Por favor, que a la televisión vuelvan las novelas

Gorina

Durante años, las noches argentinas tuvieron banda sonora: la música del canal que arrancaba la novela de las nueve. Familias enteras se sentaban a ver a los mismos personajes, a sufrir o reír juntos.

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Hoy, las plataformas y el zapping eterno nos quitaron esa ceremonia. No es nostalgia vacía: era un ritual colectivo. Las novelas, con sus exageraciones y lágrimas, nos daban una historia común, una pausa en medio del ruido. Extraño las tramas que se comentaban en la oficina, las parejas que se armaban en el barrio, los finales que paralizaban al país. Las novelas nos reunían sin pedir contraseña ni Wi-Fi. Ojalá alguna pantalla vuelva a encender esa costumbre de mirar lo mismo a la misma hora. No por costumbre, sino por compañía.