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Séptimo Día |Luis Gorelik, Leticia Corral y Agustín Bolzán

La música en los nuevos escenarios de Internet

La cuarentena obligada por el coronavirus no logró aislar a los artistas, que trabajan y reviven en las pantallas de las PC y de los celulares. Testimonios de un director de orquesta, una pianista y un administrador teatral

La música en los nuevos escenarios de Internet

MARCELO ORTALE
Por MARCELO ORTALE

5 de Julio de 2020 | 07:53
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Porque hace más de cien días no hay público frente a ellos, porque falta el aliento de las plateas –ese reverbero cálido que eleva las voces de los cantantes y los sonidos de los instrumentos hacia la mejor acústica de cada teatro-, porque no se venden más entradas en el planeta, ni hay aplausos disponibles, por eso algunos músicos se sienten relegados en estos días, como habitando en un ostracismo. Sin embargo, está claro que el mundo sin música no podría subsistir. Y la función continúa en millones de pantallas domésticas.

Parece también razonable que los músicos y artistas no se encuentren contemplados entre las 30 actividades exceptuadas de cumplir el aislamiento social, según lo detalla la puntillosa enumeración del decreto 576/2020 del gobierno nacional. No obstante, habría que leer de reojo lo que se dijo hace pocos días el New York Times, en el sentido de que, según estudios médicos, la del músico es la segunda profesión, por detrás de la del leñador, con menos posibilidades de contraer coronavirus.

Los músicos que no forman parte de elencos público, los que viven de las boleterías y, aún, de la gorra, tienen también en claro que al contagio real que puede causar la pandemia, podrá seguir un período indefinido que ellos llaman de “contagio emocional”. Es mucha la gente que, una vez terminado el flagelo, va a pensar dos veces si acudirá a los recitales o teatros.

Hay posturas divergentes entre ellos. El muy cumbiero y popular Leandro Garrandes, de Medio Rejunte, dijo hace poco en el diario La Unión de Lomas de Zamora, en una nota realizada por el periodista Martín Spagnuolo: “Se hace súper difícil para cualquier persona en el mundo de la música poder sobrellevar esto. Es todo virtual, muy diferente a lo que estamos acostumbrados. A mí me sucede que el vivo es hermoso, se genera otra energía, el ida y vuelta con el público, no sabés qué puede pasar. Acá es todo más frío: te grabás con el celu y, si te equivocás, lo borrás y filmás de nuevo. Se pierde la espontaneidad, lo real del cara a cara”.

Sin embargo, lo concreto es que en el mundo entero, en marzo pasado, bajaron los telones y se cancelaron las funciones en vivo. Barbijo, distanciamiento social y uso de internet para tirios y troyanos, aunque poco después de las restricciones, de la circulación social administrada, había que sugerir ideas, había que recomenzar y la música reapareció. En los celulares del universo, en las pantallas de las PC, aparecieron bandas, orquestas, pianistas, violinistas, cantantes, la música clásica y la popular.

¿Qué piensan un director de orquesta, una pianista y profesora? ¿Qué opina el administrador de un teatro que está cerrado hace tres meses? Aquí van los testimonios de Luis Gorelik, Leticia Corral y Agustín Bolzán que, con matices, definieron la nueva situación y plantearon interrogantes, con una conclusión coincidente: aún con el corazón herido, la música no dejará de latir.

DIRECTOR DE ORQUESTA

“Si bien la cuarentena nos ha golpeado a todos, también es cierto que ha traído cosas muy buenas en lo profesional. En mi caso, la necesidad de replantear muchos de los paradigmas del mundo de la música, que se encontraban en estado de obsolescencia”, dice Luis Gorelik, nacido en La Plata, director de la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos desde 2010, y de la Orquesta Nacional “Juan de Dios Filiberto” entre 2016 y 2018. Gorelik se formó con Pedro I. Calderón en Argentina y con Mendi Rodán en Israel, donde se graduó con distinción en la Academia de Música Rubin de Jerusalén.

La cuarentena y las restricciones sociales, explica, transformaron la capacidad de llegada de la música al público, “multiplicando de manera exponencial a las audiencias y volviéndolas, digamos, más democráticas. Tener en los videos unas 50 ó 60 mil visitas no es un dato menor. Desde luego que hablo de orquestas públicas, como la que dirijo, que pueden dar conciertos gratuitos. Para las orquestas o músicos particulares el problema es muy grave, por cierto”.

¿Cuál es la tarea a distancia que puede desarrollar un director de orquesta? “Es evidente que uno no puede dirigir a una orquesta por zoom. La tarea del director es compleja, hay que analizar los videos de cada intérprete, coordinar y supervisar todas las etapas que supone un conjunto de estas características” dice Gorelik, que ha dirigido con frecuencia en el Colón, el Argentino y en salas teatrales de Israel, Chile, Uruguay, Brasil, Colombia, Venezuela, Cuba, México, Islandia, Eslovenia y Serbia, entre otros países en los que ocupó el cargo de director asistente y titular de varias orquestas. Cada uno de los miembros de una orquesta –añade- cuando tocan cada uno desde su casa son “dirigidos” por un metrónomo electrónico.

