La cuarentena acrecentó los casos de violencia de género

Se acrecientan los casos de violencia de genero por el aislamiento social, desde que comenzó el aislamiento social anunciado por el presidente de la Nación aquel viernes 20 de marzo de 2020, la violencia de genero comenzó una escalada sin precedentes en nuestro país..  

Los datos se desprenden de un informe publicado por la Red de Observatorios de la Deuda Social de Pontifica Universidad Católica Argentina. 

Según los datos del informe realizado comparando el año 2019 con el  2020,  el 5,3 por ciento de las mujeres de 18 años o más, residentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires, declara haber sufrido  al menos una forma de violencia (agresión verbal, amenazas, golpes, empujones, otras formas de violencia física o agresión sexual). En el resto del área urbana relevada ese porcentaje es de 3 por ciento completando para el total de aglomerados urbanos relevados un 4,3 por ciento.

El análisis de los datos ha mostrado que tanto en AMBA como en el conjunto del país los grupos más afectados son: las mujeres en edad central (35 a 59 años), las que conviven con hijos/as menores de 18 años en el hogar, las que han sido madres, las que residen en hogares en situación se carencias (y a mayor cantidad de carencias mayor vulnerabilidad y riesgo) y las que residen en hogares indigentes. 

Las problemáticas de violencia contra las mujeres atraviesan a toda la sociedad. Dos hechos llaman la atención sobre ello: se ha verificado mayor declaración de violencias en los hogares no pobres (en relación con los hogares pobres no indigentes) y también se ha verificado lo mismo entre las mujeres con nivel secundario completo. Este último punto permite hipotetizar sobre la importancia de la educación como un factor de prevención y protección para las víctimas, e incluso, para un cambio cultural a nivel social.

Además, en lo que refiere estrictamente a violencias físicas, una de cada 4 mujeres para el total país, y una de cada 10 mujeres para el AMBA, reside en hogares pobres no indigentes. 
Una vez más y en línea con los hallazgos encontrados en los factores de riesgo, en la población de mujeres que declara agresiones son mayoría las que han finalizado el nivel secundario.

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El particular interés de este informe consiste en describir los factores de riesgo de las mujeres de 18 años y más de ser víctimas de violencias en el hogar, describir los perfiles sociodemográficos de quienes  declaran ser víctimas de violencias, y analizar las implicancias que tienen estas violencias en el bienestar psicológico de quienes las padecen. 

Ello adquiere particular importancia en el contexto de aislamiento social preventivo y obligatorio por la situación de pandemia por COVID-19, ya que las circunstancias del confinamiento potencian los factores de riesgo de violencia doméstica hacia las mujeres, al aumentar el aislamiento y las barreras que dificultan la solicitud de ayuda, el apoyo familiar y/o la denuncia social. 

Desde que se desató el brote de COVID-19, los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo, la violencia en el hogar.

Debe destacarse que tampoco es importante en este informe dimensionar la magnitud del problema, dado que la EDSA es una encuesta extensa y multipropósito y, atendiendo también a la estrategia telefónica y al contexto de aislamiento, es de esperar un subregistro del problema. El objetivo principal estará entonces enfocado en encontrar factores de riesgo, describir perfiles poblacionales y analizar los efectos en el bienestar subjetivo de quienes admiten padecer alguno de los tipos de violencias relevados. 

EL PROBLEMA: LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES EN EL HOGAR 

El abordaje del problema de medición sobre la violencia hacia las mujeres tiene en este informe un recorte particular que remite a la declaración de violencias ejercidas por parejas, exparejas u otros integrantes del hogar declaradas por mujeres de 18 años y más que residen en áreas urbanas durante el período de ASPO. 

En 2020 la EDSA ha registrado la victimización por violencia contra las mujeres durante el período de pandemia en una pregunta realizada a mujeres de 18 años y más: 
¿Podría decirme si durante la cuarentena ha sido objeto de alguno de estos actos por parte de una pareja, expareja u otro miembro del hogar? 

