13 de Julio de 2003 | 00:00
Inspectores de Rentas de la Provincia desembarcaron ayer en la llamada "Feria Paraguaya" de 96 y 117 y, según se informó desde el organismo, detectaron presuntas irregularidades: comerciantes que no estarían inscriptos y venderían sin factura, además de mercadería cuyo origen no se pudo establecer.
Según la definición de Rentas fue un "operativo contra el comercio ilegal". Definición que coincide con los reclamos que, en relación a las ferias paraguayas, vienen planteando las cámaras empresarias de la región.
El operativo estuvo apoyado por personal policial con efectivos del Cuerpo de Infantería y se desarrolló sin incidentes durante el mediodía y parte de la tarde. Fuentes del organismo de control fiscal bonaerense indicaron que se labraron numerosas actas de comprobación de infracciones pero no se secuestró mercadería.
Los inspectores pidieron documentación a los casi 300 puesteros
instalados en esa feria paraguaya que, al amparo de un convenio
municipal funciona desde hace años bajo el nombre de Paseo de Compras
del Sur y donde se vende desde indumentaria hasta artículos de ferretería
además de un ancho abanico de otros productos como compact disc,
anteojos de aumento y juguetes.
Fuentes de Rentas indicaron que durante el operativo se labraron actas a "la casi totalidad de los puesteros por no estar legalmente inscriptos". También se habría constatado que en los puestos no se entregaba factura a los clientes y que tampoco se exhibieron boletas de compra de las mercaderías ofrecidas a la venta.
"Nuestro trabajo consiste en labrar las actas y elevar los informes. Luego Rentas tomará una decisión sobre qué corresponde hacer", indicó uno de los inspectores a cargo del operativo.
La feria de la calle 96 es uno de los sitios donde todos los fines de semana se venden artículos de todo tipo, especialmente indumentaria, en condiciones que el comercio legalmente establecido considera "de competencia desleal" ya que, como presume Rentas al ordenar ese operativo, en esas ferias se eludiría el pago impuestos. Cronistas de este diario pudieron comprobar que, por lo pronto, no se entregan facturas por ninguna compra. Tampoco se aceptan tarjetas de débito o de crédito.
La de 96 no es la única. Hay otra "feria paraguaya" que funciona en 45 y 152.
COMO Y POR QUE FUNCIONAN LAS FERIAS
Las ferias paraguayas platenses tienen, en su origen, una vinculación con la venta ambulante en el centro de la Ciudad. En 1997 la Comuna platense quiso echar a los puesteros callejeros que invadían el microcentro pero enfrentó una dura resistencia. El 20 de mayo de ese año el centro de La Plata se convirtió en un caos al enfrentarse los vendedores y las fuerzas policiales. La Municipalidad acordó entonces una serie de beneficios a los ambulantes y, a cambio de que abandonaran la venta callejera en el centro de la Ciudad, les cedió un predio en 96 entre 116 y 117 para que instalaran allí sus puestos, además de subsidios y otras ventajas que este diario describió oportunamente.
Aquel acuerdo de 1997 establecía que los vendedores que se instalaran en la feria de la calle 96 debían pagar la habilitación municipal, Ingresos Brutos e IVA. Pero no existen constancias de que aquellas condiciones se hayan cumplido.
Daniel Rivelli, director general de Gobierno de la municipalidad de La Plata explica que, en virtud de ese convenio, la feria de la calle 96 tiene "una habilitación 'per se'...no es una habilitación común" y sostiene que la feria que funciona en 45 y 152 -de similares características a la que se inspeccionó ayer- está "clausurada" desde 1998 por desvirtuar el destino de la habilitación que alguna vez se le concedió como "depósito y exposición". Por lo tanto -acota Rivelli- no se explica cómo esa feria funciona a pesar de la clausura dispuesta, con casi 200 puestos, todos los fines de semana sin que nadie se lo impida.
Sobre esa situación irregular que describe Rivelli, el titular de Control Urbano, Adrián Pavón, afirma que "desde 1998 hemos girado actuaciones a la AFIP y hasta a la Dirección de Migraciones... Se han hecho denuncias penales por violación de clausuras y hasta se han colocado patrulleros en la puerta para impedir el ingreso del público". Pero la feria sigue funcionando.
"Las multas fueron a parar al juzgado de Faltas del doctor Piloni", señaló Pavón. Pero fuentes de ese juzgado dijeron que "si se hicieron multas desde 1998 hasta ahora deberíamos tener una habitación repleta de expedientes".
