Sigue la “Operación Limpieza” contra los opositores en Nicaragua, con más víctimas

Una ofensiva de fuerzas del gobierno en poblados del sur de Nicaragua dejó ayer al menos 10 muertos y 20 heridos, en un recrudecimiento de la violencia que se cobró la vida de 351 personas en tres meses, según organismos de derechos humanos.

Seis de los muertos son civiles, entre ellos dos menores de edad, y cuatro policías antimotines, indicó un informe preliminar de La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH). “Este es un informe preliminar, aún esta en proceso de investigación de los nombres y edades de los fallecidos”, dijo a periodistas el presidente de la ANPDH, Álvaro Leiva.

Fuerzas combinadas de la policía y paramilitares realizaron un operativo para quitar las barricadas que pobladores han levantado en Masaya y municipios vecinos de Diriá, Diriomo, Niquinohomo, Catarina y el barrio de Monimbó.

“Nos están atacando la policía y parapoliciales encapuchados y armados con fusiles AK y ametralladoras a nuestro barrio indígena de Monimbó”, denunció en horas de la mañana Álvaro Gómez, un vecino del lugar.

“La situación es grave, necesitamos abrir un corredor humanitario para evacuar heridos, se nos está muriendo la gente”, advirtió desesperado Leiva, que también remarcó que las “fuerzas combinadas”, luego de reducir con armas a los manifestantes de las barricadas, realizan una “cacería” casa por casa en busca de opositores para detenerlos.

En tanto, el obispo de Estelí, Abelardo Mata, uno de los cinco líderes católicos que median en el diálogo entre el gobierno y la oposición, “fue interceptado por paramilitares que lanzaron ráfagas de disparos contra su vehículo, le quebraron los vidrios y quisieron quemarlo”, indicó su asistente, Roberto Petray.

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El religioso, un fuerte critico del gobierno de Daniel Ortega, resultó ileso en el incidente según confirmó el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Las protestas opositoras se iniciaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de pensiones, pero derivaron a una demanda generalizada para la salida del poder del presidente Ortega, de 72 años, que gobierna desde 2007 por tercer período consecutivo. Sus opositores lo acusan de instaurar un régimen dictatorial que controla todos los poderes del estado de la mano de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

El secretario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, dijo en Twitter estar en conocimiento de “la represión violenta a las poblaciones de Masaya. El Estado parece ignorar el diálogo” con la oposición.

Por su parte, el sitio oficialista El 19 Digital, anunció como “territorios liberados de tranques (bloqueos)” las ciudades donde las fuerzas gubernamentales realizaron la llamada “Operación Limpieza”.

La incursión sobre estas comunidades se produjo en medio de la ofensiva que el gobierno emprendió a inicios de julio con palas mecánicas, camiones y empleados estatales para “limpiar” las barricadas que los manifestantes levantaron en las principales rutas y ciudades del país, en el marco de las protestas, que dejan más de 350 muertos desde el 18 de abril en la crisis más grave del país desde los años ‘80.

El Gobierno acusa a los que bloquean las rutas de generar terrorismo, inseguridad y actuar con violencia y así justifica su accionar para “defender la libre circulación de las personas, vehículos y mercancías” en todo el territorio nacional.

Entre viernes y sábado, fuerzas gubernamentales lanzaron un feroz ataque a los estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), sureste de Managua, una acción que se saldó con dos alumnos muertos y 14 heridos.

Tras unas 20 horas de terror, una gestión de la Iglesia católica permitió a los jóvenes salir del templo Divina Misericordia, donde se refugiaron luego de ser tiroteados en la UNAN, en el suroeste de Managua.

La UNAN, donde los muchachos estuvieron casi tres meses en barricadas, era el último bastión de resistencia de los estudiantes, punta de lanza de la sociedad civil que exige la renuncia de Ortega.

CONDENA INTERNACIONAL

Gobiernos de diversos países como Perú, Chile, Panamá, México, España, Costa Rica y Argentina expresaron su fuerte condena a la violencia en el país centroamericano.

Así, el Gobierno argentino consideró “inadmisibles las agresiones contra la sociedad civil, eclesiásticos y defensores de los derechos humanos” en Nicaragua y pidió al gobierno del país “cesar” con la “represión” y “restablecer la convivencia pacífica”. (EFE, AFP y AP)

La “Operación Limpieza” consiste en ataques armados contra la población que bloquea rutas

Con más de 350 muertos en 3 meses, Nicaragua atraviesa su crisis más grave desde los años ‘80