Botineras: la selección más envidiada por las argentinas

Ser o no ser botinera: esa es la cuestión. Aclamadas por su belleza, estás once mujeres conquistaron el corazón de los hombres más deseados del país.

Los jugadores de la selección Argentina están bien custodiados. Su marca personal es más férrea que cualquier defensor que puedan enfrentar en un partido de fútbol. Ellas no le pierden pisada y -como un hincha más- los siguen a todas partes.

El suplemento de farándula de El Plata hizo una selección de las mujeres más bellas de nuestros jugadores, puesto por puesto. Hubo que hacer una excepción: tuvimos que sacar un defensor y agregar un mediocampista.

Así quedó armada la formación titular : Eliana Guercio lleva en la espalda la “1” de su marido, el arquero Sergio Romero. En el fondo, aparecen Támara Gorro (pareja de Ezequiel Garay), de líbero Evangelina Anderson (mujer de Martín Demichelis) y Christel Castaño (esposa de Pablo Zabaleta

El medio campo da que hablar. La sorpresa es Mariana Palleiro flamante novia de Ricky Alvarez. En el medio la elegancia de Gisela Dulko (esposa de Fernando Gago) acompañada de Fernanda Moreno aguerrida como su marido el jefecito Mascherano.

Por la banda derecha sube y baja la botinera más envidiada del momento: Yanina Screpante (novia de Ezequiel Lavezzi) y por el costado izquierdo la tenemos a “La Princesita” Karina, actual pareja del “Kun” Agüero.

Arriba la joven Luciana Fabiani el nuevo amor del goleador Gonzalo Higuaín. Y, como no podía ser de otra manera, con la diez y capitana de este seleccionado la bella Antonella Roccuzzo, mujer de Lionel Messi. Esta selección es también la más envidiada de las argentinas.

Ser la esposa de un jugador de fútbol tiene su precio: estas bellas y seductoras señoritas adoptaron un estilo de vida muy cambiante. Varias, con hijos a cuesta, tienen que moverse de un país a otro, de acuerdo, al contrato y equipo al que le toque ir a su pareja.

De un tiempo a esta parte las parejas de los jugadores fueron bautizadas como botineras, mote que a muchas de ellas no les gusta para nada. Sin embargo ya son parte de la jerga popular.

Ser la esposa de un jugador de fútbol tiene su precio: estas bellas y seductoras señoritas adoptaron un estilo de vida muy cambiante. Varias, con hijos a cuesta, tienen que moverse de un país a otro, de acuerdo, al contrato y equipo al que le toque ir a su pareja.

EL LADO “B” DE LAS BOTINERAS

A raíz del fervor que provocó la imagen en cuero de Ezequiel Lavezzi un tsunami de imágenes, piropos (muchos subidos de tono) y declaraciones de amor hacia los futbolistas pusieron a la mujer en un rol que hasta el momento había sido exclusividad de los hombres.

Pero ser la esposa de un jugador de fútbol tiene su precio. Por más envidiadas que sean, estas bellas y seductoras señoritas adoptaron un estilo de vida muy cambiante.

Vivir lejos de la familia y los afectos resulta, a veces, complicado. “Se extraña mucho la familia, los amigos y la gente. Las costumbres las seguimos teniendo, aunque estemos en países diferentes: llevamos el mate, vemos tele argentina y eso nos hace sentir un poquito más cerca”, contó Evangelina Anderson dueña del corazón del defensor Martín Demichelis.

Yanina Screpante, por su parte, decidió cambiar sus planes e instalarse durante todo el mes que dura el Mundial, en Brasil para estar cerca de su novio.

Varias, con hijos a cuesta, tienen que moverse de un país a otro, de acuerdo, al contrato y equipo al que le toque ir a su pareja. ¿Vos, estarías dispuesta a seguirlo a todas partes?

DIVINAS VS POPULARES

Hay algunas botineras que son amigas y disfrutaron compartir un momento juntas. Otras, no se pueden ni ver y tuvieron que poner su mejor cara de poker para que sus roces no modifiquen la buena predisposición que existe dentro del grupo argentino.

En el Mundial México 86, el entrenador Carlos Salvador Bilardo les prohibió a sus jugadores tener relaciones sexuales en los 45 días que la selección Argentina estuvo concentrado en el Distrito Federal para jugar el torneo que al final le daría al equipo la segunda -y hasta hora- última consagración como mejores del mundo.

Los tiempos cambiaron y en Brasil 2014, no sabremos qué pasa puertas adentro, pero los 23 convocados tienen la posibilidad luego de cada encuentro de encontrarse con su mujer, familiares y amigos.

La AFA dispuso para los encuentros que juegue Argentina un charter que traslada a los familiares de los jugadores hasta la ciudad brasilera donde se lleve a cabo el partido para que alienten desde la tribuna. Hasta ahí, todo maravilloso.

Dentro de este ambiente de futbolistas y botineras no todo es color de rosa. Y la novedad en Brasil 2014 es que están todas juntas. Al menos, por un par de días, en los pos partidos cuando tienen la posibilidad de visitas a sus amores en la concentración

La pica entre varias de las mujeres de los jugadores ya venía de ante mano. A partir del roce que les dio cruzarse en lo que va de este mes, profundizó su enemistad. El problema en la selección no está dentro del vestuario, sino afuera entre los camarines.

Desde que la AFA permitió que los jugadores vean a sus novias y esposas durante la concentración en Brasil, muchas de ellas se cruzaron varias veces. Hay algunas botineras que son amigas y disfrutaron compartir un momento juntas. Otras, no se pueden ni ver y tuvieron que poner su mejor cara de poker para que sus roces no modifiquen la buena predisposición que existe dentro del grupo argentino.

Hay algunas botineras que son amigas y disfrutaron compartir un momento juntas. Otras, no se pueden ni ver y tuvieron que poner su mejor cara de poker para que sus roces no modifiquen la buena predisposición que existe dentro del grupo argentino.

Y esta enemistad ya tiene sus dos bandos. No son los halcones y palomas del recordado vestuario de Boca Juniors de Bilardo. Ellas, más glam se pusieron “Divinas” y “Populares”, como la novela infantil Patito Feo.

En el primer grupo, se encuentran: Evangelina Anderson, Gisela Dulko, Antonella Roccuzzo y un “bonus”, la íntima amiga de Dulko, Isabel Macedo, que fuera hasta hace un tiempo la pareja del jugador de Independiente, Pocho Insúa. Por el otro lado, a las “populares” las encabezan Karina la Princesita, Eliana Guercio y Yanina Screpante. En el medio, aparecen aquellas botineras desconocidas por el espectáculo, a las que no les interesa exponer su vida privada, como la mujer de Ángel Di María, uno de los referentes de la Selección Argentina.

“Botineras” o no, las mujeres de los jugadores tienen que estar con un insecticida a cuestas para espantar a los moscardones que rodean a sus parejas.