La avioneta no aparece y el caso cumplió una semana de misterio

Tras una semana de búsqueda infructuosa por parte de organismos aeronáuticos, civiles y fuerzas de seguridad, la desaparición del avión Mitsubishi con tres personas a bordo tras su despegue el lunes pasado desde el aeropuerto de San Fernando se convierte cada vez en un misterio mayor. Mientras continuaba ayer el operativo de búsqueda en medio de condiciones climáticas desfavorables, la hipótesis de que la nave habría caído en el agua parece ser a esta altura la de mayor probabilidad.

Si bien se había especulado con la posibilidad de que el piloto hubiera resuelto cambiar el plan de vuelo y hasta con un posible secuestro, las autoridades de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), el organismo que coordina el operativo de búsqueda, reconocieron que barajan la posibilidad de un accidente como hipótesis principal de lo que pudo ocurrir con el avión.

“La principal hipótesis es que el avión tuvo algún accidente, pero no es la única. Hasta poder conseguir pruebas de que esto ocurrió, es un avión que está perdido, que seguimos buscando dentro del servicio de búsqueda y salvamento”, dijo ayer a la mañana el director de la ANAC, Juan Pedro Irigoin, al señalar de que “no hay indicios” de que la aeronave haya “cambiado la dirección”, ya que “estaba cumpliendo el plan de vuelo hasta que perdió contacto con la torre de control”.

“Seguimos trabajando en la zona con todos los elementos que tenemos. Aunque si hubiese sido un accidente y hubiera caído en el agua estaríamos con dificultades para encontrarlo porque podría haberse hundido”, reconoció el funcionario, quien explicó que es “un avión compacto, fuerte”, por lo que “bien podría haberse hundido entero, sin desprendimientos”.

Por otra parte, si bien el avión contaba con un baliza denominada ELT (Emergency Locator Transmitter) que se activa para localizarlo cuando cae en tierra; en caso de estar sumergido su señal podría no ser captada por los radares.

A una semana de búsqueda, lo único seguro es que el turbohélice bimotor, propiedad de la empresa agropecuaria Aibal S.A, salió el lunes pasado a las 14.30 del aeropuerto de San Fernando, en el norte bonaerense, con un plan de vuelo por el que estimaba llegar a las 18.30 a Formosa. Y que seis minutos después de haber despegado, tras volar apenas 17 kilómetros, desapareció de los radares del aeródromo de San Fernando y los aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza. Desde entonces no sabe nada mas de él.

“NINGUNA PISTA”

Angie Barbero, la esposa de Matías Ronzoni, el piloto del avión desaparecido, aseguró ayer que “no se inclina por ninguna pista en particular” y que “intenta estar enfocada en que en algún momento su marido va a aparecer”.

“Desde el cariño se te cruzan mil cosas, pero yo siempre trato de estar enfocada en que en algún momento mi marido va a aparecer”, dijo la joven en declaraciones televisivas.

Consultada sobre el audio difundido la semana pasada que daba cuenta de una conversación entre la tripulación del avión Mitsubishi extraviado el lunes, Angie contó que “lo escuchó pero no le hicieron pensar en ninguna pista particular ni generaron ningún tipo de certeza sobre nada”.

Quien habla con la torre de control en ese audio que se viralizó no es su marido sino el copiloto Facundo Vega y según Angie ese dato no le despierta ninguna suspicacia porque “Matías es quien conoce y tiene más experiencia así que resulta lógico que él se encargue de volar y el copiloto de las comunicaciones”.

Barbero recordó que Ronzoni es piloto privado desde 2012 pero comenzó a trabajar para la compañía agropecuaria Aibal S.A hacía cuatro meses.

“Yo no entiendo de aeronáutica pero él estaba muy preparado, él constantemente me decía que este avión tenía mucha más tecnología que los que había volado antes, que era más grande y estaba más preparado”, dijo.

SIGUEN BUSCANDO

Hasta anoche el operativo de búsqueda, que se concentra en el Delta, había alcanzado más de 400 horas de vuelo sobre distintas zonas, algunas de las cuales fueron recorridas en varias ocasiones por aviones de las fuerzas de seguridad.

Del operativo aéreo continúan participando aeronaves de ANAC, de la Fuerza Aérea, de la Armada, de la Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía Federal, Policía Bonaerense, y de la Fuerza Aérea y la Armada uruguayas, y aeronaves civiles, a las que se sumaron drones para una visualización más cercana de zonas inaccesibles.

La búsqueda se realiza en más de 40 áreas que han sido barridas desde el aire con distintos tipos de aviones, entre los que se destacan aeronaves con radar de superficie, helicópteros con configuración de búsqueda y salvamento, y drones con tecnología de cámaras multiespectrales.