Repartidor de Glovo en estado crítico tras ser baleado por dos motochorros

“Ni alcanzó a entregar el pedido, un kilo de helado; le cambió la vida en un segundo”, reflexionó María, una chica de 25 años que acompañó y asistió a un joven repartidor de la aplicación Glovo que ayer a la madrugada fue baleado por dos motochorros que lo abordaron en La Loma y escaparon sin robarle nada. “Se resistió”, contó la joven. El herido fue operado y permanece internado en estado crítico en el hospital San Martín. De los atacantes, por ahora, nada se sabe, aunque los investigadores no descartan que tengan vinculación con otros episodios parecidos (ver aparte).

Es que este asalto vino a engrosar una lista larga que asoma como modalidad, tanto, que ayer a la tarde más de 100 trabajadores de Glovo y otra aplicación parecida, Pedidos Ya, cortaron 12 y 53 para protestar por la seguidilla de delitos que padecen desde hace tiempo (ver aparte).

El que dejó a un joven de 27 años al filo de la muerte sucedió en los primeros minutos de ayer frente a un edificio de 16 entre 42 y 43, a donde Kevin Alex Sanhueza, estudiante de quinto año de la carrera de Arquitectura, llegó con su bicicleta y la inconfundible mochila amarilla para entregar un kilo de helado.

Mientras esperaba a que lo atendieran aparecieron dos sujetos en moto que lo encañonaron con un arma para obligarlo a entregar el dinero. “Él no se los quiso y lo balearon”, dijo María, vecina de la cuadra. Sin concretar el robo, y aparentemente sin testigos que los vieran, los delincuentes escaparon dejando a Sanhueza tirado en la calle, con un disparo en el tórax.

“Eran las 0.10 y yo estaba en mi departamento cuando escuché un estruendo, salí y vi al muchacho tirado en la vereda, con una herida en el pecho”, recordó María, quien atinó a taparle la herida con las manos para evitar que se desangrara, mientras otros vecinos se iban sumando a la escena.

Kevin contactó desde su celular a un compañero, para contarle lo que le había pasado y pedirle ayuda. Sólo alcanzó a decir: “Acabo de recibir un disparo”. Minutos después llegaron varios mensajeros de la aplicación.

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Sanhueza es neuquino y vive en el albergue de la Universidad. Su madre, Alejandra Varela, viajó a La Plata apenas se enteró de la terrible noticia. “Mi hijo se gana la vida trabajando”, resaltó, antes de pedir que “encuentren a los culpables y no los suelten”, porque “no tenemos justicia. Hay tantos malandras en las calles y no hacen nada”.

María recordó que Kevin “estaba lúcido”, aunque “por instantes tendía a dormirse y se le entumecían las piernas. Por eso se las movíamos y le hablábamos para mantenerlo despierto hasta que llegara la ambulancia, que tardó media hora”.

Los Policías, según la chica, llegaron rápido: “Le rompieron la remera para ver si tenía más heridas, pero era una sola”, detalló, “justo en el pecho. También se lastimó la nariz en la caída”.

Fuentes oficiales aseguraron a este diario que los delincuentes habrían usado un calibre 22.

Kevin fue operado en el Policlínico, ya que el proyectil “le ingresó por el tórax y tiene ccomprometido el abdomen, siendo su estado crítico”, se desprende del informe médico.

El caso es investigado por la DDI y la comisaría Cuarta bajo la instrucción de la UFI 9 de Autores Ignorados. Las primeras medidas que se tomaron fue recorrer la zona en busca de testigos y cámaras de seguridad que hayan registrado el paso de los ladrones.

“ Mi hijo se gana la vida trabajando. Que encuentren a los culpables y no los suelten, porque no tenemos justicia”

Alejandra Varela Madre de la víctima