Crece la migración de alumnos de las primarias estatales hacia las privadas

Pese a estar contentos con el jardín estatal al que asiste su hijo Lucas, Natalia Campos y su esposo decidieron este año anotarlo en un colegio privado para que arranque su primaria allí. “Nos hubiera gustado que fuera a la misma primaria estatal a la que fuimos nosotros, pero la educación pública no es la misma que hace treinta años –explica ella-. No sólo el nivel educativo cayó sino que las escuelas son un caos: faltan las maestras por cualquier cosa, tenés paros constantemente y no inspiran seguridad porque nunca sabés muy bien en manos de quién los dejás”.

Por razones similares a la de Natalia y su esposo, las primarias de gestión estatal perdieron el año pasado poco más de 20 mil alumnos con respecto al ciclo lectivo anterior mientras que sus pares privadas incorporaron una cantidad similar. Este éxodo no es ciertamente nuevo: a lo largo de los últimos catorce años 433.549 estudiantes migraron hacia colegios arancelados en todo el país y su número no para de crecer, según un informe presentado días atrás por el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano.

Los números del informe –basado en los anuarios estadísticos del Ministerio de Educación de la Nación- expresan la opinión que un sector cada vez más amplio de la clase media argentina tiene de las escuelas de gestión estatal. “El éxodo no está motorizado hoy por familias pudientes, que ya se volcaron a la educación privada, sino por gente humilde de sectores urbanos. Cuando tienen la posibilidad pasan a sus hijos a escuela parroquiales o evangélicas de bajo arancel”, explica Alieto Guadagni, director del equipo que realizó la investigación.

Aunque el estudio no indaga en las razones de ese éxodo, Guadagni sostiene que su principal causa son los paros y el mayor ausentismo docente que se asocian a la escuela estatal. “A una familia que tiene tres hijos y en la que ambos padres trabajan fuera del hogar, la cantidad de días que los chicos no tienen clases por un motivo u otro no le deja mucha elección”, dice.

RETROCESO EN LA MATRICULA

Aunque las escuelas de gestión estatal siguen concentrando la mayor cantidad de estudiantes en el país (cerca de un 70%), “de cada 100 alumnos que se incorporaron al sistema de educación común obligatorio entre 2003 y 2015, 81 optaron por las escuelas privadas y 19 por las estatales, lo que se traduce en una merma de la matrícula estatal del 12%. Este retroceso de la matrícula estatal en la primaria resulta particularmente notorio en primer grado, donde en 2015 se anotó un 18% menos de alumnos que en 2003, según se desprende de la investigación.

“Estamos en presencia de un proceso sostenido que es la primera vez que ocurre desde la sanción, en 1884, de la ley de educación común, gratuita y obligatoria”, señala Guadagni, quien insta a fortalecer la escuela estatal garantizando “en primer lugar el calendario de 180 días de clases establecido por ley”. “Es hora de cumplir con esta norma que dispone que las autoridades educativas deben adoptar las medidas para compensar los días de clase perdidos hasta completar el mínimo establecido. El calendario escolar no debe subordinarse a requerimientos ajenos a los intereses de los niños, como los de la hotelería veraniega”, señala el investigador

Los resultados del estudio no resultan ninguna sorpresa para la Asociación Civil de Institutos de Enseñanza Privada de Buenos Aires, donde aseguran que un 40% de la matrícula escolar primaria que tiene la Provincia asiste ya a escuelas de gestión privada y que ese porcentaje, que alcanza hasta el 60% en las localidades con poder adquisitivo más alto, podría ser incluso mayor si las privadas pudieran absorber toda la demanda de bancos que reciben en la actualidad.

“Si la migración de alumnos no es mayor es porque las escuelas privadas no tienen capacidad para absorber más chicos que los que reciben ya. El hecho de estar limitadas para aumentar los aranceles por recibir aportes del Estado las desalienta a invertir en la infraestructura necesaria para absorber toda la demanda de bancos que tienen hoy, una demanda que no responde tanto a la calidad educativa como al mayor ausentismo y los paros de las escuelas de gestión estatal”, asegura Héctor Reynoso, el presidente de la entidad.

UN PROBLEMA DE GESTION

“Desde nuestra percepción el tema de los paros no resulta tan determinante como el fuerte ausentismo docente que suele darse en las escuelas de gestión estatal –dice Reynoso”-. Existe un estudio de la propia Dirección General de Educación que muestra que los docentes en la gestión estatal faltan cinco veces más que en la privada. Y eso para los padres es un condicionante muy grande porque no solo atenta contra el proceso de aprendizaje de sus hijos sino sobre su propia percepción de la seguridad que les ofrece la institución”.

También para los investigadores del Instituto para el Desarrollo Social Argentino –un centro de estudios según el cual las escuelas privadas pasaron de representar del 25 al 29% de la matrícula primaria en Argentina entre 2004 y 2014- los factores que más inciden sobre este fenómeno no tienen que ver con lo pedagógico sino con lo estructural.

“Cuando las familias eligen las escuelas lo hacen más por una percepción de que ciertas instituciones puedan brindar más calidad, pero no sobre datos objetivos. En Argentina no está demostrado que las escuelas privadas tengan mejor calidad educativa. Hay muchas escuelas privadas que no son mejores que las estatales y viceversa. Las eligen intentando escapar de las clases perdidas por conflictos laborales, ausentismo docente, laxitud en las reglas de conducta y problemas de infraestructura. Es decir, cuestiones básicas de gestión”, sostienen los investigadores de IDESA.

Los mismos datos oficiales del Ministerio de Educación que testimonian esta fuga de padres hacia escuelas privadas señalan que hay casi 2 cargos docentes de aulas por cada 25 alumnos en la educación pública. Para IDESA esto probaría que no se trata de un problema de presupuesto sino de gestión: “para mejorar la educación estatal no alcanza con discursos y aumentos de presupuesto –aseguran-: mucho más importantes son las reglas de organización del sector y, en especial, las que regulan el trabajo docente”.