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Toda la semana |Con distintos atractivos familiares, recorremos algunos de estos destinos

Turismo: veranear entre el mar, el bosque y la tranquilidad

Pequeñas localidades se convierten en una alternativa singular para pasar unas vacaciones en playas prácticamente vírgenes, solitarias y alejadas del ruido urbano

Turismo: veranear entre el mar, el bosque y la tranquilidad

La zona más boscosa de la costa, un atractivo / municipio de la costa

Cecilia Famá

Cecilia Famá
vivirbien@eldia.com

22 de Enero de 2023 | 03:28
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A pocos kilómetros de nuestra Ciudad, podemos encontrar diferentes formas de salir de vacaciones con opciones para satisfacer todos los gustos. Quienes disfrutan de destinos agrestes y apacibles encontrarán en Mar de Cobo, partido de Mar Chiquita, y en Lucila del Mar, La Costa, amaneceres cerca de la playa, silencio solo interrumpido por el sonido de los pájaros y las olas, sitios con historia, arboledas frondosas y calles estrechas. Por su parte, en General Alvarado, San Cayetano y Necochea se recrea el encanto típico de las localidades que dan al Atlántico con experiencias inolvidables. Tomamos la ruta y recorremos los mayores atractivos de cada uno de ellos, con todos los detalles para no perderse ningún plan.

“La Lucila del Mar, una playa mágica a orillas del mar”, así describe este destino turístico la historiadora Adriana Pisani en el título del libro que relata los orígenes de la localidad que hechiza con sus atractivos, con un tinte especialmente familiar.

Uno de los imperdibles espacios que ostenta el lugar es el muelle de pesca construido en madera con una longitud de cien metros, cuatro de ancho, quince de morro y una altura que varía entre los cuatro y cinco metros. Una foto en este sitio icónico es el recuerdo perfecto que todos quieren llevarse para postear en las redes.

El acceso es gratuito, excepto en la zona del morro, y además cuenta con alquiler de equipos de pesca, sanitarios y kiosco. En el sector de ingreso se emplaza un local de comidas especializado en cocina de mar.

“El plato preferido del público son las rabas con papas fritas y la estrella es la cazuela de mariscos, receta de mi abuelo Severo que en la década del cincuenta tenía su casa en Lucila del Mar”, cuenta Matías Severo Fernández Mejía, chef de tal región.

“Mi idea siempre fue poner en valor la historia del muelle y de toda la gente que lo integra”, expresó.

Su abuelo Severo Fernández llegó desde Asturias, España, con recetas de mar y espíritu precursor. “Fue fundador del Teatro Maipo, pionero en el Teatro de Revista y actor en la edad de oro del cine nacional entre 1935 y 1952, y compartió escenas con Aníbal Troilo y Alberto Castillo”, detalla orgulloso su nieto.

En esta pequeña localidad costera, Fernández encontró la calma de la naturaleza: “Un lugar totalmente opuesto a su vida diaria que transcurría entre estudios de televisión y teatro”.

Recorrer el pago tanto en bicicleta como caminando es una experiencia absolutamente recomendable. Actualmente, se encuentran trabajando en el programa de experiencias guiadas, con circuitos a pie en compañía de un guía de turismo, durante una hora y media aproximadamente, cuyas novedades se transmiten por las redes oficiales de la zona.

En cuanto al alojamiento, La Lucila propone hoteles de dos y tres estrellas superiores, hostería, cabañas, duplex y casas.

A tal playa también se la conoce como la “Capital Nacional del Amor” porque todos los 14 de febrero se realizan espectáculos de música frente al mar, que convocan a las y los enamorados en una jornada memorable.

Siguiendo el viaje, sobre la RP N°11, en el kilómetro 487, se encuentra Mar de Cobo. Un poblado de trescientas hectáreas que pertenece al partido de Mar Chiquita. La avenida de acceso Manuel Cobo conduce a un encuentro directo con la costa mientras álamos, pinos, olmos y cipreses acompañan el trayecto.

La añosa arboleda en la que habitan distintas especies, el paso lento del tiempo y el sonido del mar componen una escena de ensueño que fascina a las personas dispuestas a descansar y conectar con la naturaleza.

La reserva forestal se convirtió en el espacio ideal para disfrutar junto a los más pequeños, con los entretenimientos del parador turístico integrador en la plaza Manuel Belgrano, las canchas de fútbol y básquet y la feria de artesanías. Allí está ubicada la ermita Virgen Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad.

