El cuidador de Pelusa: "No está bien y nos necesita a todos"

Pedro Parigini es uno de los cuidadores de la elefanta Pelusa en el Zoológico de La Plata, adonde ingresó a trabajar hace un año cuando logró sortear con éxito una exigente instancia de concurso. En las últimas horas, este joven, quien dedica buena parte de cada jornada al cuidado del famoso animal, cuya salud se deterioró en los últimos años, dio a través de Facebook detalles de la salud del ejemplar, explicó su tratamiento y, además, expresó su descontento con un asociación proteccionista de animales porque entiende que "no reflejan para nada la realidad que la elefanta vive a diario".

En la publicación que enseguida cobró enorme repercusión en la Ciudad, Parigini explicó que "hace ya 4 años que Pelusa sufre de una pododermatitis crónica producto de las precarias condiciones que durante toda su vida tuvo en el recinto donde actualmente vive". 

Por esto, agregó que "desde hace ya unos años, el servicio veterinario inició un plan de curaciones ejecutado por los cuidadores que consiste en tratamientos locales diarios en las patas con pediluvios con distintas soluciones, limado de uñas y corte de cutícula". 

"Han colgado en las redes publicaciones que no reflejan para nada la realidad"

En su comentario, Parigini sostiene que "recientemente, una asociación 'animalista' ha colgado en sus redes publicaciones que no reflejan para nada la realidad que la elefanta vive a diario, cuando toda esa energía podría ser utilizada con otro fin, porque la realidad es Pelusa NO está bien y NOS NECESITA A TODOS".

Ampliando su punto de vista, manifestó que "lo primero que se dijo, fue que no la estábamos alimentando, que no tenía agua y que el municipio no quería pagar el traslado a Brasil, con esto se inició una red de estafas con el fin de quitarle recursos a personas que de buena voluntad ofrecieron su ayuda para pelu (y las que estoy eternamente agradecido, me encanta ver gente preocupada y queriendo colaborar con unx de lxs animales que forman parte de mi vida)".

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Luego, señala que "con el transcurso de los días y a efecto de constatar el como es tratada, distintas ONG y proteccionistas independientes se acercaron a charlar tanto con los trabajadores como la dirección del zoo, donde se les abrió las puertas y se les mostró todo lo que hace al día a día de la ejemplar".

Además, recordó que "cuando la tormenta parecía que se había ido, una página volvió al ataque contra los empleados del zoo argumentando que a pelusa no se la alimenta para no juntar su excremento, que nos robamos su comida y que la queremos engordar con pan"

"Al mismo tiempo, se publicó la imagen de uno de los cuidadores que trabajan con ella, poniendo en riesgo su integridad y dando pie a que la gente conozca de mala gana ¡Al cuidador por el que Pelusa más afecto siente y demuestra!", enfatizó Parigini. 

Dedicación

"Con estas fotos, quiero mostrarles de qué se compone la dieta matutina de este animal, para evitar todo tipo de confusiones", prosigue Parigini al comenzar a retratar su rutina al lado de Pelusa.

Y recuerda que "hasta el año pasado, la dieta de Pelusa estaba compuesta principalmente por frutas y complementada con 1 fardo, un poco de pasto verde y algunos cereales que sus cuidadores solicitaban para el momento de entrenarla para tratar sus patas".

El cuidador confió que "en este camino, además de contar con un equipo trabajando formalmente para ella, Pelu pudo toparse personas increíbles que hicieron que la posibilidad del traslado a un santuario deje de ser una utopía".

Además, contó que después de varias reuniones entre representantes del Zoo y del nuevo santuario de elefantes de Brasil, donde las autoridades locales apuntan a trasladar a Pelusa, se decidió de manera "urgente" cambiar la dieta del animal.

"Los elefantes en vida libre consiguen pocas frutas al día, y su dieta mayormente se compone de hojas pastura", comentó.

Otra de las medidas tomadas fue la implementación de "un programa de enriquecimiento ambiental orientado a garantizarle la oportunidad de expresar conductas específicas de especie al momento de la obtención del alimento, su tiempo de forrajeo aumentó y pelusa comenzó a tener mayor interés por las ramas y el pasto verde que se le ofrecía"

También enumeró el inició de "un proceso de mejoramiento del sustrato, sacando día a día piedras que se encontraban en el recinto y contagiando al resto de los cuidadores para que se hiciera en todo momento, el resultado estuvo a la vista: Pelusa comenzó a caminar nuevamente, algo que había dejado de hacer en el segundo semestre del 2016 producto de su dolor y la desconfianza que le tenía al terreno".

Con satisfacción por el cuidado realizado en los últimos meses, y por las respuestas del animal, destacó que "hoy, podemos con felicidad decir que pelusa hace entre 1 y 1/2 y 2 carretillas por día ¡Y nos encanta ver que cada vez hace más!".

Y explicó que "ninguno de nosotros está de acuerdo con que pelu viva en La Plata, pero para que ella pueda viajar primero debe sortear muchos pasos legales y sanitarios a los cuales ella viene respondiendo bien". 

Tras ello, Parigini dio consejo a los visitantes del Zoo de cómo ayudar a Pelusa:

No la alimentes, podés causarle un gran daño.

No le hagas señas para que levante la trompa o realice alguna otra acción: estas señas nos permiten trabajar en conjunto con veterinarios con ella, y si se realizan sin un control ella podría deja de cooperar en los tratamientos