Femicidio en Gorina: “La nena oyó gritos y no entendía lo que pasaba”

De a poco, a medida que se empieza a investigar el asesinato de Claudia Elizabeth Salgán (40) presuntamente a manos de su marido Marcelo Raúl Núñez (44), comienza a develarse una pesada trama de maltratos de él hacia ella, a partir de lo que trasciende del entorno familiar de la mujer.

Lucía Salgán (21), una de las tres hermanas de la víctima, accedió a comentar lo que sabía al respecto. “Ella nos contaba de agresiones verbales por parte de él. Algunas veces la terminó echando de la casa, le sacaba sus cosas afuera”, recordó la joven en diálogo con este medio en su casa de calle 495, en Gonnet y a sólo diez cuadras de 493 entre 132 y 133, donde el miércoles se desencadenó el horror.

El punto cúlmine del desgaste de la relación habría ocurrido hace un mes. Por entonces, Claudia le dijo a Marcelo que se quería separar. “El vino a hablar a nuestra casa, y hasta nos dio miedo de que le pudiera hacer algo”, señaló Lucía.

Un día después de que la mujer se plantara, Núñez se infartó en el trabajo, en una metalúrgica del camino Belgrano, enfrente de la República de los Niños. Estuvo internado varios días y para su recuperación necesitó tomar “mucha medicación. Inclusive, lo volvieron a internar por la presión alta que tenía”, apuntaron en el entorno de Salgán.

“me mande una macana”

Cuando el hombre parecía un poco estabilizado de su cuadro, la mujer habría insistido en su intención de separarse. ¿Fue eso lo que desencadenó la locura criminal del miércoles a las 6 de la mañana?

Por ahora hay varias hipótesis. La más firme se apoya en lo que el propio acusado le habría dicho a los policías que lo fueron a arrestar, según consta en el pedido de detención que el fiscal Marcelo Romero le planteó al juez Juan Pablo Masi.

“Se me fue la mano, me mandé un cagadón, la agarré mandando un mensaje y era con un flaco. Se me pasó la mano y la pinché con un destornillador, me vivía metiendo los cuernos, me cansé de ella y de su familia”. Las declaraciones, hilvanadas como en una ráfaga, las enumeró el fiscal en un escrito al que tuvo acceso EL DIA.

Todo eso habría dicho Núñez cuando la Policía lo fue a buscar a su casa de Gorina. Un rato antes, su esposa había ingresado a la guardia del hospital de Gonnet con golpes en la cabeza y dos heridas cortantes presuntamente provocadas con un destornillador, en la zona pectoral izquierda.

En la causa, todo apunta a que fue el hombre quien la atacó con fiereza, pero quien después se encargó de pedir ayuda a un vecino para llevarla hasta el centro asistencial.

Mientras a Claudia la reanimaban, “el hombre desapareció del lugar. La Policía fue a buscarlo a su domicilio y se entregó, sin resistirse”, comentó el fiscal en una rueda de prensa que brindó luego de revisar la escena, ayer por la tarde (ver recuadro).

Dos de los tres hijos de la pareja, de 8 y 12 años, estaban durmiendo en la casa de 493 y 133. La mayor “oyó gritos, no entendía nada de lo que pasaba y le pidió ayuda a mi mamá por teléfono. Desde mi casa fueron para allá, pero a mi hermana ya se la habían llevado al hospital”, relató Lucía. Ninguna fuente supo decir si los menores, ayer a resguardo en la casa de sus tíos, fueron testigos del horror.

El final ya es conocido: la mujer agonizó unas 12 horas a pesar de los esfuerzos médicos. Su cuerpo fue examinado en la morgue judicial, tal como lo indica el protocolo.

Distintos familiares de Claudia declararon ante los funcionarios judiciales sobre “desaveniencias conyugales”, según se lee en el pedido de detención de Núñez.

Lucía dijo lo mismo en palabras más simples: “Se habían peleado algunas veces. Hasta llegó a pegarle, hace 13 años. Cuando ella quería salir con las amigas a él no le gustaba”.

Nadie en la familia Salgán puede dar crédito a lo que implicó este drama: “Era una pareja muy querida por todos. No tenían problemas con nadie”, describió Lucía. El fiscal Romero coincidió: “Es una familia normal, que vivía de su trabajo, y que a simple vista no aparentaba vivir en conflicto”. Ellos dos también comentaron que no había ninguna denuncia formal de Claudia contra Marcelo, “aunque no se descartan las situaciones de violencia doméstica”, soltó el funcionario.

En definitiva, la historia se puede resumir en lágrimas. “Hace un mes, cuando él se infartó, estábamos llorándolo. Ahora cambió todo y lloramos por mi hermana. Queremos que (a Núñez) le den perpetua, que no salga más. No se merece vivir”, disparó Lucía.