El día 1 de la transición hacia el recambio de gobierno

Tras la victoria electoral de Alberto Fernández sobre Mauricio Macri, el presidente electo y el saliente comienzan a darle forma a la transición que derivará en el recambio gubernamental el próximo 10 de diciembre. La fotografía que ambos se tomaron este lunes en la Casa Rosada constituyó la primera muestra de que buscarán encarar un proceso ordenado, para tratar de frenar la incertidumbre económica.

Alberto F. estuvo en la sede de gobierno durante una hora, prácticamente todo el tiempo en el despacho presidencial con Macri a solas. El clima entre ambos fue cordial, según lo definió el fotógrafo presidencial, Víctor Buggé, testigo presencial del encuentro.

En los hechos, la transición se había iniciado más temprano con la imposición por parte del Banco Central de un nuevo cepo cambiario confirmado por el titular de la autoridad monetaria, Guido Sandleris. “Las medidas apuntan a preservar lo más posible el nivel de reservas”, afirmó el funcionario en una conferencia de prensa que ofreció en la sede de Reconquista 266, a metros de la Plaza de Mayo.

La abrupta caída del nivel de reservas desde el lunes posterior a las PASO del 11 de agosto, estimada en 22.000 millones de dólares, es precisamente la preocupación más grande que tiene Alberto F. A tal punto, que el presidente electo pedirá incorporar un representante en el staff del BCRA para que siga “in situ” la gestión de Sandleris.

Mientras tanto, en la Casa Rosada el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, ratificó que la instrucción de Macri es “trabajar para una transición ordenada”, desde “el día 1”, con el objetivo de que el recambio “se lleve adelante de la manera más coordinada posible”. El Gobierno salientes designará a los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Hernán Lacunza (Hacienda) para encarar el diálogo con los representantes que designe Alberto F.

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En rigor, ambas fuerzas políticas (Juntos por el Cambio y el Frente de Todos) tienen acotado el margen de maniobra a raíz de la crisis económica que atraviesa el país. El endurecimiento extremo del cepo cambiario es una prueba de ello. Macri, que quedó fortalecido al obtener finalmente el 40% de los votos, podría dilapidar ese crédito si se retira del poder en medio de otra corrida cambiaria.

A su vez, Alberto F. necesita afrontar la transición de modo tal que no se profundice la crisis, porque la responsabilidad será totalmente suya en sólo 43 días, desde el 10 de diciembre, y los efectos de una debacle económica suelen perdurar por más tiempo.

En el plano político, en tanto, el resultado de las elecciones generales parece haber traído de regreso al bipartidismo, aunque en esta oportunidad no expresado sólo por peronistas y radicales sino por coaliciones más amplias –una de centroizquierda y otra de centroderecha- que acapararon nada menos que el 88% de los votos.

Ese nivel de polarización es similar al que se registró en la reinstauración de la democracia en 1983 –Raúl Alfonsín e Italo Luder reunieron el 92% de los votos-, aunque en el medio hubo elecciones mucho más desparejas, como la categórica victoria de Cristina Kirchner con el 54% de los votos en 2011, contra sólo el 17% de Hermes Binner. El regreso del bipartidismo, con la impronta de coalición del siglo XXI, constituye la marca de la nueva etapa política que se abre en el país.