Investigan otra muerte con marca de violencia en la Región

Samuel Maginia tenía 47 años, todos -o casi todos-, según cuentan en el vecindario, los vivió en la casa de 23 entre 80 y 81, en la que ayer por la tarde apareció muerto, en medio de un charco de sangre.

En medio de la perplejidad en que se vivía el suceso en el enclave de Altos de San Lorenzo, los investigadores de la Policía comenzaron a sospechar que la carátula de “averiguación de causal de muerte” que lleva el caso rápidamente podría virar hacia la búsqueda de un asesino. Según indicaron fuentes policiales, el cuerpo del hombre fue encontrado en el piso de un pasillo interior de la casa, boca arriba, con signos de haber recibido un corte en el pecho. Esa lesión le provocó una hemorragia que derramó sangre en la ropa y a su alrededor. Otras versiones cercanas al caso indicaban la presencia de golpes en la cabeza. A esos datos se suman los primeros resultados de la pesquisa en el barrio, que hablan de un conflicto en horas previas con un hombre a quien Maginia le alquilaba una habitación.

Conflicto, violencia y muerte aparecen nuevamente en un caso para la investigación judicial en La Plata en un año marcado por una impactante sucesión de este tipo de episodios: cuando no se cumplió aún un trimestre de 2018, en la región se suman 14 crímenes. En su mayoría, derivan de conflictos barriales y familiares.

Uno de los investigadores vinculados al caso contó anoche que “en la casa estaba todo revuelto”. en ese escenario, se buscaban pistas acerca de las visitas que recibió el propietario del inmueble e incluso de los moradores en esa vivienda. Según la Policía, Maginia vivía solo y la hacía funcionar como una especie de pensión.

Puntualmente, se mencionaba que uno de los inquilinos de sus cuartos habría tenido una discusión que no pasó desapercibida para otros pensionistas y vecinos.

“ERA UN HOMBRE CONFLICTIVO”

Por la tarde, mientras personal policial trabajaba en las habitaciones y el exterior de la casa, que tiene prácticamente ocupada la vereda por objetos de todo tipo, un grupo de vecinos seguía de cerca todos esos movimientos de los investigadores.

LE PUEDE INTERESAR

Una salida en familia terminó en una madrugada de miedo en Ringuelet

LE PUEDE INTERESAR

Choques, vuelco y destrozos en una jornada llena de accidentes en la Ciudad

Con la condición de no revelar sus identidades, algunos contaron a este diario detalles de la convivencia barrial con Maginia.

Las versiones coincidieron en describirlo como “un hombre conflictivo”, que tenía una “mala relación” con el vecindario.

Una mujer, por caso, señaló al respecto que “le molestaba, por ejemplo, que algunos jóvenes se reunieran en la cuadra para conversar . Les gritaba que eran chorros”, dijo y añadió que “inclusive era de decirles cosas a hombres y mujeres que pasaban por la puerta de su casa”.

Al lado suyo, un hombre aportó que “no sabemos si trabajaba, porque era muy reservado. Pero pasaba más tiempo en su casa que afuera”.

una visita de la policía

Otra vecina, por su parte, recordó que “el jueves vino la Policía a la cuadra, por la discusión que tuvo con una persona a la que le alquilaba una de las habitaciones de la casa”.

En el barrio contaron que el hombre cuya muerte se investiga tenía inclinación al culto religioso y si bien vivía solo “tenía hermanas que no se relacionaban con él”.

Asimismo, se indicó que “solía juntar objetos en desuso, armando una especie de “Chacarita que afeaban a su casa y a la cuadra”.

Mientras los pesquisas están abocados a esclarecer en qué circunstancias murió Maginia , los vecinos mostraron una preocupación distinta. “Ahora lo que nos aflige es que haya quienes aprovechen para usurparle la vivienda, porque quizá sea gente con la que tengamos un trato peor que con este vecino”, indicó una mujer entre los grupos de frentistas que habló con este diario mientras los peritos reunían evidencias para el esclarecimiento del caso.