1. Violencia verbal (insultos, acusaciones de infidelidad, descalificaciones, revisar su teléfono/cuenta de e-mail)

2 Amenazas (amenazas de lastimarla a usted, a sus hijos o a otras personas que a usted le importan; amenazas de quitarle a sus hijos/as; amenazas de violencia; amenazas con retirar el apoyo económico) 

3. Violencia física (golpes, bofetadas, empujones, patadas, tiradas de pelo, etc.)

4. Violencia sexual (por miedo a su pareja, tuvo relaciones sexuales sin desearlo; o fue obligada a tener actos sexuales que usted no quería)

El 4,1 por ciento ha declarado haber sido víctima de violencia verbal o amenazas, mientras el 1,9 por ciento ha declarado haber sido víctima de agresión física o sexual. El nivel de victimización registrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires es significativamente mayor al del resto del país (incluidas ciudades grandes, medianas y pequeñas). 

El 5,1 por ciento de las mujeres de 18 años y más, encuestadas en el AMBA, ha declarado haber sido víctima de al menos una forma de violencia durante la pandemia; 5 por ciento declaró haber padecido violencia verbal o amenazas, mientras que 2,3 por ciento declaró haber sido víctima de violencia física o sexual. La pregunta pertinente aquí es si los niveles manifestados se corresponden con una mayor incidencia del fenómeno en AMBA, o si se corresponden con una menor restricción subjetiva a la hora de brindar una respuesta sobre la problemática. 

En el siguiente grafíco comenzando por la descripción del riesgo de las mujeres de 18 años y más, a sufrir violencia física, sexual, verbal o amenazas, por parte de la pareja u otro integrante del hogar, según atributos sociodemográficos individuales, encontramos que el mayor riesgo se encuentra en las que están en edad central (entre 35 y 59 años). Sin embargo, si distinguimos por tipo de violencia sufrida, si bien es este grupo de mujeres en edad central el que declara mayores niveles de violencia verbal o amenazas, son las de 60 años y más las que declaran mayores niveles de violencia física (agresión física y/o sexual). Este comportamiento se verifica tanto para las mujeres del total del país como para las que residen en el Área Metropolitana de Buenos Aires .

Se destaca además que, en el conjunto del país, el 60,6 por ciento de las mujeres que declaran algún tipo de violencias convive con hijos/as de 0 a 17 años en el hogar, un porcentaje muy similar se presenta en el AMBA (58,3 por ciento). Asimismo, y nuevamente para el total del país, 25,9 por ciento de ellas ha sido madre y o bien convive con hijos de más de 17 años en el hogar, o bien los hijos ya no están en el hogar. Este grupo también tiene una presencia similar entre las mujeres que declaran violencias y que residen en la región del Área Metropolitana de Buenos Aires (28,3 por ciento). Paralelamente, y tanto para el total país como para el AMBA, alrededor de un 13 por ciento de las mujeres que han declarado haber sufrido al menos un tipo de violencia durante la cuarentena, no ha sido madre. Nuevamente, este perfil coincide con el de las mujeres que declaran violencia verbal o amenazas, y cambia en la composición de las que declaran violencia física. 

En este grupo la participación mayoritaria la tienen las mujeres que tienen hijos/as mayores de 17 dentro o fuera del hogar,44,9 por ciento para el total país y 51,3 por ciento para el AMBA. A partir de aquí, el total país y el AMBA muestran composiciones distintas: mientras para el AMBA tanto el grupo de mujeres con hijos/as de hasta 17 años en el hogar, como el de las que no han sido madres, tienen una participación similar en el orden del 24 por ciento; mientras que para el total país tiene mayor peso el grupo de madres conviviendo con hijos/as niños/as, y una participación menor el grupo de las que no han sido madres (35,3 por ciento y 19,8 por ciento respectivamente)  

Los casos de violencia familiar revisten particular importancia, ya que no sólo esos niños/as pueden estar siendo también víctimas de violencias, sino porque también, como testigos, pueden sufrir daños emocionales graves, con los cuales cargarán toda su vida. . 

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