Tres robos en siete días: Tolosa en llamas por la inseguridad

La inseguridad ahora posó su mirada -y sembró el pánico- en un barrio de Tolosa, donde comerciantes de tres locales de una misma cuadra fueron despojados de dinero y otras pertenencias. Según dicen los damnificados, los ladrones son menores de edad, que viven no muy lejos de allí.

Como lo publicó este diario en su edición anterior, el último de los ataques, y muy violento por cierto, ocurrió el jueves en una librería de 520 casi esquina 6.

Hasta allí fueron dos precoces delincuentes, que según testigos llegaron y escaparon a pie. No eran clientes, eran ladrones, como los que pocos días antes asaltaron también a un kiosco y a un negocio dedicado a tatuajes. Los tres casos ocurrieron en 520 entre 5 y 6.

“QUEDATE TRANQUILA”

El brutal ataque a la propietaria de la librería “Las 3 bendiciones” fue a las 6 de la tarde del jueves, en momentos en que la actividad comercial y el movimiento de gente en el lugar era intenso.

Pero con total osadía, dos adolescentes se pararon frente a la puerta de ese negocio. Uno pidió ser atendido, porque la entrada estaba cerrada con llave, y el cómplice se quedó expectante a pocos metros.

Gustavo (54), esposo de la mujer asaltada, ayer le contó a EL DIA que “apenas mi mujer le abrió la puerta y le preguntó qué necesitaba, el pibe le dio un empujón y con amenazas la obligó a ir para el fondo del local”.

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Al advertir la desesperación de la comerciante, “(el delincuente) le pidió que se quedara tranquila. Pero ella le contestó que tranquila se iba a quedar cuando agarrara lo que quisiera llevarse y se fuera enseguida”, reveló el hombre.

Esa respuesta enojó al asaltante y fue el disparador de la violenta reacción que tuvo segundos después.

En tal sentido, Gustavo comentó que “el chico le dijo con bronca `te dije que te calles` y enseguida tomó una tijera del mostrador y la apuñaló en un hombro”.

Consciente de que esa circunstancia ameritaba apurar la fuga, “sacó la plata que había en la caja registradora, el dinero que tenía mi mujer en la cartera, lo que sumó unos 5.000 pesos. También robó algo de mercadería, para luego escapar con el cómplice que lo esperaba afuera”.

Calculó que la secuencia completa del asalto transcurrió “en menos de dos minutos”.

Y consignó que “antes de decidirse por entrar a robar a mi mujer, vieron que estaba sola, porque yo me había ido 20 minutos antes. Y hasta donde estuve en el local, en los comercios de al lado al nuestro había paradas en la puerta otras dos personas. Pero se ve que esperaron a que entraran a esos negocios y ahí resolvieron que era el momento de robar en el nuestro”.

POLICÍAS Y UNA AMBULANCIA

Ya con los menores en plena huida (testigos estimaron que tienen entre 16 y 17 años), arribó a la escena del ataque una comitiva policial y una ambulancia del SAME.

Con otros comerciantes y vecinos conmocionados por lo sucedido, los efectivos recabaron datos sobre la fisonomía y la vestimenta de ambos ladrones, para salir rápido a su búsqueda.

Los emergentólogos, a su vez, se abocaron allí mismo a curar la herida que presentaba la comerciante. “Por suerte fue superficial, porque justo le dio con la tijera donde tiene el hueso”, aportó luego Gustavo.

Pero su esposa además sufrió un fuerte estado de nervios y angustia, que “le hizo bajar la presión arterial”, por lo que el personal sanitario la asistió con una medicación.

“Ahora está descansando en casa, reponiéndose del susto que se llevó”, indicó el marido de la víctima, que ayer estaba acompañado en su negocio por un familiar.

PARADOJA

Durante la charla que Gustavo mantuvo con este diario, aludió a que “quienes estuvieron en este local antes que nosotros, tuvieron su comercio durante 7 años y nunca sufrieron un robo. En cambio, nos instalamos acá con esta librería hace apenas 15 días y ya tuvimos un hecho de inseguridad”.

Con todo, dejó en claro que este amargo trance generado por el asalto, no cambiará los planes de su familia de apostar por el emprendimiento comercial.

El grave ataque a la dueña de la librería que no hizo más que profundizar el miedo que tanto vecinos como comerciantes de esa cuadra vienen soportando desde hace un tiempo.

Y quienes se percataron ayer de la presencia de este diario en el lugar, no dejaron pasar la oportunidad de denunciar que “hace rato que vemos por acá a sospechosos y se trabaja con miedo, porque inclusive cuando se hace de noche el peligro es mayor debido a la gran oscuridad que hay”. “Necesitamos que pase seguido algún patrullero”, enfatizaron.