Cristina acusó a Macri de estar detrás de “éste disparate judicial”

“Me quieren callada y con la espada de Damocles sobre el cuello”. Con esa frase, Cristina Kirchner cerró ayer la conferencia de prensa que dio en la Cámara de Diputados luego de que el juez Claudio Bonadío pidiera su desafuero como senadora para poder apresarla. La ex presidenta vinculó “directamente” la decisión del magistrado con su inminente asunción en la Cámara alta.

De hecho, según pudo constatar EL DIA en el lugar, Cristina Kirchner buscó dar una imagen de institucionalidad al hablar en el Congreso, con el objetivo de denunciar que el Gobierno de Mauricio Macri lleva adelante una política de “persecución de opositores”. Ese argumento la llevó a afirmar que el Presidente “ordena” las acciones y jueces como Bonadío “sólo las ejecutan”.

“Macri dirige la orquesta y Bonadio ejecuta la partitura judicial”

En su presentación, la ex presidenta dedicó más tiempo a criticar al Gobierno y al juez Bonadío que a responder sobre la causa judicial, que la tiene procesada y con pedido de prisión preventiva por el delito de “traición a la Patria”. Sobre el fondo del asunto, sostuvo que la firma del memorándum con Irán “fue un acto de política exterior, no judiciable”. Y agregó: “Es una causa inventada”.

“Son hechos que no existieron”, abundó la ex presidenta, que también desconoció las escuchas telefónicas que se hicieron sobre dirigentes como Luis D´Elía y el argentino-iraní Yussuf Khalil, quienes mantuvieron una conversación comentando los detalles del memorándum firmado por el entonces canciller Héctor Timerman –también proceso y con prisión domiciliaria- con su par iraní.

Mientras Cristina Kirchner daba su discurso y luego respondía unas preguntas de la prensa nacional e internacional –a la ex presidenta le interesa especialmente que su caso sea comentado en el exterior-, una treintena de dirigentes seguían sus palabras en silencio. Entre ellos, se los pudo ver a Daniel Scioli, Julián Domínguez, Fernando Gray y José Luis Gioja, titular del PJ.

“Agradezco el apoyo de otras fuerzas políticas y del peronismo”, dijo la ex mandataria ni bien se sentó a la larga mesa de la sala de reuniones del bloque del FpV-PJ en el tercer piso de la Cámara de Diputados. La dama había llegado un minuto antes desde su departamento de La Recoleta, donde pasó buena parte de la jornada analizando los pasos a seguir junto a sus abogados.

En ese marco, la senadora electa sostuvo que “posiblemente” acudirá a tribunales internacionales a plantear sus reclamos contra la Justicia argentina en caso de que avancen las causas en su contra. Es que para Cristina Kirchner, ninguna de las acusaciones tiene fundamentos y todo se trata de “una orquestación política que tiene responsables: Macri ordena y Bonadío ejecuta”.

En la misma línea, dijo que con este tipo de decisiones judiciales se busca “intimidar y asustar”. Y se preguntó para responderse ella misma: “¿Para qué? Para disciplinar”. Así trazó un paralelo entre su presente y el de dirigentes sindicales que también afrontan causas en los tribunales federales, las que atribuyó a una intención del Gobierno de avanzar sobre los trabajadores.

En el razonamiento de la ex presidenta se filtró su propia visión sobre la relación que existe entre el Poder Ejecutivo –que ejerció durante ocho años- y la Justicia. Esa lógica también se puso de manifiesto cuando denunció la existencia de un “relato político de construcción de enemigos internos”, una actitud por la cual se la cuestionaba cuando estaba en la cúspide del poder.

Pese a la andanada de críticas que dirigió al oficialismo, la ex presidenta hizo un llamamiento a sus seguidores para “no dejarse provocar”, mezclado con una convocatoria a una “reacción serena” de alcances imprecisos. “No quieren nuestra voz en el Senado”, evaluó Cristina Kirchner durante la conferencia, en la que también le recordó a Macri que “la campaña electoral terminó en octubre”.

La senadora –que no tendrá problemas para iniciar su mandato porque los bloques peronistas del Senado no acompañarán el pedido de desafuero- dijo que acusarla de “traición a la Patria es un insulto a la inteligencia de los argentinos” y desplegó su teoría conspirativa, al afirmar que Bonadío es funcional al Gobierno en momentos en que busca implementar un “ajuste”.

“Agradezco el apoyo de otras fuerzas políticas y del peronismo”

Hay una persecución sobre nosotros y también contra una dirigencia sindical. Al Gobierno le conviene que hoy existan un peronismo dividido en el Congreso Nacional que podría parar las reformas. Argentina necesita soluciones a los angustiantes problemas que la afectan. El Presidente debería entender que la campaña electoral terminó en octubre”, sostuvo la ex jefa de Estado.

Para que haya una acusación de traición a la patria debe darse una situación de guerra y este magistrado considera que los atentados de la AMIA y la embajada lo son”, señaló

La conferencia concluyó de manera tan tumultuosa como había comenzado, cuando decenas de diputados pugnaron –a los codazos en algunos casos- por entrar a la sala, lo que dificultó en extremo el acceso de la prensa. Esos mismos dirigentes partieron luego hacia la Plaza de Mayo al son de la marcha peronista, que un día volvió a aparecer en el entorno de Cristina Kirchner.