Halló en una montaña los restos de su novia, una alpinista perdida en 2020

Esther Dingley era buscada desde noviembre pasado tras desaparecer en un risco de los Pirineos.

Los restos de Esther Dingley, una excursionista británica de 37 años desaparecido en noviembre de 2020, fueron encontrados por su novio, Dan Colegate, cerca del lugar en el que hace unas dos semanas se descubrieron restos del cráneo de la mujer, en los Pirineos, el cordón montañoso que separa a Francia y España. 

Tras haber sido suspendida la búsqueda principios de año, el 1 de julio de 2021 efectivos de la Gendarmería y personal de la Unidad Aérea y el Grupo de Montaña de la Guardia Civil de Benasque (Huesca) habían retomado los rastrillajes sin éxito. La última vez que a Dingley se la contactó con vida fue el 22 de noviembre de 2020 cuando realizaba una escalada en solitario en el Pico de la Salvaguardia, en el Pirineo oscense.

“Ayer, en la tarde del 9 de agosto, el cuerpo y el equipo de Esther Dingley fueron encontrados juntos en los Pirineos, cerca de donde se descubrió un hueso craneal hace dos semanas. El descubrimiento fue realizado por el socio de Esther, Daniel Colegate, luego deincansables esfuerzos de búsqueda por él desde su desaparición”, dijo la organización de apoyo LBT Global en un comunicado.

El hallazgo fue en una zona de muy difícil acceso, por lo que es posible que se necesite un operativo especial con helicópteros para recuperar los restos. La zona conocida como Port Glere también fue el sitio en el quie se halló parte del cráneo. El cráneo fue llevado al laboratorio para su análisis y se confirmó rápidamente que el ADN pertenecía a la británica desaparecida, pero todavía los patólogos están realizando pruebas en el fragmento óseo en un intento por establecer la causa de la muerte. 

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“En esta etapa, un accidente es la hipótesis más probable, dada la ubicación y otras indicaciones tempranas. Se está llevando a cabo una investigación completa para confirmar los detalles que rodean esta tragedia”, explica LBT Global, una organización dedicada a dar a poyo a familias de personas desaparecidas. 

Colegate, que estaba a 130 kilómetros de distancia en una granja francesa, dio la alarma varios días después cuando ella no se presentó a la hora acordada. La pareja estaba en una gira de mochileros por Europa y Dingley estaba en la caminata final de una expedición en solitario de un mes cuando desapareció. 

Ambos se conocieron en 2003 cuando eran estudiantes en la Universidad de Oxford y luego se mudaron a Durham, en el Reino Unido. Y en 2014, luego de un problema de salud de él, los dos se lanzaron a hacer una vida de aventuras por Europa, donde venían haciendo caminatas y largos recorridos en bicicletas 

Hasta la desaparición de Dingley, Colegate venía escribiendo libros sobre sus viajes, mientras que ella reflejaba todas sus experiencias en un blog. 

A pesar de que después de lo desconcertante que fueron las primeras búsquedas sin resultados luego de la desaparición, Colegate nunca bajó los brazos: caminó por los senderos y montañas en los Pirineos sin cesar esperando encontrar pistas que lo llevaran a su mujer. 

La insistencia de Colgate motivó a las autoridades a retomar la búsqueda a inicios de julio. Aunque se barajaron hipótesis de un posible secuestro, el descubrimiento primero del cráneo y ahora del cuerpo descartaron esta idea. 

Según medios locales, los investigadores apuntan a que la mujer sufrió un accidente en medio de su última excursión en noviembre y pudo haber caído por un risco golpeándose varias partes de su cuerpo. Sin embargo, el misterio continúa.