Terror en City Bell por una pelea a los tiros entre bandas de 2 barrios

Desde hace un tiempo no están nada bien las cosas entre dos grupos de jóvenes de la periferia de City Bell, por cuestiones que no salieron del anonimato. Pero esa tirantez hizo eclosión en la madrugada de ayer cuando se escucharon varios disparos.

De acuerdo a lo que pudo reconstruir este diario, el ataque se registró en momentos en que varios adolescentes estaban reunidos en una esquina y llegaron otros a bordo de un auto.

“Uno de los ocupantes del rodado descendió del vehículo, increpó a todos y luego los persiguió a los tiros”, indicó una fuente del caso, que agregó: “Uno de los chicos resultó herido de bala en una pierna”.

Como cabal prueba de la ferocidad del ataque, que se inició en las calles 15A y 461 B, para luego extenderse hacia las inmediaciones, algunos vecinos, que pidieron que no se publicaran sus nombres por temor a represalias, aseguraron que “se sintieron más de 20 balazos”.

Los habitantes de esa zona describieron el cuadro de situación: de un lado están los del barrio Santa Ana y del otro los del barrio El Molino (ver aparte).

AL BORDE DE LA TRAGEDIA

Durante la jornada de ayer perduraba entre los lugareños la conmoción por esa infernal balacera que, de acuerdo a distintos testimonios recogidos por EL DIA, provino de una sola arma de fuego.

Rodrigo (36) no salía aún de su asombro por la interminable cantidad de disparos.

“Esto pasó alrededor de las tres y media de la mañana, cuando un auto negro detuvo su marcha en la esquina de 461A y 15A, justo donde se encontraban reunidos tres chicos de más de 18 años”, mencionó inicialmente.

Luego hizo saber que “de ese coche se bajó un muchacho, que les reprochó `ustedes bardearon`. Por eso sacó un arma de fuego, que los hizo salir corriendo”.

Sin embargo, el sujeto que los intimidó salió a la carrera detrás de ellos y abrió fuego. “A uno de los chicos le acertó un disparo en una pierna, a 50 metros de la esquina, mientras que a otro lo rozó una bala cuando escapaba por 17 y 461”, puntualizó Rodrigo.

Se calcula que la repetición de disparos duró “entre 15 y 20 segundos”. Y muchas de las vainas quedaron diseminadas a lo largo de 150 metros.

Pero también, según coincidieron en precisar, la pasaron mal los dueños de viviendas que estaban en el radio de acción del violento atacante.

En tal sentido, un hombre reveló que “en una casa una bala quedó incrustada sobre una pared, luego de atravesar la ventana del frente. En esos momentos estaba durmiendo la familia que vive ahí. Y de casualidad no resultó herido ninguno de sus integrantes”.

A unos 20 metros, se indicó, “una mujer se levantó rápido de su cama y corrió agachada hasta la cocina, para ponerse a salvo de los tiros”.

Por su parte, otra vecina aseguró que el joven herido “ingresó a la remisería y le pidió ayuda a la telefonista. Quería que lo llevaran a un hospital. Pero la chica no pudo hacer nada, porque en ese momento no había ningún coche disponible”.