Crece la tensión en el Centro en otro operativo que terminó con dos manteros detenidos

Convirtiendo en un escándalo público cada operativo de fiscalización, y apelando a una abierta resistencia que a menudo excede lo verbal, muchos de los vendedores ambulantes que operan en las calles platenses parecen haberse inclinado por el antagonismo franco a la hora de lidiar con el municipio. Durante la jornada de ayer, varias grescas de proporciones terminaron con siete policías heridos, dos puesteros detenidos, calles cortadas y las veredas con signos de haberse convertido en campos de batalla.

Fue uno de los días más turbulentos desde que la Comuna lanzó su ofensiva contra la oferta ilegal de mercadería en la vía pública, a mediados de diciembre pasado. Desde muy temprano, inspectores de Control Ciudadano y agentes de la Policía local salieron en busca de los “manteros”, para toparse con una resistencia beligerante, empellones, forcejeos y gritos desgarradores que procuraron estimular la empatía de los transeúntes.

A cabo de los operativos, siete policías terminaron heridos y uno debió ser hospitalizados. Dos ambulantes fueron demorados, y una camioneta de Control Ciudadano “violentada”, según se indicó desde la repartición con sede en 20 y 50. Concretamente, habrían querido arrancarle una puerta.

La acción arrancó en la zona de influencia de la Legislatura bonaerense. Temprano, tanto que muchos ambulantes ni siquiera llegaron a descargar la mercadería ante la evidente presencia de móviles oficiales. Sin embargo, esto no evitó que ante cada intento de decomiso estallara una pequeña refriega.

Después de un par de horas de relativa calma, cerca del mediodía la temperatura empezó a subir en las inmediaciones de 7 entre 47 y 48. La Policía volvió a la acción, y cuando intervino, de nuevo cobró velocidad la espiral de violencia con empujones, corridas y puñetazos, mientras los peatones tomaban partido y los automovilistas atrapados en el caos manifestaban su desconcierto y enojo con bocinazos e insultos al aire.

De acuerdo con el informe policial, en ese momento y lugar se registraron episodios de “resistencia a la autoridad, lesiones y daño” que tuvieron como damnificadas a las oficiales María José Barrera, Débora Andino, y la inspectora de Control Ciudadano Johana Terminiello. Por estas acciones fueron aprehendidos Sebastián Ruiz Díaz y Karin Leye.

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El parte oficial describe que “cuando el personal de Control Urbano estaba incautando la mercadería y labrando las respectivas actas contravencionales, transeúntes y demás salieron en defensa de los encausados, originándose un gran tumulto con empujones, y como resultado las oficiales fueron golpeadas, como así también las inspectoras”.

A pesar de las recurrentes andanadas de controles, la venta callejera se niega a aflojar e incluso crece en ocasiones puntuales como la previa de alguna celebración, el caso del Día del Padre. La mercadería ofrecida es la de siempre: ropa de abrigo -pantuflas, bufandas, guantes, gorros, joggins-, bijouterie, películas en DVD, frutas, verduras y comida al paso, estuches, billeteras y otras piezas de marroquinería elemental, paraguas, golosinas, accesorios para telefonía celular y banderas.

Los hechos de ayer fueron la continuidad de una ola de resistencia más que vehemente por parte de los manteros. Días atrás, resultaron lastimados un inspector de Control Ciudadano y una agente de la Policía Local, también en la zona de 7 y 47.

Hace una semana, los procedimientos municipales en diagonal 80 entre 1 y 2 también terminaron mal, cuando los manteros senegaleses se opusieron a retirarse del lugar ante la invitación de los inspectores.

TRASLADO A UN PREDIO

Pese a todo, desde la Comuna se afirma que se perseverará en los operativos y que en cuestión de días será habilitado el predio ferial que viene tomando forma en la zona sur de la Ciudad, donde se mudará a unos 400 vendedores que optaron por esa alternativa de reconversión laboral.

Mientras tanto, los inspectores seguirán exigiendo el cumplimiento de los artículos 129, 132 y 133 de la ordenanza 6147/85, vinculados con la obstrucción de aceras y comercialización irregular.

“La alternativa para los feriantes informales es únicamente la reconversión laboral” aclaran en el municipio: “la vía pública está regulada por diferentes normas que no permiten obstruirla ni utilizarla como espacio para la comercialización. En cada procedimiento que llevan adelante los inspectores, de manera pacífica y en primera instancia dialogando, se busca que los manteros o vendedores opten por cumplir la ley, y si lo desean, anotarse en el registro oficial que se está llevando adelante”.

El predio ferial, situado en Los Hornos, es la gran apuesta municipal para intentar torcerle el brazo a la venta ambulante clandestina en las calles platenses y “jerarquizar” su trabajo. Cuenta con dos sectores de venta, uno cerrado -de sesenta metros de longitud por 40 de anchura- y otro al aire libre, donde ya fueron colocados los boxes que alojarán a los vendedores. Además, se instalaron 20 baños y se creó una oficina administrativa.

Estás áreas descubiertas contaran con un alambrado perimetral, estacionamiento para los visitantes, una plaza de juegos y un patio de comidas. En principio, habría unos 400 stands al aire libre y unos 90 boxes en el sector techado.