Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Mujer Platense |UN NUEVO MUNDO VIRTUAL

Guía de Fortnite para padres

El juego de combate que atrapa a niños, adolescentes y jóvenes pone en jaque a los adultos. Distintas familias platenses cuentas de qué se trata este nuevo furor y cómo lo viven en sus casas. Los consejos de los expertos para poder actuar ante el uso indiscriminado de las pantallas

Guía de Fortnite para padres

Lucas Suriani, de 10 años, es fanático del Fortnite

YAEL LETOILE / Fotos SEBASTIÁN CASALI & DEMIAN ALDAY

9 de Diciembre de 2018 | 05:51
Edición impresa

-Vive conectado y yo enojándome.

Por whatsapp Romina Cingari (47), arquitecta, anticipa la idea que revisitará a lo largo de la entrevista: le cuesta manejar la obsesión de su hijo con el Fortnite, el juego de batalla Free-To-Play (gratuito) que se juega en línea y es un hito internacional de ventas. Antes, Gregorio (11) pasaba horas dibujando con una caja de lápices que ella le regaló cuando él pidió una computadora. “Estaba chocho con eso”, revive. Ahora, es como si el juego se lo hubiera tragado.

“Es una atracción constante, están en casa y van a eso. El del medio menos porque le gusta más dibujar. Sí mira videos en YouTube pero no usa la play. La play la compramos hace un año y venía incluido el juego, si hubiese sabido no sé si lo hacía. Hubiera elegido el otro combo”, asegura Rosario Blanco (43), psicóloga y mamá de Pedro (10), Gaspar (7) y Alfonso (5).

Cuando Conrado (11) tuvo en sus manos la play 4, sus papás no sabían qué era eso de los juegos en línea. Pronto se enteraron que estaban frente a algo más complicado que un simple video game. “Al Fortnite juega gente de todos lados y de distintas edades”, apunta su madre Paula Mayon (44), bioquímica y cuenta que cuando lo vio “medio desbandado”, puso reglas: o las cumplís o la vendo, le advirtió.

LA DICTADURA DE LAS PANTALLAS. Según un estudio publicado por la revista británica The Lancet Child and Adolescent Health, lo niños que pasan más de dos horas al día frente a las pantallas tienen menos capacidades cognitivas que los que están menos expuestas a ellas. Si a eso sumamos el reciente reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la adicción a los videojuegos como enfermedad, estamos frente a un problema de múltiples dimensiones.

La intuición sobre estos hechos nos lleva a la mayoría de los padres a renegar contra lo que suele nombrarse como la dictadura de las pantallas. Hasta que un día, cansados de pelear inútilmente contra el Fortnite, le pedimos a hijo de 10 que nos enseñe a jugar. ¿Qué es el Fortnite? ¿Por qué atrae tanto a los chicos? ¿Cómo lo manejamos madres y padres? Al fin, ¿Qué aconsejan los expertos sobre la relación de los niños y la tecnología?. Veamos.

Batalla sin sangre. Fortnite es el videojuego de combate más influyente del momento. Fue lanzado entre julio y agosto de 2017 por los estudios Epic Games en dos versiones: Fortnite Save the World (pago) y Fortnite Battle Royale, gratuito y más usado. Su característica fundamental es que puede jugarse en línea, en sus opciones solitario, dúo o escuadrón. Los seguidores, una extensa franja etaria que va de los 10 a los 30 años, aseguran que hace la diferencia entre los juegos del género.

Para los chicos, lo más atractivo del juego es que “estás con amigos” y que “matás pero sin sangre”. En el “patio de juegos”, la modalidad preferida por algunos, la partida es entre amigos, todos contra todos, en parejas rivales o tres contra uno. “Eso es re divertido, uno me mata, yo me enojo y él se ríe”, explican. “Además matás sin sangre. Es un juego no real, un mundo de fantasía”, coinciden.

CUANDO EL JUEGO ES EL MUNDO. Gregorio está todo el día conectado al ipod. Desde que llega de la escuela hasta que lo lleva de las orejas a jugar al fútbol porque nunca quiere ir. “Vive conectado con los amigos. Es estar en línea, eso lo atrapa”, piensa Cingari, quien también es mamá de dos adolescentes, una nena de 14 y un varón de 17.

El colmo de la obsesión fue el día del cumpleaños. Romina lo invitó a comer afuera y él prefirió ir a casa a jugar al Fortnite. Al final “lo llevé obligado, pero no es la idea”, se aflige la madre.

