Escándalos retro: el verano fatal de Fede Bal y Barbie Vélez

“Fede Bal está en cualquiera”, se escucha por Avenida Corrientes: el Carmencito puso en jaque la obra en la que trabaja, “Mentiras inteligentes”, por acudir a una fiesta clandestina (Fede dice que fue un festejo familiar) que se volvió viral, justo cuando la cantidad de casos de COVID aumenta, los teatros solo pueden llenar el 30% de las butacas y un caso de coronavirus dentro del elenco implicaría la suspensión de la obra que tanto costó montar.

Pero, claro, no es la primera vez que Bal protagoniza un escándalo veraniego: de hecho, hace apenas semanas, organizó una pool party que comprometió su relación de pareja, y de paso la relación de pareja de El Polaco, en la que prometía que habría mujeres y que todos sabían que no se podía tomar fotos. Algo leve, claro, en comparación con lo que ocurrió en aquel verano de 2016, cuando Barbie Vélez apareció en el departamento del mediático y todo estalló por los aires. Parece que, al revés que los hombres lobo, cuando calienta el sol, Fede Bal no se puede controlar.

Algo que ya había demostrado desde el inicio de su relación con la hija de Nazarena Vélez: la relación comenzó en febrero de 2015, con los dos coqueteando pero también celándose constantemente: de hecho, la oficialización del romance se dio días después de que Bal fuera a una fiesta y se lo viera charlando animadamente con un grupo de chicas. Una escena de celos después, eran novios.

Eran chicos, claro, y vivieron uno de esos romances adolescentes tóxicos, con peleas constantes, mucha paranoia (y bastante razón, resultó ser) y todo en el escenario público, lo que acrecentaba el drama. Parecía un culebrón mexicano, y terminaría con ese nivel de dramatismo.

Las peleas fueron una constante durante el año de relación de ambos: Fede parecía tirarle onda a todo lo que se movía, y encima fueron al “Bailando”, pero con diferentes parejas. Bal bailaba con Laurita Fernández, entonces novia de Fede Hoppe, y ese sería uno de los principales focos de choque entre Bal y Barbie. La hija de Naza enfureció con una coreo hot, y hasta obligó a cortar algunas partes. Fede también celaba: cuando él se quejó por los mensajes que llegaban tarde a su celular, ella le dijo que “no me hagas quedar como una loca, como si vos me dejaras tener amigos hombres”. Epa. Salí de ahí, amiga.

En el medio, mientras cada semana parecían a punto de separarse, y típico de esos pasionales y complejos primeros amores, planeaban casarse, vivir juntos, tener hijos. Así llegó el verano fatal: no tuvieron mejor idea que trabajar juntos en la obra “Enredados”, pero para entonces las rencillas entre ambos eran insoportables, y aunque comenzaron el verano viviendo juntos en una casa, para febrero él ya se había mudado a un departamento. Los motivos de aquella especie de separación nunca quedaron claros, aunque algunas versiones indicaban que, en una de sus peleas culebronescas, ella lo había amenazado con un cuchillo. Los gritos de la pelea se escucharon en toda la cuadra.

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Tomaron distancia. Ella se fue de vacaciones con Cande Ruggeri, él con amigos. Pero en el medio, se dieron cuenta que no podían vivir sin el otro: cortaron las vacaciones y se reencontraron en Roma, la última reconciliación.

Eso fue en marzo. Recién en mayo, se confirmó la separación de ambos. Y Barbie apareció en la tapa de una revista del corazón luciendo moretones que hacían imaginar lo peor. Fede Bal salió a responder que nunca había tocado a Barbie, y acusó: ella, afirmaba, le había roto toda la casa en un ataque de celos. Incluso le había roto el celular, y cuando arrepentida fueron juntos a comprarle otro y quedó con el auto en doble fila, se bajó del auto y se llevó las llaves con ella. Ambos se denunciaron judicialmente.

