Un juego macabro: dos nenes confesaron cómo mataron a Milagros

Dos hermanos de 8 y 9 años son los principales sospechosos de haber matado a Milagros Belizán, la nena de 2 años hallada asfixiada y golpeada en un predio del partido bonaerense de Temperley, en el marco de un tenebroso "juego que convertía a la víctima en un perrito" y que, según dijeron los protagonistas, "les parecía divertido". Además, los investigadores no descartan la participación en el caso de una tercera persona, posiblemente mayor de edad.

Las sospechas recayeron sobre los menores a raíz de los dichos de tres testigos y de la declaración del menor de los niños, quien aseguró que su hermano lo obligó a participar del ataque y lo amenazó de muerte para que no contara nada.

Ambos hermanos, que son inimputables para la Ley, están a disposición del juez de Menores 2 de Lomas de Zamora, Mariano Alejandrini, quien ordenó que les realicen exámenes psicológicos y de personalidad para resolver si los separa de su núcleo familiar.

Tenebrosa confesión

Fuentes policiales vinculadas a la pesquisa dijeron que los niños fueron llevados a la comisaría 3ª de Almirante Brown, tras hallarse el cadáver de Milagros desnudo, golpeado y con un cable alrededor del cuello, en un predio situado en Chubut y Rosales, del barrio San José.

Según los informantes, tres testigos, un mayor y dos menores, habían dicho a la policía que habían visto a los hermanos trasladar a los golpes a la niña hasta ese sitio. Esos testimonios se sumaron luego a la declaración que, según voceros policiales, hizo el menor de los niños ante su madre y los investigadores.

Las fuentes explicaron que mientras se hallaba alojado en la comisaría tercera de Almirante Brown, el nene de 8 años pidió hablar un momento a solas con su mamá, a quien le contó lo sucedido, lo que luego repitió ante policías y personal de la fiscalía a cargo de Héctor Toneguzzo.

Jugar y asesinar

El niño, según los voceros, responsabilizó a su hermano del hecho y dijo que fue obligado bajo amenazas de muerte a participar y luego guardar silencio. "Aparentemente, según dijeron los niños, estaban jugando a convertir a la víctima en un perrito, por eso el cable en el cuello. La sospecha es que el ahorcamiento se produjo cuando la niña intentó zafarse, al igual que los golpes que recibió", contó una fuente del caso.

En ese sentido, las fuentes indicaron que en la autopsia al cuerpo de Milagros se determinó que la niña fue golpeada en la espalda y luego murió asfixiada con un cable de televisión que le colocaron alrededor del cuello. Los forenses estiman que la nena fue atada del cuello a una puerta y que pudo haber muerto asfixiada al caerse o al intentar zafar de las ligaduras.

Si bien Milagros fue hallada desnuda, en la autopsia se descartó que haya sido violada.

Angustia absoluta

Durante la mañana de ayer, los restos de la niña fueron velados en su casa del barrio San José, donde sus familiares y vecinos se mostraron muy acongojados y por la tarde fueron inhumados en el cementerio de Rafael Calzada.

Tras el entierro, los familiares de la niña muerta anunciaron la realización de una marcha (concretada por la noche) en reclamo de Justicia desde la vivienda de la víctima hasta la escena del crimen. Los padres de Milagros, Mirta y César Belizán, se preguntaron por qué pudieron ser "tan crueles" los niños sospechosos del hecho, a quienes dijeron que conocían bien, ya que solían jugar con sus hijos.

"Vivían acá a la vuelta. Venían a jugar a la casa de mi hermano. No lo puedo creer", dijo Mirta. "Yo no esperaba que le hicieran esto. ¿Cómo se explica tanta maldad en dos criaturas? ¿Qué explicación le puedo pedir a un nene de 8 años? Yo no quiero ver más ni a los nenes, ni a la madre y ni a la abuela", dijo por su parte Analía, tía de la víctima.

Un caso aberrante

El crimen de Milagros fue descubierto el domingo a las 15.30, en un predio abandonado, poco después de que Milagros desapareciera de su casa, hecho que sus padres no denunciaron ante la policía, ya que la buscaban por su cuenta.

Tras descubrir el crimen, un grupo de vecinos derrumbó una pared perimetral del terreno y apedreó la casa del dueño, a quien acusaron de no cuidar de ese predio inseguro, en el que tiempo atrás ya se había encontrado un cadáver.