La música por internet amplia las audiencias, claro, ¿pero un director de orquesta extraña la presencia directa de los músicos? “Por supuesto que extraño…Además, nada puede reemplazar el contacto directo con los músicos y con el público. El vértigo de subir al escenario de un teatro lleno no tiene parangón. Todavía no se ha inventado nada que reemplace a un teatro…”, dice Gorelik, laureado en 2009 y el año pasado con el premio Kónex como “director destacado” de la década.

PIANISTA

El primer efecto de la cuarentena es que tanto profesores de piano como sus alumnos trabajan mucho más que antes, dice la pianista Leticia Corral que, en la actualidad, pasa muchas horas mirando los videos de sus alumnos, analizando sus interpretaciones. “Como en el caso de los videos la presencia de ambos no es simultánea, todo insume más tiempo” dice, para añadir que “sin embargo estamos incursionando en nuevas formas de comunicación, que no conocíamos y que podemos ir perfeccionando”.

Inició sus estudios de piano con su tía, la concertista homónima Leticia Corral y a los ocho los continuó con una de las mayores maestras, Elizabeth Westerkamp, realizando conciertos desde muy pequeña, ya sea como solista o con diversas orquestas sinfónicas y de cámara de la Argentina, bajo la dirección de maestros como Mariano Drago, José María SijaneK, Norberto Attaguile, Guillermo Hemingsen, Luis Buchele, Alberto Duca.

“Se puede mantener la calidad de enseñanza y de aprendiza, no es lo ideal pero se puede mantener. En cuanto a la calidad del sonido por internet, claro, no va a ser nunca igual, entre otros motivos porque los sistemas tecnológicos que usamos no son de última generación. No puede haber fidelidad absoluta, pero la tecnología es hoy la herramienta que nos permite darle continuidad a los alumnos”, añadió.

Profesora de la facultad de Bellas Artes. Corral ganó en 1990 el concurso para estudiar en Rusia, Conservatorio Glinka en Dniepropetrovsk, y luego en Moscú, conservatorio Tchaikovsky, donde se graduó como profesora y pianista. En esta última condición realizó diversos conciertos en Líbano, Turquía, Siria y Alemania. Vuelta al país egresó como profesora del conservatorio Gilardo Gilardi.

ADMINISTRADOR DE UN TEATRO

Hace más de cien días que el Teatro de Cámara de City Bell tiene sus puertas cerradas y que ningún espectador se sienta en alguna de sus 160 butacas. ¿Qué significa un teatro vacío tanto tiempo?, se le pregunta a Agustín Bolzán, que tarda varios segundos en pensar y contestar: “A ver…es un libro en blanco…es como tener un hermoso libro que encierra sólo páginas en blanco”.

“A ese libro le faltan letras impresas, las que le dan sentido a su existencia. Hay un continente…pero no está el contenido. La sala de un teatro no es sino un gran espacio vacío, si no se lo inunda con las voces de los artistas o los sonidos de la música”, agrega Bolzán, que preside la Fundación Lúmen Artis, administradora de teatro que, como el de City Bell, no tiene finalidad de lucro y que se mantiene por suscripciones de adherentes más las colaboraciones los días de recitales.

En los años que lleva desde su inauguración en 2003, esas voces y esos sonidos que hicieron latir a la sala pertenecieron –entre tantos otros de los que allí actuaron- a Susana Rinaldi, Soledad Villamil, Opus 4. Adriana Varela, Silvina Garré, Javier Calamaro, Marcela Monreal, Luis Salinas, Patricio Contrers, Luis Machín, Jorge D´Elía, Cristina Banegas, Carlos Di Fulvio, Quinteto de Jazz La Plata, Silver Big Band, Orquesta de Cámara Municipal, Cuarteto Gianneo, Cuarteto Petrus, Alberto Portugheis, Orquesta de Cámara de Catalunya, Orquesta de cámara de Bergen (Suecia).

Construido por Juan Carlos Carassale, alma mater de un teatro que venía presentando un centenar de funciones anuales, la gente de Lumen Artis hoy mantiene el Teatro de Cámara de City Bell gracias a las cuotas societarias y algún mínimo ahorro producto de la temporada anterior. Esto permite, hasta ahora, cubrir los gastos fijos. Pero como todos los teatros independientes, es ahora “un hermoso libro con páginas en blanco”. Un libro a la espera de que el arte vuelva a escribir en el escenario, con gente presencial, de carne y hueso, sus más bellas creaciones.

 

Internet
“Estamos incursionando en nuevas formas de comunicación, que no conocíamos y que podemos ir perfeccionando”, sostiene la pianista Leticia Corral, quien mantiene contacto con sus alumnos vía Internet. “Ahora trabajamos muchas más horas que antes”, certifica.

 

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