Pasajeros del ramal Roca pasaron tres horas varados y armaron un piquete en la Estación

Pasajeros en trance, pasajeros en tránsito perpetuo. Como parafraseando la canción clásica de Charly García, centenares de usuarios ferroviarios padecieron ayer por la tarde varias horas de viajes, escalas y esperas, y protagonizaron un piquete en avenida 1, ante la suspensión del servicio de trenes y micros sustitutos como consecuencia de un atropellamiento en Quilmes.

La odisea, para quienes llegaban a la estación La Plata de 1 y 44 con la idea de salir en colectivo hacia Villa Elisa, y una vez allí abordar un convoy eléctrico a la capital federal o puntos intermedios, comenzó apenas pasadas las 14, cuando una formación llevó por delante a una mujer entre las paradas de Ezpeleta y Quilmes.

En un primer momento, el servicio ferroviario se cortó por completo; luego se fue reactivando en algunos tramos. Recién por la noche comenzaría a correr con cierta normalidad. Esto implicó que las unidades de autotransporte y sus choferes automáticamente “desaparecieran”.

La espera, a la altura de 1 y 42, se hizo cada vez más larga, tensa y concurrida; sin noticias oficiales, a las 17,30 los más indignados -que exigían que al menos los micros los “arrimaran” hasta Villa Elisa o Berazategui- comandaron un corte total de la avenida 1, generando un embotellamiento de proporciones y obligando a autos, micros y camionetas con rumbo descendente a volver cien metros por la mano contraria para retomar 43 hacia 2.

“Hasta hace dos meses, los micros llegaban a Berazategui” recordó Miriam Barreto: “qué les cuesta tener un plan de contingencia para estos casos, que no son aislados”.

“La política de ‘no hay tren, no hay micro sustituto’, que se aplica a rajatabla, no es acertada porque hay gente que va desde acá a las intermedias, o a Villa Elisa, y le cortan el servicio” advirtió la vecina de Bernal que desde hace un cuarto de siglo usa el Roca para llegar a trabajar a nuestra ciudad.

La Bronca de los pasajeros

“Todos estamos volviendo de laburar o estudiar; y no es la primera ni la segunda vez que nos dejan colgados” explicó Alejandro Carvajal: “la coordinación del servicio en general no es buena; por más que calcule las demoras posibles, siempre pasa algo y termino llegando tarde a buscar a mi nene a su escuela en Ranelagh”.

“Nos enteramos de todo por trascendidos, porque los choferes, la gente de LGR y los efectivos de seguridad apenas hay un problema se borran” agregó María Sánchez, de Bernal: “en este caso, ¿cuánto pueden tardar los peritajes si hubo un accidente a las dos de la tarde? Recién cortamos la calle después de esperar tres horas, y aún así sólo logramos que nos enviaran tres micros para ir como sardinas enlatadas hasta Villa Elisa”.

Este traslado hacia los andenes de la localidad del norte platense no fue el último capítulo para la saga de penurias de los pasajeros. “Llegamos a Villa Elisa a las seis y media de la tarde y nos dijeron que el primer tren a Constitución recién iba a salir a las 19.38” se quejó Carvajal: “así que apenas cambiamos el escenario de la espera. Hay una imprevisión y un destrato que llegan a niveles insólitos”.