dudas se abrieron ayer sobre la imagen del BCRA en un contexto de independencia menguada, dado que la impresión generalizada tras la conferencia en la Casa Rosada fue que el Gobierno encontró finalmente un mecanismo para inducir a Sturzenegger a bajar la tasa de interés, algo que no había logrado en su momento el ex ministro Alfonso Prat Gay.

El alineamiento del Banco Central con la política económica del Gobierno nacional era algo que el presidente Macri había tratado entre algodones, actuando como un paraguas de contención para Sturzenegger, pero ahora resulta evidente que el ala política de Cambiemos impuso su criterio, tal vez alertada por indicadores preocupantes, como el elevado déficit comercial y los saltos del dólar.