El peronismo moderado quiere consolidarse en la oposición

El Gobierno parece haber tomado nota del consejo que alguna vez expresó el historiador Luis Alberto Romero, en el sentido de que el peronismo es “demasiado importante” para dejarlo solo. Eso fue plasmado en el Pacto Fiscal que firmaron las provincias y el gobierno nacional, en una negociación que ayudó a que ninguna de las partes se sintiera perdedora a la hora de rubricar el acuerdo.

Tras la derrota de la ex presidenta Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires y de casi todos los referentes kirchneristas, asomó un peronismo negociador y republicano, al estilo de lo que propone el senador Miguel Angel Pichetto que quiere “un peronismo del centro nacional” que propugna “un capitalismo moderno”.

Hasta ahora, los referentes de este sector, como Picheto, los gobernadores Juan Manuel Urtubey, Daniel Casas, Sergio Uñac o Rosana Bertone, lograron convencer a los referentes oficialistas con los que negocian y obtienen una buena consideración por parte de los medios de comunicación.

Sin embargo: ¿podrán convencer a una opinión pública muy crítica del peronismo en general, más allá del sector en el que se referencia cada dirigente?

OPINIÓN NEGATIVAS

Un sondeo de la encuestadora Taquión, difundido la semana pasada, indicó que cuando se consultó a la gente sobre “que es lo primero que le viene a la mente cuando le mencionan la palabra peronismo, el 40 por ciento tuvo una reacción negativa ya que mencionaron las palabras asociación ilícita, robo, agresión y decadencia”.

Solo “un 34 por ciento tuvo una reacción positiva sobre el peronismo, mencionando términos como soberanía, libertad y pueblo, entre otras”.

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Sergio Doval, a cargo de la consultora, agregó: “Lo más interesante es encontrar, dentro del peronismo, que la base de votantes kirchnerista es la que mejor imagen tiene del peronismo: un 61% de miradas positivas. En cambio el massismo es el sector que peor imagen tiene del peronismo con un 39,6 por ciento”.

LOS QUE APUESTAN AL “CENTRO POLÍTICO”

El presidente del bloque de Senadores nacionales del PJ, Miguel Angel Pichetto, al hablar sobre los desafíos del peronismo expresó que “hay un peronismo que intenta reconstruirse, que tiene que tener un aporte constructivo en la sociedad política y democrática argentina”, y agregó que no cree “en el bloqueo como el mecanismo para impedir gobernar”.

“La recuperación de un debate ideológico del peronismo es el centro nacional, no es la izquierda. El peronismo tiene que ir hacia un capitalismo moderno, que defienda la industria nacional”, advirtió.

En tanto el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, sostuvo que “el peronismo está con pronóstico reservado”, repitió que la ex presidenta Cristina Kirchner es el “gran escollo” para la renovación del PJ y le pidió a su partido no “construir popularidad a corto plazo” usando el descontento con el Gobierno. Y llamó a conformar “una fuerza moderna, republicana, democrática, menos verticalista y un poco más horizontal”.

Por su parte, el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, afirmó que “el peronismo debe darse una profunda discusión sobre la base de la autocrítica y que puede encontrar un camino, primero, de reconocimiento de las cosas que hicimos bien”.

CRÍTICAS EN EL SINDICALISMO

Con muchos de sus dirigentes presos por causas de corrupción -como Juan Pablo “Pata” Medina, o “Caballo” Suárez – y con un descrédito social asociado a la mala imagen que tienen muchos de sus dirigentes, el sindicalismo afrontará dividido esta semana (entre la CGT y el moyanismo) el tratamiento en el Senado de la reforma laboral que acordaron el Gobierno y la CGT.

No será una semana fácil para un sindicalismo dividido, algo que al peronismo no le conviene.