VIDEO.- Piñas, patadas y sillazos entre alumnos en las inmediaciones del Normal 1
VIDEO.- Piñas, patadas y sillazos entre alumnos en las inmediaciones del Normal 1
Se movilizan en La Plata familiares de las víctimas por fentanilo adulterado
Tras el triunfo en el balotaje, Kast visitará mañana a Milei en Casa Rosada
Estudiantes por el Trofeo de Campeones ante Platense: horario confirmado y venta de entradas
El extenso y duro comunicado de la AFA contra el Gobierno tras la denuncia en Conmebol
VIDEO. Despedida "tumbera" en el Cementerio de La Plata: "cortes" de motos y ruido infernal
El descargo de Ángel Di María tras los posteos contra Estudiantes y Verón: "Caretas y vendidos"
Araceli González defendió la reforma laboral de Milei: qué pyme tiene
Promociones con precios increíbles para los suscriptores de EL DIA
Argentina ya no es lo que era para las firmas internacionales de supermercados
El mega proyecto de OpenIA en Argentina: el impacto y el mapa de los data center
Las remeras del Pincha, del Lobo y de Boca, no pueden faltar en el arbolito
Viaje de terror en La Plata: denuncian por abuso a un chofer de app
ARCA actualizó las escalas del monotributo: cómo quedó cada categoría
Uno por uno, todos los ganadores del Martín Fierro del Streaming
Los médicos de La Plata levantaron el corte de servicio al IOMA
Debuta el nuevo Concejo local para autorizar la licencia estival de Alak
Títulos secos, con tasas negativas en los plazos fijos y la búsqueda de reservas
VIDEO. La noche se volvió una amenaza en barrios golpeados por el delito
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
La cuentista y novelista explora en “Las horas cantadas” el territorio de la poesía para resignificar el arte de la contemplación
ADRIÁN FERRERO
Disimula muy bien su histórico y primordial oficio de narradora, como cuentista y novelista, María Elena Aramburú en este libro de poesía. Pero sin embargo nos brinda una clave de lectura precisamente para pensar este poemario desde un lugar interesante que, ahora sí, define su identidad de escritora total.
Un paratexto, más precisamente un epígrafe de Antonio Machado que abre como pórtico el libro, dice: “Canto y cuento es la poesía/se canta una viva historia,/contando su melodía”.
Estos versos son condensación y síntesis entonces de una vocación, además de desmentir por completo algo que yo también pienso: el narrar es una forma de la música porque una narración se entona según una cadencia, un ritmo, una voz con un cierto registro, una cierta temperatura y un tono íntimo o público pero que también define una pertenencia social de la lengua poética a un origen, a un contextos social o remite a un uso. Por el otro, todo poema refiere la historia de una voz. Además del contenido que, eventualmente, esa voz pueda narrar, dato que tampoco es resulta conveniente desdeñar y que no resulta anecdótico. De modo que esta falsa dicotomía en la que a los poetas y a los narradores se los distingue por lo que aparentemente tienen de distinto, en verdad, nos dice María Elena Aramburú de modo inteligente, constituye una falacia. Se canta narrando y se narra cantando. El principio de la voz y su tono es lo que define y dicta, en definitiva, que estamos hablando siempre de literatura o, en todo caso, de poética.
Pero ¿qué alberga este Las horas cantadas? Las horas del día, de modo a mi juicio tan solo superficial. Pero también la ilusión de segmentar el tiempo según un calendario o un reloj. Poniendo en entredicho la arbitrariedad de la convención y, por lo tanto, la arbitrariedad del signo. Y del tiempo mismo, en tanto que referente inconmensurable, es recuperado de modo primordial. Por el otro, centraliza el poemario a partir de otra clave de lectura: esa misma temporalidad unificada y negada en su atomización. Un libro estará integrado por partes, pero, precisamente, habrá una integración que, en definitiva, organiza los matices: la luz que emite el sol, el frío o el calor, las rutinas, las ceremonias a las que nos entregamos en unos y otros momentos de la jornada. Y habrá pausas. Sobre todo para dormir, instancia en la que el tiempo, lo sabemos, queda abolido. El sueño y el insomnio, los ruidos por la noche y lo que despierta (precisamente) son otra zona del libro que es de un alto voltaje semántico porque pertenece prácticamente al orden de lo fantasmático que urden fantasías malignas.
Las horas del día bien pueden metaforizar las estaciones de la propia vida
LE PUEDE INTERESAR
A clase con Borges
LE PUEDE INTERESAR
El año de la rata
Es un libro crepuscular, pero no por la edad de la autora sino por su talante. Suerte de balance de lo más reciente de una vida, pero que metonímicamente remite extensivamente a la totalidad. Para desmalezarla. Es también un ajuste de cuentas con la experiencia vivida. Las horas del día bien pueden metaforizar las estaciones de la edad: niñez, adolescencia, juventud, madurez. ¿Agregaría vejez? No lo creo. Alguien que escribe libros como este acude a una jovialidad contundente que empapa todos los contenidos del libro, además del lujo mismo de sus versos, por cierto sin alardes pero de una fortaleza que parece de acero. Son versos literalmente indestructibles.
Así, en zonas condensadas, María Elena Aramburú evoca amores, uno definitivo por cierto, distante pero indefectible, fulminante. Otros más efímeros. En tono elegíaco traza el dibujo complejo de la soledad, que permite los libros además de la rutina de los leños del hogar: el arte de la contemplación. Pero que ahuyenta la compañía y la inminencia de otros cuerpos.
Para finalizar, agregaría que si cantar y contar son uno y el mismo oficio, cada sección del libro será la de una novela. Cada capítulo un cuento. Habrá un narrador o narradora que jugará con todas sus máscaras, de la omnisciencia al protagonismo, de la primera a la tercera persona, del punto de vista a la representación mimética, del género masculino al femenino. Y descubriremos, en una claridad feliz, que María Elena Aramburú ha escrito “La novela la poesía”, para acudir de modo elocuente al acertado título de un libro de la poeta argentina Tamara Kamenszain.
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$690/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$530/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí