No se salva nadie: el industrial Albert Thomas sufrió por primera vez un ataque vandálico

Siempre hay una primera vez. Hasta para lo negativo. En la madrugada de ayer lo supo el industrial Albert Thomas que, por vez primera, fue vandalizado por uno o más sujetos aún no individualizados. Un hecho más de una larguísima lista que en la Ciudad comenzó a confeccionarse hace años y a la que nadie parece dispuesto a trazarle una línea roja.

Fue el tercer episodio en una semana. Los otros dos también se registraron en establecimientos con mucha historia: la Escuela Primaria Nº 8 “Domingo Faustino Sarmiento”, de diagonal 74 y 16, y la Escuela Primaria Nº 45 “Manuel Rocha”, de calle 68 entre 115 y 116, más conocida como “la escuela de Favaloro”, ya que allí estudió el prestigioso cardiocirujano René Favaloro.

“Fue daño puro. Se llevaron alguna que otra herramienta de un taller. Lo que podía entrar en una mochila. Y nada más. Luego desparramaron papeles en la preceptoría e intentaron provocar un incendio”, contó a este diario el director del emblemático industrial, Sergio Figueiredo.

En 2018, el vandalismo le costó $1.200.000 por mes a las escuelas platenses. Es decir, 14.400.000 pesos en el año. El equivalente a 14 aulas bien equipadas. Aulas, por ejemplo, para 4,6 jardines de infantes. O para una primaria de 840 alumnos.

Un verdadero despropósito, más aún en una ciudad donde la mitad de los niños y niñas de entre 3 y 5 años no tienen lugar en los jardines públicos.

No hay suficientes patrullajes policiales, dicen en todas las escuelas que han sufrido asaltos. Más de una vez se propuso reinstalar la figura del sereno, tanto durante el gobierno anterior como en el actual, y ambos dijeron que no. Hace varios años se comenzaron a instalar cámaras de seguridad en los edificios escolares, pero el Suteba hizo una presentación judicial contra la medida argumentando que se usarían para controlar a docentes y alumnos, un juez le dio la derecha al gremio y todo quedó en nada. ¿Que ocurrió? Que las escuelas siguieron y siguen tan indefensas como siempre.

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“Un armario viejo”

Respecto del Albert Thomas, el profesor Figueiredo insistió en que “se trató de daño puro”.

Contó que ingresaron saltando el portón de calle 57 entre 1 y 115. Estuvieron en uno de los talleres, de donde “se llevaron algunas herramientas”, y también en la jefatura de preceptores.

Consultado acerca de la documentación que tiraron, rompieron y quemaron, el director del industrial afirmó que “ni siquiera se trató de papelería importante para el colegio, porque tomaron un armario viejo que tenía cosas viejas”, puntualizó.

El docente no ocultó su pesar por lo ocurrido, sobre todo porque “uno se queda pensando en que pueden volver a entrar; se queda preocupado”, admitió.

En ese sentido, comentó que están tomando “distintas medidas” para mejorar la seguridad en el establecimiento.

Un relevamiento oficial sobre las consecuencias del vandalismo en las escuelas platenses en el periodo enero-diciembre de 2018, que EL DIA publicó a principios de este año, dio cuenta de que los 14,4 millones de pesos que costaron los actos delictivos (como se dijo, el equivalente a 14 aulas equipadas) abarcaron robo de electrodomésticos, instrumentos de música, aparatos tecnológicos y hasta medidores de gas.

Mucho dinero también se fue en reparaciones por daños edilicios, roturas de ventanas y rejas, rotura de estufas, mochilas y azulejos en baños, grifería y otros.

En ese el ciclo lectivo hubo más de 30 episodios vandálicos denunciados. Es decir que fueron más. Y todo continúa igual.