¿Vuelve Kevin Hart o llegan Los Muppets?: sigue la incógnita por el presentador de los Oscar

Una incógnita flotó en el aire el fin de semana en Hollywood, en la víspera y la alfombra roja de los Globos de Oro, la entrega de premios que abrió el camino a los Premios de la Academia que se celebrará el 24 de febrero: ¿quién conducirá la ceremonia de los Oscar?

El tema reapareció en las charlas de los famosos y los especialistas porque, a poco más de un mes de la entrega, todavía no se sabe qué ocurrirá, luego de que Kevin Hart se bajara de la entrega por una serie de tuits homofóbicos del pasado, pero que, hace algunos días, Ellen DeGeneres le sugiriera que cambiara de parecer en su programa, tras una extensa entrevista.

La postura de Ellen, referente del movimiento LGBTQ, causó sorpresa y ofendió a líderes del colectivo gay afroamericano que cuestionaron con dureza la postura de la comediante. La humorista respondió en Twitter a las críticas: “Creo en el perdón. Creo en las segundas oportunidades”.

Pero la polémica continuó: en una de las fiestas previas a los Globos de Oro organizadas durante la temporada de alfombra roja, ganadores del oro olímpico se encontraron con nominados a los Globos de Oro y todos tuvieron sus opiniones.

La más notable fue la del comediante gay Billy Porter, quien respaldó el regreso de Hart: “Es un gran talento y sería maravilloso en los Oscar”, dijo el actor de “Pose”, una serie de marcada militancia en favor de los derechos LGBTQ.

Mientras en Twitter creció el pedido del público por tener unos Premios de la Academia presentados por Los Muppets, una gran idea si se piensa en la falta de audiencia y entretenimiento de las últimas entregas, la actriz Danielle MacDonald hizo eco de las declaraciones de Porter y dijo que “si la gente cometió errores en el pasado y quieren cambiar y ser mejores, deberíamos darle una chance. De otro modo, como sociedad nunca vamos a cambiar, solo vamos a condenar a las personas”.

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Pero tras el programa de Ellen, la periodista Caroline Framke argumentó justamente en contra de este punto y dijo que Hart no había demostrado que había aprendido mucho. “Si regresa al trabajo no será porque ha convencido a sus detractores de que realmente le importa la gente gay”, describió Framke. “Será porque creó una historia sobre trolls malos que lo perseguían sin una buena razón. Quizá sea un ángulo suficientemente convincente para cambiar de opinión a DeGeneres y a su público, pero incluso si logra influir a la Academia no será realmente verdadero”.

Ellen había alentado el viernes a Hart a volver a tomar el trabajo, y el comediante prometió “reconsiderar” la situación, instalando un manto de misterio extra a la cuestión del presentador de la ceremonia. “Has crecido”, le dijo DeGeneres a Hart. “Te has disculpado. Te estás disculpando ahora de nuevo. Lo han hecho. No permitas que esta gente gane. Presenta los Oscar”.

Hart, que tras el resurgimiento de sus tuits homofóbicos no se disculpó en primera instancia, diciendo que ya había abordado el tema (luego, ante el ultimátum de la Academia, pidió perdón y renunció) le dijo a DeGeneres que pensaría en su conversación, lo que para algunos fue una especie de puesta en escena para que el comediante regrese a los Premios con la aceptación del público. Y, claro, si es una campaña para traerlo de vuelta, no pudo haber empezado más astutamente: en un talk show enormemente exitoso presentado por una de las celebridades gay más prominentes de Hollywood que fue anfitriona de los Oscar en el 2007 y en 2014.