

La contadora platense Foresio está en Tribunales y rompe el silencio: ¿qué va a declarar?
Gobernadores presionan para modificar la coparticipación y reclaman más fondos
El drama de los quemacoches en La Plata: dos ataques en pocas horas en el centro
IMÁGENES. Tras años de abandono, pondrán en valor el Teatro del Lago de La Plata: así se verá
¿Terroristas en La Plata? Allanamientos por una investigación de actividades extremistas yihadistas
El seleccionado inglés de rugby posó con la camiseta de Estudiantes
Diogo Jota y el particular vínculo con Gimnasia en la Play Station: un genio mundial del FIFA
Murió Michael Madsen, actor de “Kill Bill” y "Reservoir dogs”
Quemaron un auto en La Plata para cobrar el seguro: los descubrieron y quedaron presos
Suspensión y apartamiento de la jueza Julieta Makintach tras el escándalo del Caso Maradona
Mar del Plata paralizada con gran parte de la ciudad sin gas: reconectarán casa por casa
Jésica Cirio y una decisión que sorprendió a todos: "Por mi salud mental"
El nuevo desarrollo de Yacoub: un homenaje a la elegancia europea en el corazón platense
Tragedia en La Plata: un hombre murió tras derrapar con su moto
"El Manchester City le choreó a Villa San Carlos": un "debate" Mundial que se hizo viral
¿La IA nos quita trabajo o nos da más? El lado invisible del boom tecnológico
Dolor en FM La Redonda y la radiofonía platense tras el fallecimiento de Carlos Cantirán
VIDEO.- La despedida más triste: así fue el último encuentro de Víctor y "Mancha" en el campo
Los mejores vestidos del casamiento entre Jeff Bezos y Lauren Sánchez
La intimidad de la cena familiar entre la China Suárez, Mauro Icardi y sus hijas: se filtró un video
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
SERGIO SINAYsergiosinay@gmail.com
Una persona no es individuo, ni es un ser anónimo que se refugia y disuelve en la masa. “Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia de su ser”. Así lo precisaba Emanuel Mounier en su libro “El personalismo”. Ese título definía a la corriente filosófica que él mismo creó e impulsó. El nombre de Mounier no viene a cuento de manera caprichosa en este tiempo. Este pensador vivió solo 45 años (no llegó a cumplirlos), entre 1905 y 1950. Y no fueron años intrascendentes para la humanidad. En ese lapso se produjeron las dos guerras más sangrientas y devastadoras de la historia, se desplomó la Bolsa de Nueva York provocando una pandemia de miseria y suicidios en el orden global, la guerra civil española abrió heridas que aún no cierran, el comunismo tomó el poder en Rusia y desde allí se extendió a Europa del este, el fascismo de Mussolini en Italia replicó en otros países, el nazismo tiñó de sangre y demencial irracionalidad a un continente aniquilando millones de vidas. El filósofo alemán Max Scheler (1874-1928), figura esencial en la fenomenología, escuela filosófica que estudia el ser y la conciencia a partir de lo observable y verificable, escribió entonces: “Al cabo de unos diez mil años de historia, es nuestra época la primera en que el hombre se ha hecho plena e íntegramente problemático; ya no sabe lo que es pero sabe que no lo sabe”.
Casi un siglo transcurrió desde que esa nube cubriera el planeta oscureciéndolo y, por debajo de espejismos tecnológicos y falsas promesas económicas, los tramos iniciales del siglo veintiuno nos encuentran en tiempos nuevamente inciertos. Hambre y pobreza extendidas, una desigualdad obscena (el 99% de la riqueza mundial en manos de un 1% de la población), terrorismo irracional, resurgimiento de la xenofobia y el nacionalismo fanático, los Trump, los Bolsonaro y toda la oscuridad que ellos representan. A esto se suman el individualismo que aísla a millones de personas haciéndoles desentenderse unas de otras, el egoísmo hedonista que encierra a cada uno en una cápsula hermética desde la que se conecta tecnológicamente con un mundo virtual, divorciado de seres y hechos reales. Más la incomunicación, puesto que conectarse no es comunicarse, más incertidumbre ante el futuro del trabajo, más la desorientación sobre el sentido de la propia vida, manifestado en patologías psíquicas epidémicas (como la depresión) y en el consumo masivo y adictivo de psicofármacos.
