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Espectáculos |Benjamín Naishtat, mano a mano con EL DÍA

“Rojo”: el sangriento preludio a la noche más oscura

Antes de su estreno, la cinta premiada en San Sebastián, que explora la violencia pre-dictatorial, cierra esta noche el 14º Festifreak

“Rojo”: el sangriento preludio a la noche más oscura

darío grandinetti y el platense diego cremonesi en una escena de “rojo”, uno de los filmes nacionales que renuevan la cartelera este jueves

21 de Octubre de 2018 | 04:25
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Tras explorar los miedos en “Historia del miedo” y explorar la violencia política del pasado (y el presente) en “El Movimiento”, Benjamín Naishtat, una de las voces más originales del cine nacional, presentó “Rojo”, una historia que vuelve a explorar la violencia setentista, aunque se coloca en un momento bisagra, antes del inicio de la Dictadura, en el prestigioso Festival de San Sebastián que lo coronó como mejor director de la muestra y premió también a su protagonista, Darío Grandinetti.

“Rojo se estrenará en salas el jueves, pero antes, esta noche, cerrará la 14º edición del Festival Internacional de Cine Independiente de La Plata, Festifreak, con entrada gratis y la presencia del actor platense Diego Cremonesi, parte crucial del filme.

Cremonesi es en el nuevo trabajo de Naishtat un hombre llega a una ciudad de provincia a mediados de los 70. En un restaurant comienza a agredir a Claudio (Grandinetti), un reconocido abogado del lugar: la comunidad apoya al abogado y el extraño es humillado y expulsado del bar; pero camino a casa, Claudio es interceptado por el hombre, decidido a cobrarse una terrible venganza. Es entonces cuando el abogado toma un camino sin retorno.

“Siempre que uno revisita un momento de la historia, nace de una voluntad de comprender el presente”, dice su director, en diálogo con EL DIA, sobre la cinta que explora el turbio clima de época que desembocaría en el Golpe del 76. Tanto Naishtat como Grandinetti pronunciaron en San Sebastián discursos que trazaban paralelismos entre aquel momento histórico y éste, con el nuevo ascenso de las derechas en América latina, y el intérprete llegó a decir incluso que el filme era una “advertencia” ante esta situación.

Naishtat adhiere, aunque explica que “la historia se mueve muy rápido: no fue algo que nos planteamos, si bien mientras hacíamos ‘Rojo’ ya éramos conscientes de lo que estaba pasando; pero el panorama se deterioró muy rápido, muchas cosas se aceleraron desde que empezamos a filmar hasta acá. Muchas veces ves películas que muestran años antes cosas que iba a suceder... Las cosas están en el aire, uno no siempre es consciente de su relación con la historia”

Naishtat habla con un ojo en Argentina, pero otro en Brasil, donde, opina, “hay un riesgo serio de que ingresen en un régimen terrible con este tipo fascista: de golpe lo que dijo Darío no tiene ni una coma de exageración”.

“Argentina”, agrega, “es un país muy particular: las chances que tenemos que entender y salir de ciertas cosas pasa por comprender donde se originan los movimientos históricos que nos llevaron hasta acá”.

TERRITORIO ZOMBIE

En ese sentido, explica el cineasta, es que la cultura es relevante aún, o sobre todo, en tiempos de crisis donde los dineros estatales y la plata de la gente es dosificada e invertida en lo indispensable. “No hay antinomia entre las necesidad fisiológicas y las intelectuales”, dice Naishtat. “Sin entrar en cuestiones partidarias, pareciera que hay un horizonte, llegar a un equilibrio fiscal, y cuando eso suceda vamos a entrar en la panacea. Pero eso me parece muy corto como ideal de nación: la cultura es lo que va a quedar de nosotros cuando no estemos, el testimonio de que fuimos un pueblo, imágenes, historias”.

El cineasta afirma incluso que “me parece peligroso que se piense en borrar teatro, cine, danza, que la gente no vaya, porque ahí nos exponemos a generaciones futuras de gente que no sabe de dónde viene, quién es. Corrés el peligro de volverte un territorio zombie. Y a veces me parece que la administración actual busca eso: una población indefensa que no sabe quién es, cómo llegó donde está”.