Entre la amplia oferta de alojamientos turísticos figuran cabañas, hosterías, posadas, aparts y campings. Sus playas amplias son sinónimo de tranquilidad en familia, tardes de juegos y días de mate y lectura bajo el sol.

Carlos Santuccione llegó a Mar de Cobo hace poco más de dos décadas, con la crisis de 2001. Por ese entonces vivía en Vicente López hasta que con Victoria, su compañera, decidieron pegar el volantazo e instalarse en un poblado marítimo. Y hoy llevan adelante un complejo de cabañas.

“Los clientes destacan el confort y la calidad de los servicios que brindamos dentro de la habitación. También somos pet friendly ya que la mayoría vienen con sus perros”, señala Santuccione.

Los alfajores de Cobo son auténticos manjares bonaerenses que elaboran de manera artesanal las hermanas Noelia y Gisela Pignataro. En los locales se encontrarán diferentes variedades desde las tradicionales a las más innovadoras como alfajores de cerveza rubia y negra; de capuccino; de gin y de chili picante.

Lucila del Mar y Mar de Cobo, dos destinos que representan la diversidad de paisajes, alojamientos y gastronomía de la Costa Atlántica de la provincia de Buenos Aires.

MÁS PARADAS EN LA RUTA

Lugares apacibles que seducen con sus costumbres de pueblo, sus paisajes de playas agrestes y sus experiencias de relajación y descanso en los municipios de General Alvarado, San Cayetano y Necochea, donde las pequeñas localidades se convierten en una alternativa singular para embelesar la temporada.

Las playas prácticamente vírgenes, solitarias y alejadas del ruido urbano, en Centinela del Mar, General Alvarado, forman parte de los ecosistemas litorales con alta relevancia biológica que preservan comunidades faunísticas y florísticas autóctonas de la costa pampeana austral, incluyendo especies endémicas como la Lagartija de las Dunas, Monumento Natural de la Provincia de Buenos Aires.

A la localidad se llega desde la ciudad de Miramar por RP 77 hasta RP 88 donde se gira a la izquierda y, luego de 32 kilómetros, se encuentra el acceso con 17 kilómetros por tierra directo hasta la entrada. Otra alternativa es tomar el camino de tierra desde Mar del Sud durante 35 kilómetros.

Desde Rocas Negras hasta el arroyo La Nutria Mansa, es una Reserva Natural que protege restos fósiles con gran importancia para comprender el pasado y la evolución de las especies en la región.

“El valor paisajístico para la explotación eco-turística de bajo impacto puede representar un interesante recurso económico local, siempre que respete la intangibilidad necesaria que deben mantener muchos de sus sectores para lograr su sustentabilidad a largo plazo”, afirmó Claudia Manso, funcionaria local.

El pago cuenta con un pequeño parador, ubicado en la vieja usina, donde se puede disfrutar de la gastronomía y descansar en un pequeño alojamiento.

La comunidad de este destino turístico es parte de encuentros y peñas folclóricas que atraen un nutrido público, pugnando por conservar las tradiciones ancestrales con participación de artistas pampeanos y patagónicos.

En el barrio de la Baliza, a dos cuadras del icónico muelle y a otras dos de un reconocido vivero, cobijada por un paisaje de ensueño, se encuentra una pequeña fábrica familiar, donde se elaboran todos los productos de manera completamente artesanal y a la vista. Allí abrieron sus puertas un 20 de diciembre del 2010 cuando Norma y Marcelo se mudaron a esta ciudad.

Los primeros años trabajaron durante las temporadas y, con el tiempo, decidieron redoblar la apuesta: abrir todos los meses para que el público local pudiera deleitarse con sus alfajores en cualquier momento del año.

“Actualmente, Ayelén (hija mayor de Marcelo) y yo, hacemos honor al proyecto, seguimos adelante a cargo de la marca ya reconocida a nivel internacional: en agosto de este año, obtuvo la medalla de oro en la categoría “Mejor alfajor simple del Campeonato Mundial del Alfajor, para el de dulce de leche bañado con chocolate blanco”, relata Norma Larrosa, responsable del emprendimiento.

Retomamos el camino, y a 75 kilómetros de la ciudad de San Cayetano, emplazada entre médanos, afloramientos rocosos y vegetación agreste, la playa donde se forman pequeñas bahías presenta atardeceres de película.

