Detalles del impactante operativo en la Región por una banda narco

La investigación duró más de un año y contó con unas 10.000 horas de escuchas telefónicas, seguimientos encubiertos y 12 allanamientos con personal de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía provincial. Así pudieron desbaratar a dos células criminales de una misma banda dedicada a comercializar estupefacientes en la Región.

Tal como reflejó este diario en su edición anterior, hubo seis detenidos, entre los cuales se encontraba el sindicado jefe de la organización. También tres mujeres que operaban como vendedoras y distribuidoras.

No era un grupo delictivo cualquiera, ya que, al margen de la cantidad de droga decomisada, se comprobó que había lavado de activos con comercios, autos de alta gama y otras excentricidades.

Además, hay otro dato que no pasó desapercibido y que describe cabalmente cómo eran los códigos mafiosos con los que operaban estos delincuentes pesados.

Según una alta fuente de la pesquisa, dentro de las filas de esta poderosa gavilla había mano de obra esclava, ante deudas contraídas en el pasado por alguno de sus familiares.

Por ejemplo, citaron el caso de que uno de los detenidos había sido obligado a trabajar para la organización, porque el padre, que había fallecido, les debía aparentemente dinero.

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“Lo captaron en la villa 1-11-14 y lo trajeron para La Plata a la fuerza. Y hasta se mostró aliviado de haber sido detenido, aunque ahora deberá demostrar sus dichos con pruebas. Hasta contó que sentía miedo por su madre y la hermana, que quedaron solas”, agregó el mismo portavoz.

La pesquisa está a cargo del fiscal Hugo Tesón, titular de la UFI Nº 18 nuestra ciudad, quien ya indagó a todos los sospechosos, aunque ninguno de ellos aceptó declarar.

Además, como garante del proceso, actúa la jueza Marcela Garmendia.

Durante la madrugada del viernes, se llevaron a cabo siete allanamientos simultáneos dirigidos a desarticular la red liderada por quien fue identificado como C.J.G., quien cuenta con frondosos antecedentes por Infracción a la Ley de Drogas (23.737) y contaba con un pedido de captura activo emitido por el Juzgado Federal Nº 3 de Rosario por delitos de narcotráfico.

Los voceros explicaron que uno de los domicilios allanados reveló un dato clave: C.J.G. residía en la planta alta de un edificio ubicado sobre Diagonal 74 y en la planta baja funcionaba una reconocida panadería que operaba como pantalla comercial, aunque “era utilizada para ocultar, disimular y legitimar el origen de fondos, configurando una presunta maniobra de lavado de activos”, agregaron.

La segunda fase del operativo tuvo como blanco la organización criminal encabezada por una ciudadana de origen peruano.

Durante el despliegue, el accionar de los cuatro canes de la Dirección de Cinotecnia del Servicio Penitenciario bonaerense fue determinante. Uno de los animales marcó con absoluta precisión un vehículo de alta gama estacionado en una cochera, permitiendo a los investigadores el hallazgo inmediato de droga cuidadosamente oculta en su interior.

La intervención de estas mascotas adiestrados no solo fue decisiva para asegurar evidencia clave, sino que expuso cómo su trabajo silencioso -pero certero- puede marcar la diferencia en operativos de alta complejidad.

Su olfato entrenado superó barreras físicas y estrategias de ocultamiento diseñadas para burlar controles policiales.

Al cabo del procedimiento y, como resultado de las distintas órdenes de registro, se logró sacar de circulación, entre cocaína y sustancias de corte y estiramiento, casi 4 kilos de sustancias estupefacientes por un valor estimado de mercado de venta al menudeo de aproximadamente 55.000 dólares estadounidenses.

En el requerimiento de detención el fiscal Tesón sostuvo: “Del estudio de las constancias reunidas en autos surge semiplena prueba o indicios vehementes que en el marco de la IPP (...) iniciada el día 06 de abril de 2024, hubo de acreditarse que al menos cuatro sujetos -tres femeninas y un masculino-, de forma conjunta y con habitualidad, se han dedicado a proveerse de sustancias estupefacientes del tipo clorhidrato de cocaína, para luego proceder a su comercialización al menudeo en la vía pública o con la modalidad “delivery”, actividad que desplegaron en la ciudad de La Plata y sus alrededores”.

“Que los hechos precedentemente descriptos constituyen prima facie el delito de Tenencia de Estupefacientes con fines de Comercialización agravada por la participación de tres o más personas, en los términos del art. 5 inc. “c” y 11 inc, “c” de la Ley 23.737”, expresó.

Ahora será de suma importancia -para seguir avanzando con la causa- el análisis que arrojen los 16 dispositivos de telefonía móvil secuestrados durante los allanamientos, ya que se presume que hay datos y conversaciones con otros involucrados.