Sin límite, a plena luz del día, la ola de robos en Arturo Seguí ahora afectó a un repartidor

Horas después y todavía aterrada, la dueña del minimercado, relató la secuencia. “El repartidor (de una marca de cervezas) estaba bajando mercadería cuando un vehículo frenó adelante del camión. Iban cuatro sujetos a bordo, pero se bajaron tres. Todos armados y encapuchados”.

La escena transcurría en una mañana calurosa en la -hasta hace poco tiempo- apacible localidad de Arturo Seguí. La misma en la que unas horas antes un vecino encontró en su patio a un adolescente “famoso” escapando de la Policía y donde desde hace dos meses buena parte de los vecinos no pega un ojo de noche ni puede distraerse de día por los robos, los violentos asaltos callejeros y en viviendas, y un nuevo producto extendido de la delincuencia local: las amenazas de los ladrones a las víctimas para evitar que los denuncien. Y cumplen: a un vecino de la calle 154 entre 410 y 411 le quemaron la casa que comparte con sus 4 hijos tras la presentación de rigor ante la Policía, luego de un robo. Los ladrones, se sospecha, viven a menos de 200 metros de la víctima.

En este nuevo capítulo del delito, la propietaria del comercio pidió reservar su identidad. Lo mismo que otros vecinos aterrorizados por ladrones con quienes se conocen y parecen dominar esas calles con códigos mafiosos. “Al menos uno de los ladrones tenía un arma larga, de gran calibre”, calculó la mujer.

Según la comerciante, todo ocurrió a las 11. “La calle estaba llena de vecinos que vieron todo. Se deben haber pensado que era una broma, porque ninguno hizo nada”, contó.

Según el relato, ante la vista de todos, rodearon a la comerciante y al repartidor. A ella le dijeron “metete adentro del almacén, cerrá la puerta y no te muevas”. Por el miedo que le generó la situación, la mujer no atinó a alertar a la Policía.

La maniobra duró pocos minutos. Le arrebataron todo el dinero que llevaba encima y huyeron a toda velocidad por 156, en dirección a 417.

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La propietaria del almacén no se fijó en el auto, primero porque no sospechó lo que iba a acontecer, luego porque el miedo la paralizó.

“Lo tenían marcado, no sabemos si lo venían siguiendo desde varias cuadras”.

Los vecinos de Seguí vienen denunciando una extendida secuencia de delitos con diversas vertientes. A diferencia de los ladrones del mini mercado -serían mayores de edad, usaban un auto y armamento impactante-, a diario se señala a jóvenes del barrio e incluso menores de hasta 12 años como protagonistas de una cadena interminable de hechos. La asamblea vecinal de seguridad viene reclamando más control policial y durante semanas pidió la apertura de un destacamento policial. Se había anunciado hace varios años y hasta tenía un local, pero recién abrió la semana pasada, en medio de un clima de tensión extrema, donde se llegó a proponer el linchamiento de adolescentes asociados a los delitos.

Esa inauguración y algunos patrulleros dando vueltas por el pueblo, bajaron la tensión el fin de semana. La tregua terminó el lunes, con el incendio en 154 entre 410 y 411, amenazas a otro vecino y una persecución de madrugada en la noche del martes.

A la noche siguiente, ya en la madrugada del jueves, David Di Lorenzo, uno de los vecinos que forma parte de la asamblea de seguridad, encontró en su casa algo que lo dejó perplejo: “la Policía los vio pasar en una moto robada, escaparon y comenzó una persecución. Alrededor de la 1.20 de la madrugada uno de los que escapaba se metió en mi casa sin saber que tengo 11 perros. Salí por los ruidos y me lo encontré quieto, entre los perros”, contó David Di Lorenzo.

Los galgos de la casa ayudaron y también un arma del dueño, custodio de profesión. Lo llevó hasta donde estaba la Policía, en la esquina. El segundo sospechoso había escapado. La actuación siguió con papeles en la comisaría. “La Policía me pidió hacer la denuncia y quise ir al destacamento que tenemos acá, pero mientras iba me dijeron que debía ir a la comisaría de Villa Elisa. Estuve hasta las 5 de la mañana con ese trámite”, lamentó el vecino.

No quedó conforme con algunos datos del acta, pero a la hora en que la leyó, cuando empezaba a amanecer, decidió firmar sin chistar.

“Lo que pasa ahora no se vio nunca en Seguí”, analizó Di Lorenzo y se situó en el tema recurrente de los debates en la asamblea, acerca de la repetida foto de los mismos sospechosos de robar, en la calle: “el problema son los jueces y los fiscales. Vos los agarrás y los sueltan por ser menores”, dijo y recordó que a quien llevó de la solapa hasta los policías, antenoche, es un chico de 16 años, involucrado con un grupo de adolescentes a quienes les achacan decenas de robos callejeros y asaltos en viviendas, en casos, ejecutados con llamativa violencia.

No todo es con menores, según Di Lorenzo: “son menores que roban para los mayores. Acá te asaltan. Luego, te amenazan con que si denunciás te prenden fuego la casa y después la queman, como ya vimos con el muchacho de 154 entre 410 y 411”, se quejó.

Patrullaje reforzado

Desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia, ayer se informó que, desde el 1° de febrero, en la localidad de Arturo Seguí se desarrolla un programa de patrullaje “reforzado”.

Según se indicó participan efectivos del Grupo de Apoyo Departamental, Comando de Patrulla de La Plata, Policía Local La Plata y Dirección de Caballería.

“Todas esas reparticiones tienen móviles y efectivos trabajando en la zona de manera continua”, explicó una fuente de la cartera Provincial.

¿Cuál es el objetivo? “El dispositivo de seguridad, intensificado durante las 24 horas, se implementa a los fines de prevenir delitos de modalidad motochorros, robo y hurto contra la propiedad, como así también contra las personas”, se indicó.