Identidad, perfil urbano y desarrollo, ejes de un reclamo vecinal en City Bell

“Debatir soluciones para el desorden imperante”. Con esa sencilla y contundente premisa, un grupo de vecinos del Norte platense inició hace un año una movida que fue ganando adhesiones de manera exponencial y hoy se planta ante las autoridades conformada como ONG comunitaria, con el nombre de City Bell Ordenado. Preocupados por algunas señales que arroja el presente, pero más por el futuro, se fijaron como objetivo de hacerse escuchar y establecer algunas pautas para el futuro de las localidades de la zona, vinculadas con la preservación de su identidad y el crecimiento sustentable.

“La idea que nos guió cuando arrancamos con esto fue promover un espacio para que los ciudadanos participen activamente en la vida de nuestra comunidad, buscando cambios y mejoras expresándonos con libertad y respeto” repasa Silvana, una de las mentoras del proyecto: “si logramos que no terminen de destruir City Bell, y nos enfocamos en un crecimiento ordenado, con respeto ecológico y confortable, podremos decir que nuestra prédica surtió efecto”.

El aumento en la densidad poblacional, la construcción “sin control”, los recurrente excesos de velocidad, son los problemas más apuntados, “son parte de una problemática que afecta más a quienes viven en cercanías del centro, pero rápidamente se está extendiendo a todo el pueblo” subraya Silvana: “hace una década éramos 15 a 30 mil, ya somos cien mil.

“El aumento de la población está teniendo impacto sobre la infraestructura y los servicios, que no están preparados y tienen los mismos tendidos de los años ‘60” advierten los autoconvocados: “no queremos que se repita lo que ocurrió en otras zonas, llegando al punto en que es demasiado tarde para corregir los problemas, por lo que le pedimos al Ejecutivo municipal que reconsidere el Código de Ordenamiento Urbano e introduzca las modificaciones que correspondan para garantizar una calidad de vida aceptable a los ciudadanos”.

Los vecinos, que se refieren a las calles usando sus antiguos nombres y abogan por “instalar una señalética propia, clara y sistematizada”, identificaron, en el área comprendida entre el camino Parque Centenario y las calles 14, 465 y 474 -equivalentes a 9, 5 y Carlos Pellegrini en la anterior denominación- 40 construcciones que consideran emblemáticas o significativas; muchas de ellas han sido modificadas.

“No hay presión de agua ni de gas, oscila la tensión, no hay cupo en las escuelas, el tránsito es un absoluto caos y las calles están destrozadas” enumeran desde City Bell Ordenado: “se demuelen las casas históricas para construir, en lotes de 20 por 30, triplex, dúplex y monoblocks, bares, restaurantes y locales de ropa sin respetar ni siquiera los parámetros vigentes, que de por sí ya nos resultan cuestionables. En parcelas donde vivía una familia ahora hay veinte y no hay localidad que lo resista”.

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“Hay un patrón de avasallamiento de la idiosincrasia y la habitabilidad de la zona, dictado por las tendencias inmobiliarias y sin regulación estatal, ante la insensibilidad de las autoridades” advierte Flavia, otra de las integrantes de la comisión de Patrimonio de la joven ONG: “esto va más allá de una cuestión de gustos o preferencias; la falta de fiscalización hace que se pierda superficie de absorción en los lotes, que se talen árboles, y que toda la localidad se vuelva más vulnerable en la infraestructura y lo ambiental”.

“La bicicleta fue un símbolo de City Bell y ya está dejando o dejó de serlo” acota Silvana: “los chicos en particular no pueden andar más, entre autos mal estacionados de ambas manos, o en doble fila, o sobre las veredas, o tapando las rampas para discapacitados y la visibilidad... Es el momento de poner freno a todo eso”.

Las consignas prendieron no sólo en suelo citibelense; las redes sociales ya muestran las páginas de “El Rincón Ordenado”, “Villa Elisa Ordenado”, “Arturo Seguí Ordenado” y “Gonnet Ordenado”. El imparable avance de la mancha urbana platense, mucho más veloz que las mejoras en infraestructura y la adecuación de las normas, les plantea desafíos similares, en diferentes escalas, a todos los ejidos, incipientes o no tanto, situados en la periferia del casco histórico.

City Bell Ordenado no es la única asociación civil que realiza estos planteos. Defendamos Nuestra Identidad (DNI) nació en la misma zona en 2010, y también articula con residentes en Gonnet y Villa Elisa acciones y declaraciones en pos de un desarrollo sustentable. Por caso, meses atrás se rechazó enérgicamente desde esa confluencia vecinal que, recurriendo a “permisos especiales”, se levanten conjuntos de departamentos de dos o tres pisos en parcelas de escasa superficie.

De acuerdo con lo que observó la institución, conformada por vecinos de las más heterogéneas profesiones y ocupaciones, “se construyen varias unidades funcionales pegadas, con frente a la calle y entrada para vehículos cada tres metros, por lo general dúplex con dos habitaciones de no más de cien metros cuadrados cubiertos. Y para hacerlo, se tiran abajo arboledas históricas tanto como ejemplares de la vía pública”.