EL CASO JUDICIAL

En la causa, Barbie declaró que el actor tenía un comportamiento agresivo por el consumo de drogas y alcohol, y que se venían peleando desde hace un tiempo, y relató que el 30 de abril de 2016 se encontraba en el departamento del hijo de Carmen Barbieri, ubicado en Belgrano, y él llegó alcoholizado. Ella no le habló para que no se enojara, pero al descubrir unos mensajes de una mujer en su celular, le preguntó al respecto. Él reaccionó violentamente, la agarró del brazo y del cuello, la zamarreó y la arrojó contra un placard. Asimismo le tiró algunas prendas en su cara. Barbie, según su declaración, amenazó con contarle todo a Hoppe. El actor, según la versión de Vélez, dio algunos puñetazos contra el placard y le dijo: “Yo no te quiero pegar. Tu mamá está sola. A mí no me importa nada. Yo no tengo nada que perder”. Ella se puso a llorar estando en el suelo. “Vos sacás lo peor de mí”, señaló el hijo de Santiago Bal.

La versión de Bal es distinta. Primero, aclaró que en el departamento ya no vivían ambos: Barbie estaba allí para emboscar al Carmencito, al haber confirmado, supuestamente, su relación con, claro, Laurita Fernández. Bal y Barbie estaban todavía oficialmente en pareja, y para agravar las cuestiones, Vélez le habría dicho al mediático que tenía un atraso. Y luego, se negó a hacerse el test de embarazo. Cuando Fede encontró a Barbie, según su versión, ella lloraba desconsolada: ya había roto su celular.

Y procedió luego a “tomar un zapato de taco y romper un plasma. Comenzó a tirar acetona y prendió fuego el piso del departamento, y que él logró apagarlo con agua del baño. Luego ella comenzó a golpearlo nuevamente, y él la tomó de un brazo y la sentó en el piso. Luego se dieron besos y terminaron en la cama juntos. Ahí, Bal descubrió que ella estaba indispuesta”, según parte de la declaración del hijo de Carmen Barbieri. En la declaración de Barbie, “el acusado le pidió que se acostara con él, y ella accedió por temor”.

Un horror total. Pero la causa se mediatizó y se banalizó. El resultado de tanto fuego cruzado en los medios es que la justicia sobreseyó a ambos: a Barbie por los delitos de lesiones dolosas leves calificadas y el delito de hurto, en dos hechos, y a Bal por el delito de lesiones dolosas leves calificadas.

La batalla legal todavía continúa, con ramificaciones, como durante toda esta historia, en los medios: cada tanto, alguien dice algo y alguien responde. Bal hasta sacó una perimetral contra Nazarena Vélez. La mamá de Barbie tiró algunos comentarios picantes cuando Carmencito estuvo enfermo. Un romance de verano, de adolescentes, que dejó secuelas para toda la vida.

Ahora, lo curioso es que los dos tuvieron siempre razón en sospechar del otro. Al menos, el final de la historia así lo demuestra: tras varios meses jugando a las escondidas, con un caso judicial abierto al que no convenía agregar pruebas de infidelidad, Fede blanqueó su relación con Laurita Fernández, la misma por la que Bal le decía a Barbie que era una loca, una mentirosa. Curiosamente, un año más tarde ella blanqueó su romance con su hermanastro, Lucas Rodríguez, con el que ahora se va a casar. Fede ya sospechaba de una relación entre Barbie y Lucas a principios de 2015, fogoneado por una serie de fotos en las que se veía a ambos muy acaramelados en un boliche en aquel verano fatídico.

“Estaba con el hijo de Fabián que ustedes saben que era como mi papá, lo amaba profundamente, y por ende el hijo es como mi hermano”, contestó ella ante las imágenes, una frase que resuena particularmente hoy...

Las peleas fueron una constante durante el intenso año de relación que mantuvieron

Ella dijo que él la había golpeado y él que ella le había destrozado el departamento