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Policiales |EN POCO MENOS DE UN MES FUNCIONARÁ EN 28 entre 62 y 63

Mudarán la comisaría 5ª de La Plata, emblema del terror de la dictadura

En la histórica sede de Diag. 74 entre 64 y 65 siguen las obras para crear un espacio de memoria sobre el funcionamiento de un centro ilegal de detención. También habrá presencia de las Abuelas de Plaza de Mayo

Mudarán la comisaría 5ª de La Plata, emblema del terror de la dictadura

La nueva comisaría quinta tendrá siete oficinas y una celda de contención, pero no calabozos/roberto acosta

José Glorioso

18 de Febrero de 2018 | 03:42
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Prácticamente nació con el florecimiento de La Plata, cuando el crecimiento de la nueva capital provincial demandaba una segunda dependencia policial. Sin embargo, para la comisaría quinta el lugar de preferencia en la memoria histórica de la Ciudad empezaría a cambiar durante los años del terrorismo de Estado, en la última dictadura, cuando sus calabozos fueron utilizados como centro de detención, tortura y hasta maternidad clandestinos. Esa marca permanecerá en el edificio, que pasará a ser un centro de recuerdo de aquel horror, con una sede local de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, pero sin actividad para la seccional, que a mediados de marzo se trasladará a su nuevo edificio de 28 entre 62 y 63.

La mudanza de la comisaría está prevista para el 14 de marzo. Desde ese día funcionará en un predio que perteneció al Ministerio de Economía y linda, hacia la calle 62, con la escuela Primaria 55 “Juan Vucetich”.

Hacia la cuadra opuesta, en tanto, la comisaría -en la que se desempeñan 145 efectivos- tendrá como vecino a un depósito oficial de autos.

El traslado concretará un anuncio realizado en marzo de 2015, por el entonces gobernador Daniel Scioli. Fue tras un acto que incluyó una recorrida por los calabozos junto a Carlos Leonardo Fossati Ortega, quien nació allí en 1977 mientras su madre, actualmente desaparecida, era retenida como parte del plan sistemático de persecución y asesinato, en el tramo ejecutado desde la Policía de la Provincia.

La decisión fue impulsada por organismos de derechos humanos y el Tribunal Oral Federal N°1, que en la sentencia del juicio del “Circuito Camps” (en alusión a un programa dirigido por el entonces jefe de la Policía, Ramón Camps) exhortó al gobierno provincial a que se desafecten las dependencias policiales que funcionaron como centros clandestinos de detención, entre los que estaba la comisaría quinta.

El secretario de Derechos Humanos bonaerense, Santiago Cantón, explicó que por estos días se avanza en obras dedicadas a la preservación de los calabozos, que todavía son de interés en investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. También, en la construcción de un nuevo edificio que albergará una sala de conferencias y oficinas para la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo.

Resta definirse qué uso se le dará a la añeja construcción que da a la calle, donde hasta hoy funcionan las dependencias de la comisaría y de la Dirección de Investigaciones de Casos Especiales.

“Trabajamos mucho con Estela de Carlotto. Hay un interés muy grande de Abuelas de Plaza de Mayo en que la comisaría pase a ser un espacio de memoria y sea desafectada del uso policial, en un proceso similar al que se está llevando a cabo en la comisaría primera de Quilmes, junto a la comunidad de esa zona y la Comisión Provincial por la Memoria”, indicó Cantón.

En La Plata también habrá debate con organismos de derechos humanos y vecinos para resolver el uso de ese espacio central de la comisaría.

Inicialmente, allí habría un acondicionamiento rápido para el uso como escenario del acto de presentación del nuevo espacio de memoria, prevista para el 24 de marzo, en ocasión de la conmemoración del 42 aniversario del golpe de Estado de 1976.

Diez días antes, el 14, los policías se mudarán a la nueva comisaría de 28 entre 62 y 63, donde por estos días también se apuran trabajos de acondicionamiento sobre la infraestructura existente, que albergó un jardín de infantes del Ministerio de Economía y últimamente un depósito. Entre los efectivos hay entusiasmo con respecto al proyecto. “Va a ser una comisaría modelo para la Ciudad”, sostuvo un jefe policial cercano al plan.

SIN PRESOS

Se espera que la nueva comisaría haya siete oficinas, “más amplias que las de uso actual en diagonal 74, lo que va a permitir una mejor atención al público y se equipará con adelantos tecnológicos como los que se necesitan en el siglo 21”, indicó la fuente. Algunos vecinos consultados por este diario pusieron reparo con respecto al movimiento de detenidos en la zona, un barrio de poco movimiento en el casco, conformado principalmente por viviendas familiares.

Según informó el Ministerio de Seguridad, la nueva dependencia “no tendrá calabozos” tal como se los conoce en otras comisarías. No obstante, habrá allí una celda “de contención media o transición”, que se usa para alojar arrestados en periodos breves: “Se usa mientras se dan los primeros pasos legales, en un periodo de algunas horas y luego la persona es derivada a otra dependencia”, explicó el policía.

Según detalló el Ministerio de Seguridad, entre marzo y julio continuarán las obras (que están a cargo del Ministerio de Infraestructura Provincial, lo mismo que en la sede actual de diagonal 74) en el predio de la nueva comisaría para sumar a la Dirección de Casos Especiales. Durante los próximos seis meses será alojada en oficinas que esa cartera tiene en 1 entre 59 y 60, pudo saberse.

