Jennifer Aniston: desafortunada en el amor, afortunada en la vida

Parecía que Jennifer Aniston había, tras años de sufrimiento, conseguido lo que tanto quería: la estrella de “Friends”, considerada una de las mujeres más hermosas del planeta por la revista People en 2016, año en que tenía nada menos que 47 pirulos, se casó hace tres años con el galán Justin Theroux, poniendo fin a una seguidilla de malas relaciones y dejando atrás el fantasma de Brad Pitt.

Dueña de una carrera espectacular como comediante, una de las actrices más codiciadas del medio aumentaba sus ganancias como modelo de mujer espléndida al natural (”ahora la gente paga para que le inyecten cosas”, se reía) y parecía la imagen del éxito femenino, una mujer capaz de ser plenamente exitosa y a la vez sentirse plena y balanceada, para quien la felicidad era “confianza en uno mismo, paz, amabilidad, honestidad. Una vida bien vivida”. Y encima, su ex, Pitt, se había divorciado de la mujer por la que la dejó, y aunque ella y muchos digan que esas cosas no importan... vamos.

Pero de repente, otro sueño romántico de su vida termina: Aniston y Theroux se separaron tras dos años y medio de matrimonio y siete de relación el pasado jueves, lanzando un comunicado para evitar las especulaciones que se han tejido en el pasado en torno a las parejas de Jenn: “Normalmente haríamos esto de forma privada, pero dado que la industria del chisme no puede resistirse ante cualquier oportunidad de especular e inventar, queríamos anunciar la verdad directamente”, explicaron.

Algunos rumores sobre la separación habían sonado el 11 de febrero, cuando Aniston cumplió 49 años y organizó una fiesta para la ocasión en la que estuvo rodeada por sus íntimas amigas Courteney Cox, Andrea Bendewald, Leigh Kilton-Smith y Kristin Hahn, pero a la que no acudió Theroux. Sin embargo, parecían una pareja tan feliz y realizada que nadie sospechaba, realmente, de una separación.

El detonante habrían sido las agendas de ambos: “Justin a menudo pasa tiempo en Nueva York él solo, yY cuando él está allí, Jennifer aprovecha para ver a sus amigas y disfrutar de la vida. Cuando están juntos en Los Ángeles, es muy especial para ambos”, revelaban hace algunos meses sobre cómo hacían para sostener la pareja a pesar de los compromisos de ambos, pero parece que la distancia física abrió una brecha espiritual entre ambos.

Pero aunque la ruptura haya sido “amistosa” y ambos quieran preservar “su hermosa amistad”, lo cierto es que se trata de otro traspié romántico para la diva. Y todo parece haber comenzado con aquel romance de siete años con Brad Pitt.

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Jenn estuvo casada con Pitt entre 2000 y 2005 tras comenzar esa relación en 1998. Eran la pareja de oro de Hollywood, y su casamiento fue uno de los eventos más publicitados. Parecían destinados a ser protagonistas de una de esas raras historias felices de la industria del cine.

Pero en 2005 algo pasó. Pitt se sumó al set de “Sr. y Sra. Smith”, donde protagonizaba fogosas y muy físicas escenas con Angelina Jolie, y el matrimonio se vino abajo. Al parecer, sin embargo, no habría sido Brad quien dejó a Jenn por la fogosa Jolie, madre de sus seis criaturas (hoy también están divorciados), sino Aniston quien habría confrontado a su pareja al escuchar los rumores de infidelidad en el set.

En un primer momento el actor de “Babel” negó que él tuviese algo más que una amistad con la interprete de “Wanted”, pero tras una larga conversación tuvo que reconocerlo. Entonces Aniston lo echó de casa.

Aniston estuvo luego en pareja con Vince Vaughn, con quien compartió el set de la excelente “The Break Up”, y John Mayer, pero ambas relaciones se frustraron. Para entonces la presión mediática sobre Aniston se había vuelto insoportable para la actriz: le preguntaban constantemente cuándo sería madre, un sueño de la intérprete de “Friends”, y se deslizaba que tras la traumática separación de Brad, la humillación de haber sufrido una infidelidad ante el mundo, nunca se recuperaría.

Aniston dio vuelta todos esos susurros: y no porque formó una pareja estable con Theroux, sino porque escribió una célebre carta en una revista (la primera de varias), pionera en la lucha feminista dentro de la conservadora industria del cine, donde contaba que estaba agotada de ser juzgada “por mi estado civil, por mi divorcio, por la falta de un compañero, por mis pezones”.

En el artículo, Aniston apuntó contra “la cosificación y el escrutinio a los que sometemos a las mujeres. Trabajé muy duro como para ser reducida a una triste mujer sin hijos”, afirmó la actriz, la única del elenco de “Friends” que consiguió desmarcarse de su personaje y construir una exitosa carrera como intérprete cómica.

La actriz no sólo tuvo numerosas apariciones en los tabloides a causa de su supuesto embarazo, fruto del amor con Theroux, y sus separaciones siempre estuvieron rodeadas de una versión que indicaba que el sueño de la actriz era formar una familia, algo que no podía lograr con ninguna de sus parejas (y mientras tanto, Brad tenía seis hijos).

Esta vez, sin embargo, las versiones que rodean la ruptura de Aniston no tienen que ver con frustraciones del pasado o deseos de maternidad: la actriz logró revertir su imagen pública y deshacerse de ese rol de víctima indefensa: hoy es una mujer exitosa que, simplemente, decidió separarse de común acuerdo. Los tiempos están cambiando, y Jenn está ayudando al cambio.

Aniston no quiere ser juzgada “por mi estado civil, por mi divorcio o por mis pezones”