Gimnasia recuerda los 40 años del ascenso ante Racing

En las finales del Octogonal por el segundo ascenso, derrotó en los dos partidos a la Academia. El 30 de diciembre del ‘84, el Lobo volvió a primera tras cinco largos años

“Cuarenta años, pasó mucho tiempo...parece mentira. Algunos recuerdos los tenemos frescos porque son parte de nuestra historia. Fue una de las mejores cosas que me pasó porque era un pibe y sabía lo que significaba dar vuelta una historia que llevaba algunos años”. El recuerdo del capitán Ricardo Kuzemka es valioso y certero.

Quizá muchos no entenderán semejante importancia a un regreso a Primera. Los que vivieron esos tiempos recordarán el “cuadrangular de la muerte” que determinó el descenso y lo cuesta arriba que fue todo desde el primer partido de 1980 frente a Dálmine en Campana. En el ‘82 estuvo cerca, en la histórica campaña de San Lorenzo en la B. Al año siguiente, fue uno de los peores pero para 1984 llegó Nito Veiga y cambió la historia con muchos de los jugadores que estaban en el club más las llegadas de Miguel Bianculli, Osvaldo Ingrao y Rubén Ramírez (habían ascendido con Chacarita el año anterior), Hugo Molina (de Boca), el arquero Carlos López y el regreso de Eduardo Marasco.

La historia comenzó con un 2-1 a Talleres de Remedios de Escalada en el Bosque. El primer gol de la campaña lo hizo el juvenil Claudio Fernández. “Del partido recuerdo estar convocado, fui al banco y en el segundo tiempo Nito me pone en lugar del Bocha Toledo. Era un partido cerrado y Rabanito López tira el centro, el arquero sale mal y yo lo anticipo al defensor y de cabeza hago el primer gol. Te imaginas para un pibe del club entrar y convertir... ese fue el comienzo de algo que concluyó con volver en un plantel de lujo que creo aún hoy seguiría siendo competitivo. Al final del partido me acuerdo de las notas de los periodistas, mis amigos esperándome para saludarme, mis viejos chochos...”

No todas fueron rosas en la campaña. Antonio Sánchez Astrolog también tiene sus recuerdos: “A mí me toca debutar contra Estudiantes de Buenos Aires y era el más jovencito de todos. Empatamos 0 a 0 y la gente no nos dejó salir hasta las 10 de la noche. El equipo estaba anteúltimo. Después perdimos con Colón (3 a 2 en Santa Fe), vinimos con Quilmes (0-0) y ahí empezó la levantada del equipo. Tenía 19 años y ahí entendí lo que era Gimnasia, la necesidad imperiosa que tenía la gente de estar. Lo que nos tocó vivir fue espectacular, fue un campeonato muy difícil”.

Osvaldo Dario Tempesta cuenta el año casi como en una película. Fue un año muy intenso. Hubo partidos donde debimos salir con la policía del Bosque porque la gente estaba indignada. En el octogonal sufrimos para jugar la final con Racing. Tengo grabado en la mente el gol de Osvaldo sobre el final del partido con Argentino de Rosario, la pelota pega en Belén, desvía en el arquero y entra en el arco en cámara lenta, la explosión en el estadio, es indescriptible el momento. El golpe en la cabeza de Carlos con Defensores de Belgrano donde jugamos sin arquero varios pasajes del partido. Todo fue muy tensionante hasta que conseguimos llegar a disputar la final con Racing. El penal que me hace Squeo en Avellaneda, la ejecución de Ricardo en el arco donde estaba la hinchada de Gimnasia y nuevamente la explosión con avalancha y la locura de la gente, y el regreso a la concentración con la caravana y la gente al borde del Centenario. El partido final con Racing en el Bosque y toda la locura después de conseguir el ansiado ascenso”.

La derrota con Deportivo Morón fue el peor momento del año. Luego, la irregularidad de la campaña, con goleadas a favor (6-2 a Sarmiento, 5-1 a Lanús) y en contra (4-0 con Racing) hasta un quiebre antes del Octogonal: el Lobo perdía en Quilmes 2-0 y lo dió vuelta con goles de Luis Lúquez, Miguel Bianculli y Gabriel Pedrazzi. En el reducido, fue 1-1 con los rosarinos en la cancha de Central y victoria 2-1 en el Bosque con el tanto de Ingrao. En las semis, el rival fue Defensores de Belgrano, con empate 2-2 en el Monumental (el Lobo ganaba 2-0 faltando 10 minutos) y un durísimo 1-0 en la revancha con tanto de Charly Carrió. En las finales el Tripero fue contundente: 3-1 en Avellaneda y 4-2 como local ante el Racing que contaba con los destellos de Miguel Brindisi dentro de la cancha.

Hoy, se cumplen 40 años de aquella victoria en el calor del Bosque con los goles de Ángel Flores, Gabriel Pedrazzi y dos de Carlos Carrió. “Cuando no nos salían las cosas hacíamos la entrada en calor en el triángulo por la avenida 60. Te imaginas lo que fue ese día! Se había desbordado todo, hubo que hacer un cordón policial y aún así el lugar delimitado para hacer los ejercicios se iba achicando cada vez más por la gente”, es el recuerdo de Gabriel Pedrazzi. “Era un equipo humanamente y futbolísticamente, que tenía muchas cosas que no las tiene cualquiera para lograr lo que se logró”, es el análisis de Sánchez Astrolog. Para Kuzemka, “es una de las cosas más importantes que me pasó y bienvenido sea que haya sido en Gimnasia y que todavía algunos se emocionen por lo conseguido. Nos reconforta haber logrado algo importante para ese momento, cuando las cosas no eran tan fáciles. Para los mas jóvenes quizá es algo a lo que se le puede restar importancia, pero para nosostros, para el club, fue importantísimo”.

El Bocha Flores resalta que “fue un gran equipo dentro y fuera de la cancha. Mirá como es que el viernes nos juntamos y éramos casi 20 a pesar de que pasaron 40”.

La reunión fue en la quinta del Profe Rubén Solé. Estuvieron Ángel Flores (fue el asador), Carlos Carrió, Eduardo Marasco, Carlos López, Héctor López, Claudio Fernández, Ariel Ulloa, Guillermo Meling, Norberto Toledo y Guillermo Pantaleo (que ese año jugaron a préstamo en Lanús), Alfonso Dante Roma (estuvo en el Lobo en 1982-83), Alberto Lampugano (administrativo, uno de los motores de los encuentros) y Tiziano Bianculli, el hijo de Miguel, fallecido este año. Además, el grupo “Queremos a Gimnasia” entregó presentes a los jugadores y también se entregaron los diplomas del club que quedaron pendientes del partido contra Talleres de Córdoba cuando los muchachos del ‘84 estuvieron en el Bosque.

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