Pero Naishtat explica que, además de trazar las conexiones entre el ayer y el hoy, “detrás del proyecto hay otras motivaciones: una fascinación con el cine de los 70, de explotar esa gramática para hablar de esa época”, explica, pensando “en autores como Francis Ford Coppola, Sidney Lumet o John Boorman, que lograban hacer género y a la vez tocar temas políticamente muy sensibles”; y también la decisión de plasmar “cuestiones familiares”: la familia del cineasta se exilió luego de que su casa familiar fuera quemada en un operativo realizado por el Comando Libertadores de América en un atentado contra su abuela, Susana Aguad, referente de la conocida “Córdoba Roja”.

El Comando fue un escuadrón de la muerte conducido por oficiales del Ejército Argentino, creado y dirigido por el gobierno peronista y anterior a la Dictadura, y en ese período sangriento pero pre-dictatorial, poco explorado en el cine nacional, se introduce Naishtat.

“Es interesante situarse antes del Golpe porque ya había un aparato represor desplegado, y por lo tanto se había desatado ya un aparato de complicidad de la sociedad civil, que es algo que aparece en la película. Había una mayor sensación de mascarada, se suponía que se estaba en democracia. Y la película transcurre en una provincia intervenida”, explica.

INGENIERÍA Y GÉNERO

Se trata de su segunda película de época, lo cual siempre requiere una ingeniería económica para ser producida en el marco de un cine más independiente, lejos de las posibilidades de los “tanques” nacionales. “Es una película relativamente cara para nuestra industria, y al mismo tiempo no es una película comercial, no es una comedia, no tiene un elenco pensado en ese sentido. Hubo que salir a buscar dinero fuera del país, con productoras de Europa y Brasil que creyeron en el potencial artístico y que la película iba a circular en festivales y venderse afuera, más allá de lo que pasara en Argentina”, revela esa ingeniería Naishtat, y muestra cierta ambivalencia sobre este tipo de estrategias con el ojo puesto en el exterior y en los festivales.

“Los festivales me parecen bárbaros, son espacios de encuentro para los cinéfilos: a mi me encanta ir a festivales, ver varias películas en un día... Pero eso no quita que las películas necesitan tener una vida sana, en exhibición en cines”, opina. Y agrega que “hay muchos problemas que hacen que hoy sea difícil para el cine nacional encontrarse con el público: el más fácil de entender es que cada diez salas, nueve están en manos de tres cadenas extranjeras que ya tienen acuerdos con las distribuidoras y, básicamente, no nos dan salas. Y también hay cambios culturales en los hábitos de consumo audiovisual: la gente está mirando muchas series, en su casa, porque no tiene plata para ir al cine... Dentro de todo ese lío, se hace difícil que la gente vaya al cine a ver las películas. Pero lo seguimos intentando”.

Lo curioso es que el cine de Naishtat, y “Rojo” en particular, no son “festivaleros”, es decir, no son películas necesariamente para cinéfilos experimentados, sino que trabajan con la más popular de las formas: los géneros clásicos.

El cineasta ya ha trabajado con los géneros en “Historia del miedo”, donde jugaba con el terror con reminiscencias a Carpenter, y “El movimiento”, con elementos del western, el thriller y la gauchesca. Y “Rojo” es un policial.

“El género me llama mucho como espectador y como realizador: tiene una estructura con la cual uno está familiarizado, como cuando uno se sienta en una ronda en un campamento a escuchar una historia. Uno ya se siente cómodo”, dice el director. “Después, dentro del género, uno puede jugar con las expectativas, dar vuelta las reglas, construir una impronta personal. Pero el género es popular, y eso permite no estar en una situación de sofisticación o elitismo que rechace al que se acerca porque quiere ir al cine, no porque quiere ver una película de tal autor. Así es como yo me acercaba al cine antes de dedicarme a esto: había una de terror, iba a ver la de terror, sin fijarme de quién era. Me parece interesante esa experiencia más virgen que propone el género”.

“Las cosas están en el aire: uno no siempre es consciente de su relación con la historia”

Benjamín Naishtat, director de “Rojo”

Para agendar
 
• Qué: “Rojo”, de Benjamín Naishtat. Función clausura del 14º Festifreak
• Cuándo: Hoy a las 20
• Dónde: Cine Select del Pasaje Dardo Rocha, 50 entre 6 y 7
• Entrada gratis

 

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