Sónico: la reivindicación del vanguardista olvidado, Eduardo Rovira

Hace un lustro, el contrabajista argentino Ariel Eberstein no podìa creer lo que escuchaban sus oídos: sonaba “Sónico” en su tocadiscos, LP del compositor platense (por adopción) Eduardo Rovira, considerado (“erróneamente”, se adelanta) “el otro Piazzolla”, un nombre fundamental en la creación del nuevo tango y que, sin embargo, él, como tantos, nunca había escuchado. No profundamente, al menos. 

Y el sonido con el que colisionaba ahora era una revelación: “Recuerdo que me atrapó su búsqueda por los colores, ¡casi expresionistas! También me resultaron extremadamente novedoso sus cambios vertiginosos de ideas musicales, y ésto sin previo aviso. Esta música me tenía al borde de la silla constantemente. Luego, obviamente, aparecieron otros aspectos a medida que conocí su música más en profundidad  y sus diferentes formaciones (trío, cuarteto y octeto), cada una con su propia identidad”, relata Eberstein, en diálogo con EL DIA. La sensación fue tan profunda que en Bélgica, en 2015, creó Sónico, quinteto que procura ir al rescate de la obra de Rovira.

Claro que la misión no sería sencilla. El compositor, nacido en Lanús y fallecido en nuestra ciudad, no era un hombre de medios, vivía para la música de una forma muy romántica, componiendo a solas, en la penumbra. Terminada la obra que lo obsesionaba, el trabajo ya estaba hecho: regalaba sus composiciones a amigos, desperdigando buena parte de su trabajo por el planeta. Había un buen archivo aquí en Ensenada, donde vivía su última mujer, pero la inundación se llevó todo.

Pero, impulsados por “la necesidad por querer tocar esta música y no tener acceso a ella”, y por “un sentimiento de reivindicación de una figura que creo que no se lo valora en su justa dimensión”, Sónico sigue en la búsqueda de los tesoros de Rovira: ahora, a 40 años de su muerte (mañana se cumple la fecha exacta), han lanzado un disco titulado “Eduardo Rovira: Inédito e Inconcluso”, un trabajo compuesto por un LP de 10 pistas que rescata una obra grabada en 1975 pero nunca publicada (el “Inédito” del disco); y un EP de 4 pistas, que recupera la primera grabación del trío de Rovira, de 1966, un homenaje del tango de Rovira a la literatura de Buenos Aires. Es el segundo trabajo del quinteto, tras "Eduardo Rovira: La Otra Vanguardia", lanzado en 2018 y que ese mismo año los trajo a nuestra ciudad, la ciudad que Rovira adoptó como propia.

Esa marca de identidad, de hecho, se refleja en las composiciones que el nuevo disco de Sónico rescata: “En noviembre de 1975, Eduardo Rovira entró por última vez a un estudio de grabación. De allí surgió su último LP: ‘Que lo Paren’. Pocos conocen que, paralelamente, Rovira registró otro material que nunca fue editado. En ambas grabaciones, Eduardo Rovira, homenajea a la ciudad y a las gentes de la La Plata donde vivió más de diez años hasta el 29 de julio 1980. Fue allí donde a la temprana edad de 55 años, falleció de un paro cardíaco en la puerta de su casa en la calle 3 el 29 de julio de 1980, hace 40 años. Este material, no editado (que tuvimos que transcribir porque no había partituras) fue la base de nuestro LP ‘Eduardo Rovira Inédito’ con obras como:“Calle 6” (lugar de encuentro junto a sus amigos platenses); ‘La Depre’ (tema dedicado al psiquiatra platense Hugo “Cacho” Spañol); ‘Tango para el Profe’ (al profesor Kistenmacher, preparador físico del equipo campeón de Estudiantes de La Plata); y ‘A Marambio Catan’ (poeta platense), entre otros”, relata el contrabajista.

Este periodo final de la vida de Rovira, el platense, dice Eberstein, “fue el más prolífico en su carrera”. Rovira incluso fue nombrado, en 1973, Director del Teatro Argentino, durante la breve presidencia de Héctor José Cámpora, cargo que ejerció por solo 3 meses. “Pero el momento más importante en la relación Rovira-La Plata fue sin duda la posibilidad de asumir como arreglador de la Banda Sinfónica de la Policía de esa ciudad en 1967. Este puesto le dio la estabilidad que le permitirá desplegar toda su creatividad en los últimos años de vida. Testigo de ello es la música que aparece en este álbum”.

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La relación Eduardo Rovira-La Plata, aporta Eberstein, comienza en 1959 “cuando, a través de Reynaldo Nichele, violinista de Aníbal Troilo, se convirtió en el arreglador del mítico Octeto La Plata. Dos años más tarde, ese conjunto se transformaría en la Agrupación de Tango Moderno, primera formación de vanguardia de Eduardo Rovira. Este conjunto, a principios de los años 60, será parte fundamental de la explosiva renovación en la música ciudadana iniciada por Astor Piazzolla y su Octeto Buenos Aires en 1955”.

