Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Toda la semana |PERSONALIDADES

Harry y Meghan: Inglaterra los rechaza y Estados Unidos los ama

Más allá de las repercusiones que generó en la realeza británica la entrevista que Oprah Winfrey les hizo a los duques de Sussex, sorprende la reacción de la opinión pública norteamericana, que adoptó amorosamente a la pareja

Harry y Meghan: Inglaterra los rechaza y Estados Unidos los ama

Una imagen de la entrevista que Oprah Winfrey les hizo a los duques de Sussex

14 de Marzo de 2021 | 09:32
Edición impresa

Quizás sea porque la historia recuerda a la de Wallis Simpson, la mujer norteamericana que en 1936 hizo abdicar al por aquel entonces rey Eduardo VIII del Reino Unido, o simplemente se trate por una cuestión cultural donde los temas íntimos de los personajes públicos interesan al máximo.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que el culebrón que protagonizan los duques de Sussex, Harry Windsor y Meghan Markle, captura la atención de millones de espectadores en Estados Unidos -y otros tantos en Inglaterra y el resto del mundo-. La entrevista que dieron el domingo pasado a la prestigiosa presentadora de televisión Oprah Winfrey -que además es amiga de Markle- tuvo récord de audiencia y obviamente produjo mucha repercusión.

El envío había sido grabado unos días antes y la cadena televisiva había lo promocionado mostrando algunos fragmentos de la charla en la que el hijo de Lady Di habló poco y su mujer fue la protagonista.

Una vez más, el encanto de una norteamericana logró que su amado eligiera con el corazón y decidiera dejar a su familia real, donde las tradiciones han destruido a más de una generación, incluida su madre.

Cuando mediaba el siglo XX el ex rey Eduardo y Wallis dejaron la realeza, la prensa dio una cobertura impresionante al escándalo. La mayor parte puso la carga en Simpson: una estadounidense divorciada que se había tirado al cuello del amado servidor público. Se la tildó de mujer fatal, de trepadora, de ninfómana. Se llegó a decir que había aprendido “antiguas artes chinas” en un burdel de Shanghai con las que había atrapado al rey. La opinión pública respondió de manera similar.

En realidad, había sido el duque quien se empeñó en formalizar su relación. Cuando empezó a quedar claro que la monarquía jamás permitiría que Eduardo se casara con ella estando en el trono, Simpson emitió un comunicado de prensa en el que aseguraba estar dispuesta a retirarse. Pero Eduardo no. “Me es imposible llevar la pesada carga de responsabilidad y desempeñar mis obligaciones como rey tal como quisiera sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo”, declaró en su mensaje por radio del 11 de diciembre de 1936. Quiso hacer hincapié en que había sido su decisión: “quiero que sepan que la decisión que he tomado ha sido mía y solamente mía. Era un asunto que tenía que juzgar enteramente por mí mismo”, dijo Eduardo. A continuación, absolvió a Simpson de cualquier culpa: “La otra persona directamente implicada ha intentado disuadirme hasta el final de que tomara otro rumbo”.

Claro que en ese entonces la información no circulaba como ahora y las instituciones reales no atravesaban la crisis de legitimidad de la actualidad.

Pero además, Meghan no está dispuesta a guardarse nada. Mujer empoderada, no permite que nadie la pase por arriba ni a ella ni a su familia. Y quizás Harry, que vio derrumbarse a su madre, tampoco quiere que una institución para nada democrática y empática arruine su vida.

Tradicionalmente, el Palacio de Buckingham protege a la familia real británica trazando una línea entre lo público y lo formal, por un lado, y lo personal por el otro.

La negativa a comentar sobre lo personal es una interpretación estratégica de la máxima de la familia: “nunca te expliques, nunca te quejes”.

Pero la división entre lo público y lo personal siempre fue un artificio. Los miembros de la realeza se casan frente a decenas de millones de personas, tienen funerales de estado, publican fotos en cumpleaños y aniversarios, y permiten que se conozca una parte de sus vidas privadas a cambio de una cobertura de prensa generosa y tranquila.

Pero esa división, aunque a menudo se ignore, sigue siendo el principio rector de la relación formal de la familia real con el mundo exterior.

Ahora, lo que se ve, y sobre todo con el desmembramiento de la corona inglesa, son las contradicciones que surgen de la mezcla de lo personal y lo público.

Algunas acusaciones clave de la entrevista de los duques de Sussex con Oprah son sobre el comportamiento personal y los comentarios de los miembros de la familia real, y cómo, a través de negligencia colectiva y quizás alguna intención maliciosa, dejaron a Harry y Meghan sin más remedio que irse.

Otras declaraciones consistieron en una terrible descripción de un plantel de trabajadores insensible.

Toda la institución real fue retratada como si nada se hubiera aprendido de los días en los que la princesa Diana, madre de los príncipes William y Harry, estaba viva.

Después de la entrevista, en Estados Unidos se produjo una oleada de apoyo a la pareja

 

La duquesa es una comunicadora formidable y demostró ser una contrincante muy difícil con quien pelear.

Harry condenó a la institución real con la sugerencia de que era incapaz de cambiar, amar y comprender.

La insinuación del duque de que su familia también -su padre, el príncipe Carlos, y su hermano el príncipe William- están “atrapados” en su mundo y que él sentía “compasión” por ellos, fue un puñal cubierto de terciopelo en el corazón de la monarquía moderna.

TEORÍAS CONSPIRATIVAS

Claro que también abundan las teorías donde la malvada de la historia y quien no pudo adaptarse a una vida entre palacios fue la duquesa.

Cuando el príncipe y ella anunciaron su decisión de apartarse de la familia real, The Sun tituló: MEGXIT -es decir, el resultado de unir Meghan y Brexit, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea-. En pocos días, el término se extendió por doquier. Aparecía en los periódicos de todo el mundo y era un hashtag de tendencia en Twitter. Se estampó en tazas, camisetas y carcazas de iPad disponibles en Amazon. Entró en el diccionario: Collins la incluyó en 2020 entre las palabras del año. Obtuvo incluso su propia página en Wikipedia.

En un nivel superficial, “Megxit” no era más que un juego de palabras que, gracias a su aguda combinación de sendos eventos de plena actualidad, había logrado gran caché cultural e incluso cómico. Y, sin embargo, la palabra contenía en sí misma una implicación traicionera: que era Meghan, y solo ella, la culpable de la marcha de los royals.

“El uso del nombre de Meghan se ha entendido en algunos sectores como señal de que la duquesa fue la instigadora de su renuncia”, explicaban desde Collins al diario The Times of London. Justamente este mes, una fuente anónima afirmó en The Times que la duquesa de Sussex habría tenido motivos ulteriores: “quería aparecer como la víctima porque así podía convencer a Harry de que la experiencia era insoportable y no tenían más remedio que marcharse a Estados Unidos”, decía.

Después de la entrevista con Oprah Winfrey, transmitida por CBS el lunes temprano, en Estados Unidos se produjo una oleada de apoyo a la pareja. Comentaristas, periodistas y amigos famosos norteamericanos respaldaron a los duques de Sussex después de que se emitiera el programa.

Sin embargo, en el Reino Unido, donde la entrevista se transmitirá en ITV el lunes por la noche, la reacción fue notablemente diferente ya que varios periódicos sensacionalistas y figuras mediáticas arremetieron contra los Harry y Meghan.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

La reina Isabel II, Meghan y Harry. El vínculo no funcionó

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla