Tironeos en el oficialismo por los subsidios y el nivel de gasto en el Presupuesto

En los próximos días, el ministro de Economía, Martín Guzmán, deberá defender ante el Congreso su proyecto de Presupuesto 2022, que cosecha tanto críticas oficialistas como opositoras. Porque si en el Frente de Todos le reprochan los recortes en el gasto y la baja de subsidios -o el aumento de tarifas-, en Juntos por el Cambio juzgan como “poco realista” la meta de inflación del 33 por ciento prevista para fines del año que viene.

De manera que la ley de leyes de Guzmán está, a estas horas, bajo el fuego cruzado de las dos principales coaliciones del país. No por casualidad, el funcionario tendrá reuniones privadas con dirigentes de su propio espacio, como Máximo Kirchner y Sergio Massa, y después con los titulares de bloques de la oposición. Recién entonces empezará el recorrido por las comisiones, en principio la de Presupuesto y Hacienda, que preside Carlos Heller, quien ya anticipó cambios a la propuesta de Guzmán.

Esa iniciativa plantea una reducción de fondos para subvenciones, que pasarían de 2,2% a 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI). También, una reducción del déficit primario hasta el 3,3% del PBI, una inflación de 33 por ciento, un dólar promedio a 131 pesos y un gasto en subsidios energéticos que equivaldría al 1,8% del PBI, aunque podría reducirse a 1,5% si se lleva adelante el esquema de segmentación de tarifas. Puntualmente este es el capítulo que más tironeos genera con sectores del kirchnerismo, que ven en la crisis económica y la reducción del gasto el principal motivo de la derrota electoral en las PASO. Frente a ello, lo que piden es una mayor expansión del gasto y evitar el “ajuste fiscal”, como reclamó a viva voz la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en su carta pública tras la debacle en las primarias y en medio de la crisis interna que sacudía al Gobierno.

Para Guzmán, “reducir el déficit no implica ajuste ni reducir el gasto” y eso es lo que se propone defender ante las principales espadas del oficialismo.

Con ese telón de fondo, el tratamiento del Presupuesto 2022 llegará embebido de una tensión pocas veces vista. Pues cuando Guzmán lo giró al Parlamento, hace unos diez días, hacía poco que el Presidente asistía a la presentación de una ola de renuncias por parte de su gabinete. Y el nombre del propio Guzmán sonó fuerte en esas horas como uno de los posibles eyectados del Gobierno. Finalmente sobrevivió y ahora tendrá que defender la ley de leyes en medio de un profundo debate interno.

La política tarifaria y el nivel del gasto público emergen entonces como las principales fuentes de conflicto.

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Críticas oficialistas y opositoras

“No se puede prever matemáticamente cuál debería ser el aumento (tarifario), pero también tiene que ver cómo está la sociedad. Uno no puede actuar en base simplemente a cuentas matemáticas. El Presupuesto enviado al Congreso se discutirá”, anticipó ya el jefe del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner. Su socio de La Cámpora y ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, sumó presión días atrás cuando en puro criollo dijo que “estamos en un contexto que no nos permite amarretear frente a la necesidad de la gente”.

Para acercar posiciones antes de que el Presupuesto recorra su habitual camino legislativo, Kirchner, Heller y Massa tienen previsto reunirse con Guzmán en los próximos días. Aunque la fecha está por confirmarse. Después, como se dijo, será el turno con la oposición, que dirige uno de sus dardos a la “irrealizable” meta del 33 por ciento de inflación. Recuerdan que pare este año el Gobierno había estimado un aumento de precios anual del 29 por ciento y terminó recalculándolo en 45,1 por ciento.

“Las inconsistencias que notamos en el presupuesto 2021 se vuelven a repetir en el enviado para el 2022. Para este año se planteó una inflación del 29 por ciento y terminaremos el 2021 con un porcentaje del 47 por ciento según las expectativas del Banco Central, y peor aún: el mismo Gobierno es quien corrige y proyecta un cierre del 2021 con un 45 por ciento doce meses después. Ahora el presupuesto plantea un 33 por ciento para el año que viene y ninguna estimación de mercado está viendo una inflación menor al 44 por ciento”, advirtió un informe elaborado por los diputados de Juntos por el Cambio (JxC) Víctor Hugo Romero y Alejandro Cacacce.

La oposición y el oficialismo le pedirán también al ministro detalles sobre las negociaciones con el Club de París y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Justamente, la reducción del déficit y los subsidios son algunos de los puntos que reclama el Fondo para llegar a un acuerdo con el Gobierno. Una negociación que, por lo demás, abona a los chispazos dentro de la coalición gobernante.

Con todo, el Presupuesto diseñado por Guzmán contempla un gasto total de más de 13 billones, un crecimiento del 4 por ciento del PBI, inversión en obras públicas y destinar más de la mitad de los recursos a gastos sociales.

También estima que habrá aumentos en el consumo privado del 4,6 por ciento, del consumo público del 3,1 por ciento, de la inversión del 6,6 por ciento, con una mejora de las exportaciones del 7,5 por ciento y de las importaciones del 9,4 por ciento. Estima además una suba del salario real del 3,8 por ciento y un saldo comercial de USD 12.800 millones.

En materia de recaudación impositiva, el Presupuesto 2022 contempla una recaudación total de 15,7 billones de pesos, mientras voceros oficiales confirmaron que no se crearán nuevos impuestos el año próximo y que tampoco habrá una nueva edición del “impuesto a la riqueza”.

“Se vuelven a repetir las inconsistencias del Presupuesto 2021”, critican en la oposición