“The Handmaid’s Tale”: una ficción que resuena en la realidad

En 1985 la canadiense Margaret Atwood publica “The Handmaid’s Tale”, una novela distópica que narra un posible futuro de un pueblo en el que las mujeres son tratadas como propiedad del Estado y no tienen ningún tipo de libertad, no pueden estudiar, leer o trabajar, solo están al servicio de los hombres.

Esta obra llegó a la televisión -se puede ver por Cablevisión Flow- y está revolucionando el mundo de la pequeña pantalla, no solo por su mensaje, sino también por el momento en el que llega. Una etapa en la que se descubren gran cantidad de casos de acosos y abusos sexuales hacia mujeres que hacen que todas se alcen juntas para luchar contra ello.

La serie, según las críticas, no muestra algo remoto y que no pueda pasar, es algo que está cerca y que sería posible que se diera. Para reflejarlo, algunos medios utilizan ejemplos, como el diario español “El País” que menciona la ley de salud de Estados Unidos, que puede dejar a 22 millones de personas sin atención médica; la libertad de prensa, que ya no está considerada tan libre; o el caso de Turquía, que anunció que dejaría de transmitir en los colegios la teoría de la evolución el próximo curso escolar.

Sin ir más lejos, en Argentina, en donde el debate por el aborto divide aguas, la imagen promocional del show televisivo fue un caballito de batalla de las militantes a favor de la legalización del aborto.

Todos estos casos suponen un acercamiento entre la realidad y la ficticia república de Gilead, lugar donde transcurre la trama de “The Handmaid’s Tale”.

En este territorio, la población está dividida por grupos entre los que se distinguen los comandantes, las esposas y las criadas. Debido a la alta contaminación y a otros problemas del mundo que sostiene el guión, en ese futuro, creado por la autora canadiense, la tasa de natalidad es prácticamente nula porque las mujeres no son fértiles.

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CRIADAS Y ESPOSAS

Ahí, entran en juego las criadas, con una túnica roja y una cofia blanca se las distingue de las esposas que llevan un traje verde. Las primeras son las únicas mujeres fértiles que quedan y las tienen controladas para seguir con la procreación por eso, entre sus tareas principales, está la de ser violadas por los comandantes, una vez al mes, con el objetivo de fecundarlas y que pueda subir la tasa de natalidad. Todo ello mientras las otras mujeres contemplan en directo como sucede.

Moss interpreta a la criada Offred, una de las últimas mujeres fértiles en la república de Gilead

La plataforma de pago ha distribuido a sus usuarios solo la primera temporada, que obtuvo ocho premios Emmy sobre las once nominaciones que tenía, incluidos el de la californiana Elisabeth Moss como actriz protagonista quien, además, recogió el Globo de Oro en la misma categoría.

De la segunda temporada, que todavía no se sabe aún la fecha de estreno, se conoce que las dos mujeres claves de la historia, Elisabeth Moss (Offred) y Yvonne Strahovski (Serena). han sido nominadas a los Premios Emmy. La primera como actriz protagonista en una serie de drama y la segunda como actriz de reparto.

Según informó la revista Fotogramas, una semana después de haber estrenado esta última parte de la ficción en España, se ha firmado por una tercera entrega de la serie que está triunfando en todo el mundo.

SU PROTAGONISTA

Elizabeth Moss, nacida en Los Ángeles (California, EE.UU.), comenzó su carrera con tan solo seis años acompañando a Sandra Bullock en la miniserie “Lucky Chances”. Sin embargo, su papel más representativo es el de Peggy Olson en la serie “Mad Men”, donde su personaje ya evolucionaba de una secretaria del jefe, a ser la jefa de relaciones públicas.

Se casó en 2009 con Fred Armisen de quien se separó en 2011 y ahora, a sus 36 años, no se le conoce pareja, pero ha tenido romances con el director de fotografía australiano Adam Arkapaw y también con el actor británico Tom Hiddleston.

Además, la actriz es también productora de la serie de HBO pues ha participado en todas las decisiones que había que tomar para su desarrollo.

En relación a esto cabe decir que ella es la que toma la última decisión en sus planos de desnudos desde que empezó en la ficción “Top of the Lake”.

En ese sentido la interprete afirma: “así el director sacará mucho más en esas escenas, pues el actor o la actriz se sentirán más cómodos”, según declaraba a la cadena estadounidense CosmopolitanTV.

Además ha afirmado también que se encarga de decidir los ángulos de los planos y tiene la última palabra, en caso de que no le gusten y, si existe algo en el guión que no resulta de su agrado. Simplemente no lo filma.