¿Qué estrategias usa para sacarlo de ahí? “La apagás y dibujá o andá afuera”, le impone. Eso pasa cuando ella está en casa, porque aunque se preocupe sabe que cuando se ausenta “él está haciendo eso”. Cingari reflexiona además que “ellos no conocen el afuera”, me ha pasado de estar en la pileta un día de verano y ellos adentro.

Sobre el juego, Romina sabe que se trata de ir en grupo matando a otros, que se juega en línea y que hay que ir comprando cosas para avanzar. “Una vez compré monedas y quedaron los datos de la tarjeta cargados. La siguiente él admitió que compró sin permiso. Fue la última vez. No le compro más”, jura.

Con todo, a Gregorio el juego no le resta tiempo ni capacidad para hacer otras cosas, asegura su madre. “En la escuela le va bien y no le estoy atrás. La tarea es de ellos”, dice Romina, “siempre lo manejé así y hasta ahora han respondido”. Pero antes “jugaba a la pelota sólo; dibujaba y pintaba y ahora perdió el interés”.

“Es mi triste realidad”, se resigna Cingari, quien por experiencia con su hijo mayor no pierde las esperanzas. “Él pasaba el día en YouTube para mí perdiendo el tiempo pero resultó que además buscaba información e investigaba. Ahora tiene otros intereses como la fotografía por fuera de la pantalla”.

ÚLTIMA PARTIDA. En la casa de Rosario y Gabriel –papá de los chicos–, el que más juega al Fortnite es Pedro y lo que más le atrae: jugar online con los amigos. “Creo que si fuera solo el modo solitario jugaría menos. Lo atrapa vincularse de otro modo con compañeros de la escuela, los amigos del barrio y, a veces, con chicos que no conoce, amigos de un amigo o así”, opina Rosario.

¿Si pone pautas? No. Le marca cuando no juega más. “Última partida”, le dice y lo manda a jugar a otra cosa. “Pero no tiene un horario, va a la escuela, llega, almuerza y seguramente lo primero que hace es ponerse a jugar”, describe “yo estoy bastante en casa y veo, en algún momento le digo que haga otra cosa, que vaya a buscar a un amigo pero no especulo con horas o días. Tampoco lo hago con las tareas y no le escondo el cable como otras madres”.

¿Cómo reaccionan al límite? “Sos re mala, sos re mala, me dicen”, ríe. De ver y escuchar, sabe que el Fortnite es un juego de guerra. “´Hay que matar a tal tipo´, ´suicidate´, dicen, es horrible. Yo le explico que aunque él se divierta es espantoso. Pero también construís, me muestra, mirá que lindo lo que hice. No te veo construir, buscás armas para matar”, retruca ella.

Si bien Pedro tiene otros intereses y el juego queda ahí cuando apaga la play, Rosario cree que Fortnite está metido en la realidad como ningún otro juego. “Los chicos hacen un baile, cuando meten un gol lo festejan con el paso del Fortnite. Es como ver Rambo y jugar a que matás, bueno. Acá juegan y hacen los pasos. Y tiene algo que con FIFA no pasa. Ahí hacen tres goles y termina. Este es un juego que siempre lo termino yo”.

REGLAS CLARAS. Sólo los fines de semana. Con amigos o amigos de algún amigo. Bajo la mirada estricta de los adultos. Paula cree que con esas reglas frenó a tiempo lo que podría haber sido un problema más adelante.

Antes, Conrado volvía del colegio y jugaba al Fortnite todos los días sin límites. “Las carpetas empezaron a estar incompletas y se habían invertido las prioridades”, dice la mamá. El va a una escuela de doble jornada y estudia inglés y tenis “no le queda mucho tiempo”, razona.

“Ahora está más tranquilo. Hoy me pidió jugar una hora un desafío y lo hizo. Ya está”, sostiene Paula, quien investigó y consensuó las reglas con el marido tras la llegada de la play al hogar. Conrado la desmiente y dice que fue él quien se auto limitó: “Las reglas me parecieron bien”, suena serio, casi adulto hasta que deja traslucir su entusiasmo de niño “pero es divertido y muy frenético (sic) jugar y hablar con tus amigos sin estar en el mismo lugar”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

Lucas Suriani, de 10 años, es fanático del Fortnite

Rosario Blanco, psicóloga y mamá de Pedro, Gaspar y Alfonso

El Fortnite es el videojuego más influyente del momento

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $1870

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2880

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $1870.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla