Litto Nebbia en La Plata: “Si apareciera hoy un grupo como Los Beatles, no lo dejan grabar”

Félix Francisco Nebbia Corbacho llegó adolescente de Rosario a Buenos Aires, grabó el que es para muchos el primer disco de rock en castellano, se encontró en el baño de la Perla del Once con un tal José Alberto Iglesias: héroe fundacional del rock argentino, Litto Nebbia no se detuvo, sin embargo, en aquellas glorias mozas, en aquellos fulgores prematuros, y siguió viajando por las músicas para fortalecer el corazón.

Ahora, tras más de 50 años de carrera y con 71 años de vida, Litto llega a la Ciudad el jueves, a la sala de 43 entre 7 y 8, en plan solo, para repasar ese repertorio infinito hecho de himnos primigenios del rock en castellano, tangos, melódicos, folclore… ¿Cómo reducir ese inmenso repertorio de más de 1.200 canciones firmadas, a un espectáculo de dos horas? Litto revela que, básicamente, se sienta frente al piano o se cuelga la guitarra y va cantando canciones que van surgiendo.

“Es un show que hago hace varios años”, dice Nebbia en diálogo con EL DIA. “Intento ir cambiando el repertorio a partir de la pila de músicas que tengo escritas: uno saca un álbum, que tiene 15 canciones, pero queda una canción, la que tiene la suerte de pegar. Y yo no hago discos como a veces se hace, buscando el tema pegador que salve los papeles y después metiendo temitas de relleno. Yo meto una cantidad de cosas en cada disco que es lo mejor que tengo para mostrar en ese momento, más allá de que algunas canciones sean más conocidas que otras”.

“En los tiempos que vivimos todo es tan rápido que nadie tiene tiempo a dedicarse a escuchar lo que ocurre en un disco”

Nebbia subirá sin una banda que lo acompañe el jueves al escenario, con la intención de mostrar esas canciones ocultas, “que no es que no gustaron: no tuvieron la oportunidad. Especialmente en los tiempos que vivimos, donde todo es tan rápido que nadie tiene tiempo a dedicarse a escuchar lo que ocurre en un disco”. Pero también estarán, desde ya, su decena de himnos, esas canciones “que todo el mundo quiere escuchar”: “Solo se trata de vivir”, “Viento dile a la lluvia” y otros himnos firmados por Nebbia, músicas transgeneracionales, ovacionadas por “el público veterano que me conoce de la primera hora, otro más intermedio, y de pronto alguna cosa más de pendejada”.

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“La música se ha transformado cada vez más en esa búsqueda de la inmediatez”

“Me da placer” ver a los pibes en los shows, confiesa. Y dice que “yo no le doy bolilla al almanaque, he encontrado gente joven reaccionaria, y gente de 60 años que es brillante, desde muy pequeño fui educado de esa manera: cuando yo era chico me gustaban un montón de tipos que tenían 20 años más que yo. Me decían que me gustaban los viejos, pero me gustaba Miles Davis, Jobin, Gerry Mulligan. Era la música que me interesaba para desarrollar”.

LOS DÍAS DE LOS GATOS

Esa música es la que lo guió en sus primeros años como compositor, un purrete de 15, 16, 17 años, formando su primera banda: Los Gatos Salvajes, que viajó a Buenos Aires, grabó un solo disco, (hoy es un álbum de culto: “el primer disco del rock de autor”) y que luego se desarmó.

Los muchachos volvieron a la Rosario natal, pero Litto se quedó con Ciro Fogliatta. “Dormíamos en una plaza, en el subte”, se ríe. Y comenzaron a construir Los Gatos, grupo con varios ilustres (incluía a Oscar Moro, y llegó a tocar Pappo). Aquel grupo tuvo su epicentro en el triángulo formado por La Cueva, el Instituto Di Tella y Plaza Francia, donde convivían con otros combos como The Seasons y Los Beatniks, y por donde pululaban además Miguel Abuelo, Pipo Lernoud, Miguel Grinberg. Y Tanguito, claro.

“Hay algo que tiene que ver con esa música: ahora que ha pasado tanta agua bajo el puente, asoman como canciones tan sinceras, tan nobles, tan hechas con esa frescura, que no hay con que darle a ese material”, dice Nebbia del combo que firmó la canción fundadora del rock en castellano, “La balsa”, además de otras canciones invencibles como “Ayer nomás” o “Viento dile a la lluvia”.

“Hay músicas que siendo adolescente te sorprenden, por la actualidad, la sorpresa en sí, por una cuestión generacional. El material de Los Gatos tuvo un éxito a nivel latinoamericano, pero en su momento fueron valorados a partir del talento de esos pibes de pelo largo y canciones lindas”, opina el artista rosarino. “¿Pero qué se descubre abajo de las canciones cuando pasa el tiempo? Algunas canciones resisten el paso del tiempo, cuando la línea melódica es muy fuerte”.

“Algunas canciones crecen con el tiempo”. Las de Los Gatos, afirma, han evolucionado

“Algunas canciones crecen con el tiempo”, sigue Litto su análisis. Las de Los Gatos, afirma, han evolucionado. “Y las que no crecen, las que no tienen esa posibilidad de evolución, fueron pensadas para un éxito de taquilla, con un fin monetario”, lanza.

LA INDUSTRIA HOY

Es que para el multiinstrumentalista nacido en 1948 “la música se ha transformado cada vez más en esa búsqueda de la inmediatez, del éxito masivo instantáneo, que lleva a un alto manejo, en general, de millones de personas, generalmente de adolescentes, que son los que siempre tienen una moneda. Lo mejor es convivir, que haya absolutamente de todo, como en los 60: convivían las bandas de Inglaterra, las de Estados Unidos, con los que le gustaban Los Panchos, Juan D’Arienzo. Hoy la industria de los últimos años dice que ya no se hace más eso, se hace lo otro. Y lo único que hacen es dictaminar de qué manera quieren conducir el negocio, que es cada vez más perezoso. Si apareciera hoy en La Plata un grupo como Los Beatles, van a dar una prueba y no los dejan grabar”.

“La industria”, sigue Nebbia, “vende una imagen de que esa es la libertad en la vida, ese apartarse del sistema, cuando el sistema es el que controla tu libertad, limita las opciones. Y no se puede tener esta cosa tan uniforme, parece que somos todos monitos, que todos tenemos que consumir un solo tipo de sonido, de letra, de artista”.

Nebbia predica con el ejemplo: pionero en el rock en castellano, vivió luego varias vidas, de melodías y encuentros con otras músicas nacionales, desde el tango al folclore. Atiende el teléfono, de hecho, instantes después de llegar del Festival de la Música del Litoral, donde “no toqué una sola canción de mi repertorio”, sino que despuntó el vicio del chamamé junto a Los Hermanos Núñez.

“Parece que somos todos monitos, que todos tenemos que consumir un solo tipo de sonido, de letra, de artista”

“La gente que me sigue está acostumbrada a los cambios. Es que la mía es una historia contemporánea, y yo trato de explicar que lo que escribo tiene que ver con la migración de este país. Yo nací en Rosario, no soy del interior propiamente dicho, tampoco de la capital. Mis abuelos eran andaluces y napolitanos. De toda esa mezcla salen todas las expresiones de nuestro país: todo es, finalmente, música popular argentina”, explica Litto. Al final, es como canta: “Nadie puede dar una respuesta, ni decir que puerta hay que tocar”. Solo se trata de vivir.