Deportes de agua, pesca deportiva, descanso, recreación al aire libre y fotografía invitan a la sorpresa y el disfrute. También se pueden observar diferentes naufragios: los más populares son barco “El charrúa”, que se encuentra en el mar y se ve cuando la marea está muy baja, y “Pagrus I”, ubicado sobre la arena, unos 8 kilómetros hacia el oeste, la única manera de llegar es a pie o en vehículos con doble tracción.

Otro clásico del destino son los paseos en bici en sus paisajes soñados. En tal localidad prestan bicicletas para todas las edades y, adaptadas, para personas con movilidad reducida.

“En el acceso a la villa, un sendero peatonal autoguiado de unos 3 kilómetros con dos miradores de aves, llega hasta la laguna La Salada. En este momento con un nivel bajísimo de agua se ofrecen kayaks y funciona un sector de parrillas y sombra de uso público y gratuito”, detalla Lucía Camejo, coordinadora local. Además, anticipa que próximamente inaugurarán un complejo con piletas de arena, gimnasio a cielo abierto y cancha de vóley.

Tres campings, cabañas, restaurantes, cervecería, pastelería, proveedurías, servicio policial, sala de primeros auxilios, guardavidas y prefectura naval son algunos de los servicios que incluye el balneario.

“Los alfabrownies de chocolate y los de limón me hicieron famosa pero también me piden mucho la tarta Analía, el lemon curd y el rogel. En salado, lo que más sale es el panettone a los cuatro quesos”, cuenta Analía Stéfano, quien brinda desayunos, meriendas y cenas deliciosas.

Otras maravillas enmarcadas por el océano Atlántico: el nuevo paseo “Lago de los cisnes” aparece como atractivo destacado entre las playas y bosques de Necochea, un sitio de encuentro para el esparcimiento, el aprendizaje y el contacto fluido con la naturaleza, a partir de una experiencia recreativa integral.

Juegos de aventura como tirolesa, paseos en hidropedal, vértigo jumping, palestra, kayaks, toro mecánico, inflables y calesita, locales gastronómicos, tienda de artesanías y granja ecológica tienen como centro a este lago artificial.

“Los aparts equipados con todas las comodidades se encuentran dentro de un sector del complejo”, informa Pablo Etchegaray, uno de los responsables del lugar.

Quienes visiten este paraíso de playa no pueden dejar de pasar por el Museo Casa del Faro, emplazado al pie del mismo, como iniciativa del reconocido artista quequenense, Nicasio Díaz Llanos. Muestra permanente sobre óleos y acuarelas de artistas nacionales e internacionales, certámenes literarios y de fotografía, exposiciones de consagradas y emergentes, festivales de cine, presentaciones de libros, talleres y charlas, con vista privilegiada al mar.

Otra alternativa hotelera, a la vera del Río Quequén en el paseo de la Rivera, promete confort y relax en sus piscina climatizada indoor y outdoor, jacuzzi, sauna, deck solarium y departamentos totalmente equipados. “Las y los huéspedes cuentan con todos los servicios que les otorga el Club del Valle como canchas de tenis, básquet, hockey, fútbol, actividades náuticas y paseos en bicicleta”, dijo Agustín Ferrari, gerente local.

Alejados del centro de la ciudad, los complejos cuentan con servicio de restaurante, alquiler de sillas y sombrillas móviles para bajar a la arena, estacionamiento, kiosco, cafetería, patio cervecero. “Lo que más gusta son los atardeceres y los after beach que se realizan con djs y bandas en vivo”, asegura Juan Ferrario, a cargo del proyecto.

General Alvarado, San Cayetano y Necochea recrean su encanto en localidades costeras con experiencias inolvidables para sentir la alegría que produce viajar por destinos muy cercanos a nuestra ciudad, que reúnen playas, contacto directo con la naturaleza, un entorno apacible y actividades culturales y deportivas interesantes.

Sitios con historia, arboledas frondosas y calles estrechas con experiencias inolvidables

Amaneceres cerca de la playa, silencio solo interrumpido por el sonido de los pájaros y las olas...

A pocos kilómetros de la Ciudad hay diferentes formas de vacacionar con opciones para todos

 

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La Lucila del mar, un sitio muy familiar / municipio de la costa

Mar de Cobo, al amanecer / municipio de mar chiquita

El acceso a la playa, con facilidades para todos / municipio de la costa

El muelle de la Lucila, al atardecer / municipio de la costa

La zona más boscosa de la costa, un atractivo / municipio de la costa

Una buena paella, a la orilla del mar / web

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