Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |SEXO Y PAREJA

Afirman que el sexo con amor es más placentero

Un experta revela los mandatos y prejuicios que existen sobre las mujeres

Afirman que el sexo con amor es más placentero
12 de Mayo de 2018 | 03:43
Edición impresa

El enamoramiento es posiblemente el mejor estupefaciente para el sexo. Decimos “estupefaciente” por la estrecha relación que guarda esta palabra con términos como “estúpido” o “estupendo”, según afirma la sexóloga francesa Valérie Tasso.
Y es que alguien enamorado tiene algo de benditamente estúpido, al ver todo lo que tiene que ver con el otro como indefectiblemente estupendo. En esas condiciones, digamos cognitivas, no es de extrañar que solamos considerar el estar enamorado como una situación que nos coloca un peldaño por encima en la obtención del gozo que se deriva de una interrelación sexual.


Enamorada, una persona se convierte en más atrevida, más empática, menos pudorosa y más contemplativa; más gratificada por el goce del otro y también más entregada y focalizada en la interacción sexual.


 Todas estas condiciones favorecen, sin duda, la satisfacción en el encuentro erótico. “Y tan estupendo es ese encuentro íntimo cuando se está enamorado, que hace que -especialmente algunas mujeres-, hagamos eso tan estúpido de enamorarnos solo porque queremos repetirlo. Y eso, como todas las estupideces, merece una reflexión”.


Deseo y amor han ido inseparablemente asociados en las mujeres, sostiene la especialista. “Sucede que esas características que aporta el enamoramiento cuando tenemos sexo, también nos las proporciona el deseo. Y si bien el enamoramiento puede entenderse como un paroxismo del deseo (algo así como el deseo llevado a su más alta cumbre), éste no necesita del complemento vitamínico del enamoramiento para activarse y desplegarse como un huracán”, afirma.
Si el amor viene, el deseo se lo toma sin hielo; si no, puede funcionar con el mismo arrojo, con la misma valentía. Eso hace que no podamos tener sexo satisfactoriamente sin sentir deseo, pero que sí lo podamos tener sin amor.
Sin embargo, hasta hace no mucho, eso no estaba nada claro, al asociarse indefectiblemente en la mujer el deseo y el amor. Parecía que una mujer, sin sentir amor, no podía gozar de una interacción sexual satisfactoria; sí, quizá podía tener sexo sin amor, “pero no será lo mismo”. O sí.


“Objetivamente, la inmensa mayoría de las mujeres sabemos, porque lo hemos experimentado, que se pueden tener extraordinarios encuentros sexuales desde el afecto hacia el otro que produce el deseo, sin tener que pensar que será el padre de nuestros niños”, sostiene. “El neologismo francés ‘hacer el amor’ puede perfectamente hacerse sin amor… ¿Por qué, entonces, esa insistencia en asociar siempre el mejor sexo al amor?”, agrega


Las mujeres siempre estamos dispuestas


“Las mujeres, las hembras de nuestra especie, tenemos una particularidad que solo compartimos en el reino animal con algunos otros primates superiores. No tenemos estro, no entramos en época de celo, y por lo tanto no se nos desata en determinados momentos puntuales y previsibles una incontrolable avidez por aparearnos”, relata Tasso.


El momento de mayor fertilidad no advierte ni a nosotras mismas de esa situación ni desencadena, por tanto, ninguna sintomatología emocional o un deseo particular. “Nosotras siempre estamos dispuestas; tenemos una predisposición a tiempo completo para poner en práctica erótica nuestra condición de seres sexuados”, dice.
El deseo femenino se puede activar en cualquier momento del día o de la noche, del verano o del invierno. “¿Puede imaginarse alguien lo que esa condición biológica de las mujeres debía y debe suponer para el marco normativo que ordena nuestra sociedad y que veía en la activación del deseo femenino todos los males de este mundo? El horror, el apocalipsis, la perpetua intrusión del diablo”, sostiene la experta.


No podemos tener sexo satisfactoriamente sin deseo, pero sí sin amor.
“Culturalmente, hemos creado a la mujer un celo artificial: su enamoramiento. Lo que legitimaba a la mujer a interactuar sexualmente -y es algo que nosotras hemos aceptado- era la premisa de sentir amor. Fuera de ese marco de legitimación, estaban las golfas, las putas o las histéricas”, confiesa.


Y es que, mientras que una mujer puede tener sexo todos los días de su existencia y con quien quiera, lo que no puede hacer es enamorarse a voluntad todos los días de dicha existencia, agrega. Los “periodos”, las “condiciones”, la “norma” para “desengañar” su deseo y limitar su predisposición estaban así establecidos.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla