Balearon en el pecho a un policía durante un allanamiento: se salvó por el chaleco

Un allanamiento realizado ayer en la localidad de Melchor Romero casi termina en tragedia. Fue en horas de la mañana cuando un policía recibió un balazo en el pecho. El disparo, efectuado desde muy corta distancia, lo tiró al suelo, pero como llevaba puesto el chaleco protector, milagrosamente logró salvar su vida.

Al agente, un capitán de la DDI La Plata, lo tuvieron que llevar de urgencia al hospital Italiano, aunque los médicos comprobaron que sólo tenía la marca -profunda- y el hematoma por el terrible impacto.

Según fuentes policiales, una comitiva integrada por efectivos de la Dirección de Investigaciones, Infantería y la seccional 14ª, había ido a buscar a un acusado del delito de robo agravado, perpetrado el año pasado.

La investigación, del fiscal Marcelo Romero, permitió establecer la presunta participación de un hombre en ese hecho, por lo que el juez de garantías Jorge Moya Panisello avaló el procedimiento, que se desarrolló en la calle 528 entre 166 y 167.

La pesquisa se originó a raíz de la denuncia de un vecino, radicada con fecha 18 de septiembre de 2016, que dio cuenta de que le habían desvalijado la vivienda, aprovechando que no estaba en el lugar.

Todo previo violentarle una de las rejas de acceso, tras lo cual le sacaron dinero, electrodomésticos, un rifle marca Winchester 4440, dos cajas de municiones calibre 4440, tres escopetas, una escopeta 12/70 y dos carabinas calibre 22, entre otras armas de fuego, de las cuales tenía la correspondiente documentación, que autorizaba su tenencia.

Precisamente, de las tareas investigativas, como así también de declaraciones recibidas y del trabajo realizado por personal de Policía Científica, que logró levantar una huella con valor identificatorio, se pudo establecer que la misma se correspondía con la persona identificada por sus iniciales G.A.S., quien, cabe destacar, cuenta con frondosos antecedentes penales.

En esas circunstancias, ayer le allanaron el domicilio, pero el que estaba era su hermano, quien “arrancó a los tiros desde el interior de la finca, apenas se percató de la llegada de los efectivos”, precisó un informante.

“Uno de esos disparos le pegó al capitán Pablo Perich, quien tuvo que ser derivado a un centro asistencial”, agregó.

Posteriormente y, una vez controlada la situación, se procedió a mantener bajo custodia al autor de los disparos, de 31 años, quien quedó ahora imputado del delito de “tentativa de homicidio y tenencia ilegal de arma de guerra”, a disposición de la fiscal penal en turno de La Plata, Leila Aguilar, quien en la jornada de hoy le tomará declaración indagatoria.

Acto seguido, de una recorrida de rutina por la propiedad, se descubrió que en un dormitorio había dos armas de fuego, una calibre 9 mm. robada a un policía de la 14ª y una escopeta calibre 12/70, las cuales quedaron secuestradas, junto a gran cantidad de picadura de marihuana.

En la casa, muy asustada, estaba la pareja del sospechoso junto a tres menores de edad -uno de 1 año y seis meses, otro de 5 años y el tercero de 12 años-, a quienes se les brindó el debido marco de contención.

Sobre lo ocurrido, el fiscal Marcelo Romero, que investiga el robo que motivó el allanamiento, opinó: “Este recurrente desprecio a la autoridad policial es el fruto de tres décadas en donde la regla fue denostar a todos los uniformados por su sola condición de tal, sin miramientos y sin diferenciaciones”.

“Para los delincuentes, ese desprecio se transforma en paroxismo criminal, en donde asesinar a un policía suma “prestigio” y “chapa” en el lúgubre y siniestro submundo de la ilegalidad”, agregó.