Renovación y cambio

Estudiantes se reconstruyó dos veces en ocho meses. Tres equipos muy diferentes entre sí compitieron en alto nivel en esa lapso, entre diciembre del año pasado y la actualidad. Dos fueron campeones y otro, el que juega ahora, está disputando con buen suceso en la Liga Profesional, también con varias caras nuevas respecto al que fuera campeón de la Copa de la Liga en mayo último. Veamos los cambios en una formación titular que tiene poco que ver con aquella que levantó el título de la Copa Argentina el 13 de diciembre. El gran protagonista de que no haya perdido potencia no es otro que Eduardo Domínguez, su entrenador.

El mismo DT repitió en cada conferencia de prensa, cuando los resultados no acompañaban luego del receso, que no era fácil armar un equipo nuevo en tan poco tiempo. Un poco por el calendario que propone el fútbol argentino pero también por las necesidades del Club de vender a varios jugadores en cada mercado de pases, una modalidad que se hizo más marcado en los últimos años.

Contra Defensa y Justicia, en la final de la Copa Argentina, Estudiantes formó con Mariano Andújar; Eros Mancuso, Zaid Romero, Santiago Nuñez, Leonardo Godoy; José Sosa, Jorge Rodríguez, Fernando Zuqui, Franco Zapiola; Benjamín Rollheiser y Guido CarrilloDe esos 11, los únicos que sigues en el plantel son el Principito, que no está siendo titular en los últimos partidos y Carrillo, que tuvo que soportar algunas lesiones en los últimos meses y que ahora volvió en todo su esplendor. Los otros nueve se marcharon en diciembre, en mayo o lo están haciendo en este mismo momento como el que esa noche jugó como lateral izquierdo, Mancuso.

La formación que terminó en cancha el día de la final de la Copa de la Liga ante Vélez fue Matías Mansilla; Mancuso, Luciano Lollo, Romero, Gastón Benedetti; Santiago Ascacibar, Zuqui, Pablo Piatti, Eric Meza; Edwuin Cetré y Javier Correa. Cuatro de esos jugadores no están más en el plantel.

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El mérito del Pincha fue haber continuado el nivel de competencia pese a las bajas. No es fácil seguir siendo competitivo con tantos cambios en las formaciones y mucho más cuando los que se van son jugadores muy importantes.

En Matías Mansilla encontró un reemplazante a Mariano Andújar. Fue el cambio que más ruido hizo y el que despertó muchísmos comentarios. Pocos creían que el exCentral Córdoba estaba a la altura. No sólo que estuvo sino que fue héroe: es contrafáctico pero sin él tal vez no hubiese sido campeón.

La partida de Leonardo Godoy parecía ser imposible de disimular. El mejor jugador del equipo del año pasado, o uno de los mejores, se fue al Athlético Paranaense. No quedó mucho dinero por su salida pero sí un vacío que “nadie iba a poder reemplazar”. Eso no sucedió, porque Eros Mancuso se ganó el puesto y fue clave en varios partidos: hizo un gol en la final y cambió el rumbo del clásico, por citar dos. Ahora se irá a Brasil también y dejará más dinero: 2 millones de dólares contra los 1,5 millones del anterior. En esa final contra el Halcón jugó como lateral por izquierda.

Eduardo Domínguez

También cambiaron los marcadores centrales. Zaid Romero y Santiago Núñez se marcharon por ventas. El primero se fue ahora al Brujas de Bélgica por 6 millones de euros (el Pincha tenía el 60 por ciento de su ficha) y el segundo lo hizo antes por menos dinero (2,5 millones) al Santos Laguna de México. El entrenador tuvo que armar una dupla nueva, primero con Romero y Fede Fernández o Luciano Lollo y ahora con el arribo de Facundo Rodríguez. Si bien parece ser el sector del campo que más dudas todavía genera, logró mantener su firmeza.

El mediocampo fue clave. Jorge Rodríguez era el que marcaba el tiempo del juego. Se fue por poco más de 3 millones de dólares. Lo reemplazó Enzo Pérez, que quedó libre de River. Tampoco se sintió su ausencia. Y el que potenció su lugar fue Santiago Ascacibar. No llegaron otros jugadores en su lugar, salvo el reciente arribo de Gabriel Neves, un préstamo con opción de compra.

La salida de Benjamín Rollheiser a Benfica, la más importante de todas (9 millones de dólares por el 90 por ciento del pase), demandó una fuerte inversión. Primero llegó Tiago Palacios y luego Edwuin Cetré (2,5 millones por la mitad de su ficha). El uruguayo es lo más parecido, pero no cumple la misma función. Domínguez tuvo que adaptarse para modificar el esquema y no perder la presencia ofensiva que le aportaba el exjugador de River cuando encaraba de mitad de cancha para adelante.

Arriba hubo variantes también. Se fue Javier Correa en este mercado de pases a los pocos meses de haber llegado desde México. Fue una gran pérdida para el equipo porque había mostrado mucha jerarquía. Sumado a la lesión de Mauro Méndez el DT apostó por Luciano Giménez. Pero quiere un jugador más de mitad de cancha para arriba porque tuvo que modificar el esquema y ahora juega con dos “nueves”. Otra muestra de pragmatismo en pleno contexto de cambios en un equipo que los tuvo en todas sus líneas en los últimos meses.

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CÓMO LES FUE A OTROS CAMPEONES

Siempre que los equipos son campeones se producen varios cambios. Le pasó al campeón de América que perdió a Mariano Andújar y la Gata Fernández para la final del mundial de Clubes. Y al año siguiente tampoco tenía a Mauro Boselli en la delantera. Uno de los equipos que más se mantuvo en cancha fue el de 2006, que no perdió figuras por unos años. Incluso su base fue la que fuera campeón de la Copa Libertadores. De los titulares indiscutidos sólo les faltaron Mariano Pavone y Fernando Ortiz.