LOS COLORES INFINITOS

“Inédito e inconcluso” muestra los colores infinitos que apabullaron a Eberstein, y que plantean una pregunta profunda sobre el olvido al que se ha sometido a Rovira: un olvido que, argumenta Eberstein, “tiene que ver con muchas circunstancias. En los años 60 el tango había perdido su centralidad en la escena musical de Buenos Aires en la que debía competir con la popularidad del rock anglosajón, la música tropical, el bolero y el folklore. Astor Piazzolla y Eduardo Rovira fueron las figuras pioneras de una  vanguardia del tango en la búsqueda de nuevas formas innovadoras de expresión que pudieran  atraer a un nuevo público. Piazzolla lo logró, Rovira quedó fuera del mapa musical…”

Sigue el contrabajo: “El resultado de este ‘olvido’ fue el hecho de que una parte de nuestra historia musical, en este caso la génesis del tango vanguardia (‘La Otra Vanguardia’, como nuestro primer álbum), sigue siendo desconocido por el público en general. El hecho de que haya material de Rovira inédito es una prueba de ello”.

El rescate de esos trabajos que nunca vieron la luz es, claro, un trabajo casi arqueológico antes que musical, que conlleva importantes tareas de investigación, transcripción e interpretación de las composiciones de Rovira, tomando como fuente manuscritos y grabaciones no comerciales (y en el caso de este segundo disco, financiado a través del crowdfunding): “Desde nuestros comienzos, nuestras actividades no solamente han incluido 'tocar'  la música de Rovira”, afirma Eberstein, “sino que quisimos profundizar en la búsqueda de la esencia musical del maestro”.

Así, el LP “Inédito” se nutre no solo de esa “otra” grabación que Rovira registró junto a “Que lo Paren”, sino también de “otros materiales que surgieron gracias a la búsqueda constante ayudada por la ‘casualidad’. Así por ejemplo, en agosto del 2018, Sónico presentó su primer álbum en el Festival de Tango BA, y durante esta gira tuvimos la posibilidad de conocer al productor de Eduardo Rovira, Oscar del Priore. Éste nos invitó a su casa y nos entregó una grabación inédita de Rovira con un material invalorable. Con una precaria instalación, que hizo Del Priore (unos cables conectados del receptor radial a un viejo grabador de cinta abierta Wilcox), grabó el único arreglo existente del conjunto ‘Los Tres’ formado por Rovira, Diaz y Manzi”.

DISCO Y GIRA

Lanzado el 1 de abril de este año, “Inédito e inconcluso” iba a ser la excusa para una nueva gira por América latina… pero estalló la pandemia: se cancelaron las presentaciones europeas, así como el tour latinoamericano, que podría darse el año que viene. Pero aunque no se pudiera presentar en vivo, “decidimos lanzar el disco ahora y no ‘guardarlo’ para más tarde por diferentes razones. La principal es que tenemos otras producciones: un tercer disco planificado para el 2021 que hacía imposible retrasar este lanzamiento y también el hecho de que nos encontramos presentando una creación con danza contemporánea (la primera con música de Eduardo Rovira) llamada ‘The Heart is the muscle we like to workout’ con coreografía de Lisi Estaras e Ido Batash. La premiere fue en el CC De Grote Post (Ostende, Bélgica) el 5 de mayo 2020, pocos días antes de la cuarentena…”

Pero aunque la gira latina quedó postergada para el próximo año, en Europa algunas salas ya comienzan a abrir y Eberstein se imagina pronto mostrando el trabajo en ese territorio fértil para la música rioplatense, aunque, advierte, “Europa posee una movida muy grande de tango pero no nos dejemos engañar: el tango que tiene masividad en Europa es el que tiene la función de ‘museo’, con un repertorio danzable, que prefiere  las grabaciones a la música en vivo. Un tango para un público que busca un hobby (muchas veces parejas que buscar ‘encender la llama’ nuevamente). Para ese tango existen miles de festivales y milongas, pero ese no es el lugar donde nosotros nos desarrollamos. Los espacios para tocar música ‘de la cintura para arriba’ (como decía Eduardo) son menos accesibles y tenemos que generar espacios entre el jazz y la música clásica”.

¿Y cómo será para los artistas este mundo pospandemia? Eberstein avisa que “no creo tener herramientas para poder analizar tal situación desde lo social y su impacto”, aunque sí lanza que “lo que sí puedo notar- y me preocupa- es que se han producido y consumido muchos ‘productos’ artísticos online y el artista ha recibido poco o nada de ese ‘consumo’. Creo que todos deberíamos ser más conscientes y valorizar estos productos como cualquier otro. Los artistas no deberíamos regalar nuestro trabajo…”

Cierra el contrabajo: “Los artistas somos del grupo más castigado en la pandemia: los primeros en dejar de trabajar y probablemente los últimos en volver al ruedo. En nuestro caso muchos organizadores cancelaron conciertos sin ningún tipo de compensación (y hablamos de instituciones que reciben subsidios). Algunos pocos se comportaron bien...

Sin memoria toda historia se repite. Rovira es un buen ejemplo de un artista que nunca se interesó por el aspecto económico. Ello tuvo, lamentablemente, consecuencias en su producción artística y su llegada al público. Sinceramente si como artistas no replanteamos el modelo de consumo de arte (sin esperar a una próxima pandemia) en un futuro no habrá  arte por consumir…”