Entre los vecinos que ya no tendrán a la comisaría en el vecindario lindero al Parque Castelli puede advertirse preocupación por el deterioro de la vigilancia en una zona en la que ya hay preocupación por los robos.

En cambio, entre los nuevos vecinos de la Policía, en la zona de las calles 28 y 62, había opiniones divididas con respecto a la mejora en ese rubro. En la puerta de su negocio, Karina dijo que “puede ser bueno que venga la comisaría. Puede ayudar a mejorar la seguridad del barrio, que está oscuro y solitario por la noche”. A su lado, Gabriela vecina en la zona dijo que “tenemos robos y se repiten en un día, el lunes. Del traslado de la comisaría me estoy enterando en este momento. Nadie vino por acá a informar que el barrio tendría este cambio. No sé muy bien qué impacto podrá tener”. A pocos metros, un empleado de otro negocio dijo en tono sarcástico: “Nos va a quedar más cerca para ir a hacer la denuncia cuando nos roben”.

Según datos de la Secretaría de Derechos Humanos, durante la dictadura, en la comisaría quinta estuvieron detenidas en forma clandestina unas 200 personas, incluyendo niños y trece mujeres embarazadas. Dos bebés nacieron en la maternidad clandestina que funcionó en el lugar, quienes recuperaron sus identidades en 2005 y 2014. Además, dos de los tres niños que estuvieron ahí secuestrados fueron apropiados y más tarde recuperaron sus identidades.

Entre los detenidos, estuvo allí Jorge Julio López, quien tras superar ese cautiverio en ese y otros cuatro centros de la región, volvió a ingresar en la categoría de desaparecido, esta vez en democracia, en 2006, luego de declarar como testigo en el juicio contra el ex jefe policial, Miguel Etchecolatz, una de las piezas claves de la represión ilegal y del “Circuito Camps”.

Otro episodio grave volvió a fijar la atención sobre la comisaría quinta. En la medianoche del 28 enero de 2000, sus celdas se convirtieron en una trampa mortal. Tres detenidos murieron y otros seis resultaron heridos como consecuencia de un incendio que se habría generado en un posible intento de fuga y posterior motín que dejó muchos puntos oscuros para la investigación judicial. Entonces, había allí 9 presos vinculados con delitos graves. Todo empezó cuando el policía que custodiaba ese sector de la seccional, se aprestó a encerrar a los detenidos en sus respectivas celdas y se produjo un primer incidente: los presos no lo dejaron entrar e, incluso, amenazaron al oficial con “facas”, tal como se denomina a los cuchillos de fabricación casera. Se sospechó entonces que los presos planeaban una fuga.

En minutos, los calabozos se transformaron en un verdadero infierno. Según se dijo entonces, los presos pusieron colchones y frazadas que tenían delante de los barrotes de las entradas a ese sector y, después, los prendieron fuego.

La Policía indicó que los efectivos intentaron combatir el fuego arrojando agua a través de los barrotes mientras esperaban la llegada de los bomberos. En minutos llegó el personal del Cuerpo de Infantería.

Desde el ministerio de Seguridad bonaerense en aquellos días indicaron que a esos policías se les ordenó desde la Justicia no ingresar al área hasta que llegara el fiscal a cargo, una versión que en ese momento se consideró “poco probable” desde la UFI 3 que intervenía en el caso.

Después de un par de horas de extrema tensión, finalmente los policías ingresaron a los calabozos. Ahí vieron un panorama terrorífico, desgarrador: tres presos ya habían muerto y los otros seis se encontraban muy afectados por la inhalación de monóxido de carbono.

A la nueva sede de la comisaría quinta la quieren equipar con adelantos tecnológicos

TESTIMONIOS 

Milena (comerciante de diagonal 74 y 23)

“En el barrio, los vecinos no están de acuerdo con la mudanza. Esta zona es peligrosa. Hubo muchos robos en las calles de los alrededores. Una vez que se vaya la comisaría no sabemos qué va a pasar con respecto a ese tema de la vigilancia de la zona”.

Carlos (comerciante de diagonal 74, 64 y 65)

“No conozco la razón de la decisión, pero no nos parece bien que se vaya la comisaría. En la zona hay robos. Incluso, de la esquina de esta calle, a unos 50 metros de la seccional se llevaron un auto. El tema de la seguridad es fundamental en este tipo de situaciones”.

Luciano (empleado de un local de 29 y 62)

“Me da lo mismo que haya una comisaría cerca. Hace poco, en este mismo local, cuando funcionaba un kiosco, mataron a una persona durante un asalto. No hubo mucho cambio después de eso. Solo pusieron una cámara en la esquina”.

Juan Carlos (comerciante de 62, 28 y 29)

“Ni me va ni me viene que venga una comisaría al barrio. Me enteré de que la traerán para acá, por la noticia de que hubo un robo en el obrador. No sé si eso mejorará algo. El barrio es tranquilo, pero tuvimos algunos robos. A mí me quisieron asaltar de noche. No creo que cambie mucho la situación. Nadie se ha acercado a informar sobre lo que piensan hacer”.

 

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Las obras en la histórica sede de diag. 74 lucen muy avanzadas/EL DIA

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