Tránsito caótico, falta de cupo en las escuelas y falta de agua, algunas de las problemáticas

“Debatir soluciones para el desorden imperante”. Con esa sencilla y contundente premisa, un grupo de vecinos del Norte platense inició hace un año una movida que fue ganando adhesiones de manera exponencial y hoy se planta ante las autoridades conformada como ONG comunitaria, con el nombre de City Bell Ordenado. Preocupados por algunas señales que arroja el presente, pero más por el futuro, se fijaron como objetivo de hacerse escuchar y establecer algunas pautas para el futuro de las localidades de la zona, vinculadas con la preservación de su identidad y el crecimiento sustentable.

“La idea que nos guió cuando arrancamos con esto fue promover un espacio para que los ciudadanos participen activamente en la vida de nuestra comunidad, buscando cambios y mejoras expresándonos con libertad y respeto” repasa Silvana, una de las mentoras del proyecto: “si logramos que no terminen de destruir City Bell, y nos enfocamos en un crecimiento ordenado, con respeto ecológico y confortable, podremos decir que nuestra prédica surtió efecto”.

El aumento en la densidad poblacional, la construcción “sin control”, los recurrente excesos de velocidad, son los problemas más apuntados, “son parte de una problemática que afecta más a quienes viven en cercanías del centro, pero rápidamente se está extendiendo a todo el pueblo” subraya Silvana: “hace una década éramos 15 a 30 mil, ya somos cien mil.

“El aumento de la población está teniendo impacto sobre la infraestructura y los servicios, que no están preparados y tienen los mismos tendidos de los años ‘60” advierten los autoconvocados: “no queremos que se repita lo que ocurrió en otras zonas, llegando al punto en que es demasiado tarde para corregir los problemas, por lo que le pedimos al Ejecutivo municipal que reconsidere el Código de Ordenamiento Urbano e introduzca las modificaciones que correspondan para garantizar una calidad de vida aceptable a los ciudadanos”.

Los vecinos, que se refieren a las calles usando sus antiguos nombres y abogan por “instalar una señalética propia, clara y sistematizada”, identificaron, en el área comprendida entre el camino Parque Centenario y las calles 14, 465 y 474 -equivalentes a 9, 5 y Carlos Pellegrini en la anterior denominación- 40 construcciones que consideran emblemáticas o significativas; muchas de ellas han sido modificadas.

“No hay presión de agua ni de gas, oscila la tensión, no hay cupo en las escuelas, el tránsito es un absoluto caos y las calles están destrozadas” enumeran desde City Bell Ordenado: “se demuelen las casas históricas para construir, en lotes de 20 por 30, triplex, dúplex y monoblocks, bares, restaurantes y locales de ropa sin respetar ni siquiera los parámetros vigentes, que de por sí ya nos resultan cuestionables. En parcelas donde vivía una familia ahora hay veinte y no hay localidad que lo resista”.

“Hay un patrón de avasallamiento de la idiosincrasia y la habitabilidad de la zona, dictado por las tendencias inmobiliarias y sin regulación estatal, ante la insensibilidad de las autoridades” advierte Flavia, otra de las integrantes de la comisión de Patrimonio de la joven ONG: “esto va más allá de una cuestión de gustos o preferencias; la falta de fiscalización hace que se pierda superficie de absorción en los lotes, que se talen árboles, y que toda la localidad se vuelva más vulnerable en la infraestructura y lo ambiental”.

“La bicicleta fue un símbolo de City Bell y ya está dejando o dejó de serlo” acota Silvana: “los chicos en particular no pueden andar más, entre autos mal estacionados de ambas manos, o en doble fila, o sobre las veredas, o tapando las rampas para discapacitados y la visibilidad... Es el momento de poner freno a todo eso”.

Las consignas prendieron no sólo en suelo citibelense; las redes sociales ya muestran las páginas de “El Rincón Ordenado”, “Villa Elisa Ordenado”, “Arturo Seguí Ordenado” y “Gonnet Ordenado”. El imparable avance de la mancha urbana platense, mucho más veloz que las mejoras en infraestructura y la adecuación de las normas, les plantea desafíos similares, en diferentes escalas, a todos los ejidos, incipientes o no tanto, situados en la periferia del casco histórico.

City Bell Ordenado no es la única asociación civil que realiza estos planteos. Defendamos Nuestra Identidad (DNI) nació en la misma zona en 2010, y también articula con residentes en Gonnet y Villa Elisa acciones y declaraciones en pos de un desarrollo sustentable. Por caso, meses atrás se rechazó enérgicamente desde esa confluencia vecinal que, recurriendo a “permisos especiales”, se levanten conjuntos de departamentos de dos o tres pisos en parcelas de escasa superficie.

De acuerdo con lo que observó la institución, conformada por vecinos de las más heterogéneas profesiones y ocupaciones, “se construyen varias unidades funcionales pegadas, con frente a la calle y entrada para vehículos cada tres metros, por lo general dúplex con dos habitaciones de no más de cien metros cuadrados cubiertos. Y para hacerlo, se tiran abajo arboledas históricas tanto como ejemplares de la vía pública”.

Los vecinos se refieren a las calles usando sus antiguos nombres y numeración

Tránsito caótico, falta de cupo en las escuelas y falta de agua, algunas de las problemáticas