Sacó un préstamo para arreglar la casa y perdió toda la plata con un cuento del tío

“Soy una estúpida, esto me pasa porque sigo confiando en la gente”, fue la amarga reflexión que, una y otra vez, repitió en la tarde de ayer ante EL DIA Marta Noemí Petto (70), tras haber sido engañada por la mañana por dos mujeres, que lograron robarle 40.000 pesos frente a su casa de 21 entre 47 y 48.

La bronca de la jubilada, que se gana la vida además haciendo trabajos de enfermería a domicilio, era mayor debido a que, según reveló a este diario, “la plata la saqué de un crédito bancario para arreglar mi vivienda. Ahora tendré que devolverlo pagando 2.000 pesos por mes y sin poder hacer esa mejoras”, lamentó.

También hizo saber que tamaño disgusto provocó que “como soy hipertensa, e inclusive fui operada del corazón, la presión arterial se me fuera a 18 después de que estas sinvergüenzas me sacaran los 40.000 pesos”.

“NO PUEDO CREER COMO CAÍ”

Sobre el ardid utilizado en esta ocasión, la jubilada hizo saber que “venía de hacer compras en el supermercado de 21 y 48, cuando una mujer rubia, muy bonita, de unos 50 años, me paró en la calle para decirme que una mujer morocha, de alrededor de 40, que estaba con ella, estaba pasando un mal momento”.

Citó al respecto que “la morocha parecía desorientada y contó que no era de La Plata, que viajó toda la noche en un micro viejo y donde tomó mucho frío”.

“Sugerí avisar a la Policía para ver si podían ayudarla, pero la rubia dijo que no, porque la morocha tenía muchos dólares en la cartera, que los vi, aunque desconozco si eran legítimos o falsos. Y que a lo mejor se los sacaban”, detalló Marta.

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Convencida de la necesidad de colaborar con quien parecía estar en una situación complicada, la jubilada atinó a sacar una silla de su casa, la puso a la sombra de un árbol e hizo sentar allí a esa persona.

En esos instantes, “la rubia, que me había dicho que era psicóloga, me dijo que iba a su departamento en la torre de 48 entre 20 y 21 a contarle el caso a su marido abogado”.

Marta contó que ahí “la morocha me dijo que los dólares eran figuritas y me preguntó qué figuritas tenía yo”.

“Para que se diera cuenta que no eran figuritas, entré a casa y agarré un monedero donde tenía los 40.000 pesos que había retirado por el préstamo bancario. Y luego de mostrarle que tenía plata y no figuritas, le dijo a la rubia que pusiera el monedero con mi dinero dentro del changuito con el que estaba la rubia, a la que pidió que también pusiera ahí su cartera”, consignó.

Y como antes Marta se había ofrecido a darle “galletitas y una botella con agua”, les pidió a ambas que se quedaran en la vereda de su casa que enseguida volvía con lo acordado.

“Me llamó la atención que la rubia, como dejé la puerta de entrada abierta, se metió unos metros adentro. Al verla, le dije que se quedara afuera como les había dicho. Ahora razono que fue para ver si llamaba por teléfono al 911”, citó desconsolada. Y remató: “Cuando salí a la calle, ya habían escapado”.

En el hecho, tomó intervención personal de la comisaría cuarta de La Plata.