Tiempos así son fértiles para el nihilismo, palabra que concibió el novelista ruso Iván Turgeniev (1818-1883) en su novela “Padres e hijos”, de 1862. El concepto se origina en el vocablo griego nihil, que significa nada. Y, precisamente, el nihilista cree que nada vale ni tiene sentido, lo que, en su conducta, lo lleva a desentenderse de todo y de todos y a validar cualquier medio para sus fines siempre nebulosos. Justamente contra el nihilismo Mounier opuso el personalismo. Y los ecos de esa concepción filosófica resuenan hoy con renovada y poderosa vigencia. Contemporáneo de grandes pensadores existencialistas, como Albert Camus o Jean-Paul Sartre, Mounier compartía con ellos la idea de que el devenir humano se resuelve en esta vida y en este mundo, que cada persona está siendo permanentemente interrogada por la vida y que es su responsabilidad dar respuestas a esas preguntas, respuestas en las que vislumbrará el sentido de su existencia, o lo ignorará para siempre, cayendo en la angustia existencial. Pero, a diferencia del agnosticismo de aquellos, él se manifestaba cristiano y creía que, en tanto las personas se constituyeran como tales saliendo del individualismo y escapando al colectivismo, podían a acceder al amor, a la comunidad, y a una vida trascendente. Así, el personalismo, con el que se emparentaron el propio Scheller, el filósofo católico y humanista Jacques Maritain y escritores como Graham Greene y Aldous Huxley, llegó a ser considerado como el existencialismo cristiano.
“Mounier veía al hombre de su tiempo como un acorralado”
Mounier veía al hombre de su tiempo como un ser acorralado. “Vivimos encerrados afuera de nosotros mismos”, escribía citando al poeta Paul Valery. Observaba a muchos de sus contemporáneos obsesionados con la diversión, huyendo del otro a través del individualismo, convertidos en cosas. Quien vive afuera de sí mismo, confundido con ese tumulto exterior, dimite de su humanidad, decía. Y a pesar de los tiempos oscuros en que le tocaba vivir, o precisamente por eso, llamaba a formar una cofradía de “combatientes del espíritu”. Aclaraba que no debía confundirse con una “conjura de optimistas”, porque, según sus palabras, “no conozco nada tan triste como un optimista, y frecuentemente tan peligroso”. No es cuestión de soñar con la felicidad y esperarla, subrayaba, sino de actuar.
LE PUEDE INTERESAR
Tendencia de los mercados financieros
LE PUEDE INTERESAR
Los salarios sufren la mayor pérdida real en 16 años
Su cofradía de combatientes del espíritu tendría tres reglas. La primera, asumir el dolor del mundo y de los tiempos, porque no se puede actuar para un cambio si no se ha sentido en carne propia el sufrimiento y no se comprende la fragilidad de toda vida. La segunda regla era no horrorizarse ni quedar paralizado ante la dificultad, sino dividirla y fragmentarla para entenderla mejor. De lo contrario, escribía, “enloquecemos nosotros y enloqueceremos a nuestros vecinos”. La tercera regla consistía en no esperar para emprender. Nada es peor, para quien atraviesa un dolor, una dificultad o es atacado, que no hacer nada. Quien toma una decisión puede esperar, decía Mounier, pero quien no hace nada solo desespera. Y la esperanza, agregaba, solo puede manifestarse en quienes tienen fe. No necesariamente una fe religiosa. Veía tanto en cristianos como en socialistas y comunistas una “fe actuante”. Quienes tienen un fin trascendente actúan, pensaba Mounier. No se quedan mirando o gimiendo. De lo que hagan o dejen de hacer, escribía en marzo de 1948, les será pedida cuenta. Y su propia conciencia les pedirá cuenta: “Y porque responden al mundo, el mundo les responde; no están solos, en la medida en que un hombre pueda estarlo. Han sanado el mal del siglo porque han tomado con las manos el mal del siglo y han jurado expurgarlo”.
Nos convertimos en personas, insistía Mounier, cuando nos purificamos del individuo que hay en nosotros. Contra el individualismo que enferma a una sociedad despersonalizada y contra las invitaciones a fundirse en una masa, reivindicaba a la persona, definiéndola como un ser real y concreto, y por lo tanto un ser vinculado, creador de relaciones trascendentes y fecundas, y capaz de comunicarse. Además del individualismo sin comunicación y del colectivismo sin comunidad, Mounier veía otros dos peligros en el siglo veinte (vigentes hoy). La política sin valores, en la cual hay militancia, pero no compromiso moral. Y la dictadura de los tecnócratas, “tanto de derecha como de izquierda”, que olvidan a la persona. También señalaba que cuando el Estado olvida a las personas hay autoritarismo y cuando las personas descreen del Estado hay anarquía. Dos condiciones en las cuales la persona agoniza.
Una crisis cardíaca truncó demasiado pronto la vida de Emanuel Mounier. Pero la solidez de su ideario puede resultar un oportuno faro en la oscuridad de estos tiempos.
(*) El autor es escritor y periodista. Su último libro es "La aceptación en un tiempo de intolerancia"
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$670/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$515/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí