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Espectáculos |Más casos salen a la luz

Trastornos alimenticios en la farándula: los famosos, cada vez más presos de su imagen

Cande Tinelli destapó el debate en torno a los hábitos insalubres a los que lleva una vida en el mundo del espectáculo

Trastornos alimenticios en la farándula: los famosos, cada vez más presos de su imagen

Cande Tinelli abrió el debate

19 de Noviembre de 2018 | 03:46
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Hace algunos días Cande Tinelli revivió una polémica que siempre sobrevuela a la farándula nacional e internacional: ¿por qué tantos famosos sufren trastornos alimenticios? La respuesta parece bastante clara, aunque, a la vez, reveladora sobre las presiones sociales y los efectos que tienen sobre el gran público: trabajar con la imagen es verdaderamente peligroso.

Más aún, en una era donde la imagen está omnipresente: no existe mes, semana, día siquiera, en que los famosos puedan lucir desarrapados, comer hasta desabotonarse el jean, darse un gustito, porque hay cámaras en todos lados. Y ellos viven de la imagen.

La intimidad de esta vida desgarradora la relató la hija de Marcelo Tinelli en su Instagram, recientemente. “No sé si es por que se acerca mi cumple y me pongo más sensible de lo que ya soy, pero sentía ganas de aprovechar la exposición (sin intención de que hagan notas), sabiendo que me siguen muchas adolescentes, para contarles un poco mi historia y dejarles un mensaje a los que lo necesiten. No quiero dar pena con esto”, contó la “it girl” que confesó que tuvo “anorexia y bulimia desde los 15 hasta los 27. Pesando 10 kilos menos que hoy. Cinco años sin menstruar. Caída extrema de pelo. Depresión y mal humor. No poder disfrutar nada. Encerrarme sola. No ver gente. Ataques de pánico y fobia social”.

Cande agradeció el apoyo de su familia para salir de su enfermedad y le pidió a sus seguidoras que “no caigan en esto. Instagram muestra cosas irreales, cuerpos que no existen. No se caguen la vida, en serio. ¡¡¡Es demasiado hermosa!!! Y todas somos hermosas. Con unos kilos de más, de menos”.

Cande terminó, curiosamente, eliminando el posteo que recibió todo tipo de mensajes, desde apoyo a quienes decían que su mensaje era contradictorio, ya que a menudo muestra su cuerpo esbelto en las redes y, de hecho, es modelo de varias marcas, incluida la suya.

Pero el texto despertó una oleada de mujeres que salieron a hablar de sus propios trastornos causados por una vida en la farándula. Vicky Xipolitakis contó que durante una etapa de su vida “tomaba solo agua. Esa fue la única etapa de mi vida en la que se me borró la sonrisa de la cara. Era un cadáver caminando, se te mete como un mal adentro del cuerpo. Si todos hacían dieta, yo hacía más, quería llamar la atención y casi me muero”.

“Me quería poner linda y terminé horrible. Es todo de la cabeza. Llegué a pesar 35 kilos, midiendo 1.70”, reveló la blonda. Más temprano este año, la panelista Mina Bonino había realizado confesiones similares: “Tenía 21 años y no estaba lista para afrontar las críticas e indirectas de las redes sociales y empecé a bajar de peso. Tuve problemas alimenticios y caí en la anorexia. Si medís 1,65 y pesás menos de 48 kg, sos anoréxica. Yo estaba así. Nunca dejé de comer y no caí en la bulimia. Pero mi índice de masa corporal indicaba que padecía anorexia. De un mes al otro bajé 15 kg sin darme cuenta”, dijo la morocha.

LA IMAGEN ES TODO

Son apenas dos casos entre los cientos, que incluyen a celebridades internacionales como Lindsay Lohan, Angelina Jolie o Victoria Beckham, víctimas de un sistema que pone aún más presión sobre ellas, que viven de su imagen, que sobre los ciudadanos comunes; pero a la vez, partícipes en la promoción de estándares de belleza imposible.

Y para nada saludables, además: a raíz de las palabras de Cande, Luisana Lopilato compartió palabras de su hermana Daniela, nutricionista, sobre los trastornos alimenticios.

“Hoy por hoy la aceptación de muchas mujeres y hombres se centra principalmente en estándares de belleza rígidos y riesgosos para la salud”, sostiene el posteo y responsabiliza a las revistas, los mensajes en la vía pública, la televisión y las redes sociales donde se alienta a “ideales de belleza que pueden ser peligrosos para la salud”.

“Te la hago corta: tu salud no es una moda”, sigue el texto, que hace hincapié en que “todos somos diferentes, tenemos contexturas, metabolismos y requerimientos nutricionales distintos, por lo tanto no podes esperar tener el cuerpo de la actriz o cantante favorita, del deportista que te encanta o la modelo del momento”. Las palabras de las Lopilato hacen eco en una época donde, para resistir estas “enfermedades de la imagen” que se vuelven difíciles de combatir en tiempos de Instagram, surgen movimientos como el de la belleza natural y la “body positivity”. Por fin, modas saludables.

“Me quería poner linda y terminé horrible. Llegué a pesar 35 kilos”, confesó Vicky

 

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