LOS EXPEDIENTES FANTASMAS
Las incógnitas alcanzan al origen del predio donde funciona la feria paraguaya de la calle 96. Según el convenio de 1997, la Comuna lo compró para alquilárselo a los vendedores ambulantes. Pero la información sobre cuánto se pagó y a cuánto se alquila el inmueble parece estar perdida. El titular de Comercio del municipio platense, Juan Salaberry, admitió: "nunca me pude reunir con ese expediente".
También ha resultado incierta la información que en los últimos años han solicitado la DGI-AFIP y la fiscalía del doctor Leandro Heredia, esta última por una causa por presunta falsificación de compact disc. El 28 de enero de 2001, desde el Instituto Municipal de Producción y Empleo le enviaron al fiscal la siguiente respuesta: "... Este municipio no recaba informes sobre los empleados dependientes de cada puesto... salvo cuando a través del IMPE (el mismo organismo que contestaba el oficio) se realiza algún estudio ocupacional a los efectos estadísticos".
Y el 22 de marzo de 2002, el titular de la Región La Plata de la DGI-AFIP, Alejandro Maggio, pidió al municipio el listado completo de los puesteros de la feria de la calle 96. La información le fue enviada junto con un breve relato del convenio que amparaba el funcionamiento de los puestos.
SECRETO EN LA DGI
Fidel Chiapeli es el actual director de la Regional La Plata de la DGI y ante una consulta sobre las acciones de ese organismo ante las denuncias sobre las ferias paraguayas locales, referidas al presunto no pago de impuestos, afirmó que rige el "secreto fiscal". Chiapeli no precisó si los puesteros de 96 y 117 están legalmente inscriptos, si pagan lo que corresponde y, en caso contrario, qué se ha hecho para que esa situación no continúe. "No podemos hablar con la prensa", fue la explicación formal.
En la Cámara Argentina de la Indumentaria saben muy bien dónde queda y qué pasa en la "famosa" feria paraguaya de La Plata. Un estudio de esa entidad -donde se asegura que han realizado cientos de denuncias en juzgados federales de todo el país, incluyendo La Plata- revela que en el rubro indumentaria la mano de obra "en negro" alcanza al 40% y que unas 24.000 personas trabajarían en talleres clandestinos donde se truchan unos 100.000 millones de prendas por año por un valor de 1.200 millones de pesos, haciendo falsificaciones de marcas conocidas y caras.
Según la CAI, la evasión anual al sistema previsional ronda los 84 millones de pesos con una defraudación al sistema tributario del orden de los 500 millones de pesos anuales.
FALSIFICACION DE MARCAS
Además de la cuestión tributaria y previsional, las "ferias paraguayas" están en la mira por la presunta venta de ropa falsificada.
Carlos Alberto Muñoz es vicepresidente de Sur Pacífico SA, licenciataria de la marca germano-suiza "Mistral". Muñoz sabe que en las ferias paraguayas de La Plata se venden camperas, jeans, camisas y todo tipo de indumentaria informal con esa marca. Asegura que las prendas son "todas falsificadas" y que la firma hizo numerosas denuncias penales por esa razón. Cuenta que "una vez vinieron los dueños de la empresa y los llevamos a una feria paraguaya. Uno de los alemanes se agarraba la cabeza, no lo podía creer. Parecía una película de Fellini. No había forma de explicarle cómo esa gente no estaba presa, porque en su país por el mismo delito vas derecho a la cárcel y acá no pasa nada".
Martín López es jefe de Seguridad de la empresa Vesubio SA, licenciataria de la marca francesa Lacoste y sostiene que la competencia con los falsificadores "es imposible". A manera de ejemplo cuenta que una camisa con el tradicional cocodrilo bordado que en la feria paraguaya de La Plata se vende a 25 pesos, en su empresa no es posible producirla por menos de 45 pesos de costo. También anunció su decisión de denunciar a los responsables del predio de 96 y 117 y sumarla a las 200 denuncias que realiza anualmente en distintos juzgados.
"Hay empresas -y muchos comercios minoristas- que directamente se han fundido por culpa de la falsificación. Es un problema al que nadie le pone freno. En el Gran Buenos Aires está lleno de talleres clandestinos. El que menos gana es el pobre tipo que las vende pero los que producen y distribuyen son millonarios".
A López se le exhibió una camisa Lacoste comprada por un cronista de EL DIA en la feria de 96 y 117. Después de analizarla, López señaló que "es falsa" y explicó que "la calidad de la tela y la confección son pésimas comparadas con la original pero su presentación, su embalaje, el detalle de los botones labrados y las etiquetas hacen que tranquilamente pueda ser vendida en un local autorizado. Vamos a hacer una nueva denuncia penal".
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