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El adiós a Jorge Taboada, el periodista que se transformó en el maestro de vóley de Julio Velasco y muchos más

Fue el primer entrenador del Club Universitario, logrando importantes hazañas. Pasó de las redacciones a las canchas, dejando una huella imborrable y enseñanzas por todos lados. Tenía 82 años

El adiós a Jorge Taboada, el periodista que se transformó en el maestro de vóley de Julio Velasco y muchos más
17 de Febrero de 2025 | 07:52

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Ya en sus 82 y con un gran corazón dividido entre el periodismo y el vóley, Buenos Aires, Rosario y La Plata, Jorge Taboada se despidió de este mundo dejando un montón de anécdotas, enseñanzas y amistades. De notas y buena pluma a cumplir con un rol de entrenador - formados en el deporte. Dio el primer paso en Club Universitario de La Plata, luego llegó a Estudiantes y desde esos años 60' y 70' su nombre empezó a crecer y crecer, a tal punto que se transformó en uno de los máximos referentes del vóley platense.

Dejó un legado imborrable, educando a cientos de jugadores y a otros que siguieron sus pasos. Uno de ellos, por ejemplo, fue Julio Velasco, que era parte de sus primeros equipos en la U y lo motivó a que siga por este deporte. Es que Velasco, reconocido hoy en todo el mundo, jugaba al fútbol en Estudiantes, rugby y básquet en la U, y el vóley le terminó cambiando la vida.

"Empecé a hacer el curso de entrenador como una cosa más. Lo daba Jorge Taboada, mi entrenador de Universitario, los sábados a la mañana en Castelar. Todavía vivía en La Plata, íbamos con otros tres muchachos desde La Plata, ¡un viajecito!", contó años atrás Velasco sobre esos inicios. "Me dieron un grupo de estudiantes para formar un equipo y cuando me vine a vivir a Buenos le pedí trabajo a Taboada, que también era periodista y muy amigo del legendario Osvaldo Ardizzone, eran dos grandes bohemios. Y como los hijos de Ardizzone jugaba en Defensores de Banfield y necesitan un entrenador de vóley, me mandaron a mí. Siempre digo que gracias a la dictadura empecé a entrenar vóley. Debe ser lo único bueno que dejó. El vóley fue mi refugio durante la dictadura. Taboada, que fue mi primer entrenador, conocía mucho el juego y me dio la impronta. Tuve una muy buena escuela y después estudié mucho y me desarrollé", cerró.

Taboada tuvo su gran homenaje en 2019, junto a Alicia Casamiquela y Juan Carlos Enseñat, quienes pusieron varios ladrillos para afirmar la práctica de esta actividad tanto en Gimnasia, Estudiantes, Universitario y Jockey Club.

La historia de la llegada de Taboada a Universitario, contada por él mismo

En febrero o marzo de 1967, empecé a ir al gimnasio de 2 y 46, con la idea de empezar en serio, pero fue un fracaso. Tenía dos, tres o cuatro jugadores como únicos clientes y una vez entrené con dos de ellos. Yo ya había arreglado formalmente mi situación en el club, con el profe Jorge Kistenmacher, que estuvo varios años como Director de Deportes de la U, quien me conocía ya que yo ya estaba haciendo notas para El Gráfico.

Viendo que con el grupo más grande de los "rugbiers" no iba a conseguir pasarlos al voley, apuré a los que venían a Gonnet -Julio Velasco y compañía- para que empezaran a entrenar. Y empezaron. Pero el 90 por ciento tenían edad de juveniles y con los de más de 18 no se llegaba a armar una Tercera de ascenso. Para poder hacerlo hablé con jugadores del club Quilmes Oeste que se habían desafiliado, les pregunté si les gustaría jugar para Universitario el campeonato de Tercera: todos aceptaron.

Todos estaban entre los 19 y 23 años (…) hablé con Kistenmacher para explicarle la situación y pedirle que me dejara incorporar a un grupito de cinco o seis jugadores de Quilmes Oeste como socios del club para que jugaran con los nuestros (…) los fichamos y todo ese año, juntábamos unos 10 jugadores para la Tercera y llevaba a alguno de los juveniles si podía, porque los partidos terminaban tarde. Los chicos de Quilmes se vinieron a entrenar algunas veces a La Plata, pero a veces no podían porque ya estaban en la universidad (…) así jugamos todo el 67', pero ya en el 68 las dificultades de los quilmeños eran más complicadas y de ahí en adelante todos los jugadores eran cosecha de Universitario. En el 69' ascendimos a Segunda (…) y en cambio en el 70' ganamos el campeonato y el ascenso a Primera invictos (…) con dos "generaciones" diferentes, como un bonus track, ganamos los dos primeros torneos juveniles de River.

Entre octubre y noviembre del 70' me vine a vivir a La Plata y acorde con el club para dirigir a las mujeres y los varones. Con las mujeres, si bien no estaban al nivel de los varones, podíamos haber repetido la performance. Ascendimos a Segunda en 1969 y en el 70' tuvimos dos chances en las que ganando un partido ascendíamos a Primera. (…) “un partido que fue contra Obras Sanitarias, donde se juntaron media docena de situaciones que imposibilitaron a más de la mitad de las jugadoras a ir al partido. Eran seis, y en el banco de suplentes...nadie. Nunca me pasó en mi carrera de entrenador no tener suplentes. Ganábamos 2-1 y estábamos adelante en el cuarto set, cuando una de las jugadoras se acalambró. Se recuperó como pudo (…) Perdimos el set y en el quinto, la única solución fue sentarla en el piso, solo para tener seis en la cancha. Obviamente, perdimos...porque cuando la rotación la llevaba a la red, tenía que seguir sentada... tuvimos segunda chance (…) El rival era Vélez y el partido se jugó en River (…) perdimos 3-2…”

En 1971 pasaron dos cosas: Universitario decidió darle una mejora sustancial al gimnasio de 2 y 46 y nos "mudaron" los entrenamientos al Club Platense, cambió el ánimo de todos, extrañábamos (…) y las condiciones en general no eran las mismas. La segunda cosa fue fatal, para mí y para el equipo, me ofrecieron dirigir una revista de Deportes en Rosario y en abril decidí aceptar. Los jugadores no quisieron a ningún otro DT y decidieron manejarse entre ellos. Apenas empezado el torneo, se lesionó Julio Velasco un hombro y eso agravó los efectos del cambio en todos los aspectos -la categoría, el lugar, sin DT-.

En octubre vuelvo al club ya que la gente de Rosario no cumplió con las cosas prometidas, con el equipo al borde del descenso pude dirigir un par de partidos que no cambiaron eso. Un final extraño y amargo como fin de una historia maravillosa, que nos impidió saber hasta dónde podíamos haber llegado. Algunos de esos jugadores se fueron y lograron ser campeones con Estudiantes (Pampuro, Lopo, José Luis Blanco) y Julio Velasco, llevó la historia como DT a niveles inimaginables solo en un sueño. 

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