Piden un examen psiquiátrico para el imputado por el crimen de Chirinos

La instrucción de la causa penal contra Tomás Cerletti (22), como imputado por un asesinato en la zona de la Terminal con un espeluznante nivel de salvajismo sumó un nuevo dato en la víspera: el análisis de su salud mental.

En las últimas horas, el fiscal penal Marcelo Romero pidió que un psiquiatra lo visite en su lugar de detención con la finalidad de practicarles exámenes que puedan establecer si padece algún tipo de trastorno que requiera tratamiento.

La medida que solicitó a la jueza de Garantías Marcela Garmendia derivó del pedido realizado por el padre del imputado para suministrarle medicación que vendría tomando por prescripción médica.

“En una visita pidió dejarle remedios por un tema psiquiátrico, pero antes de autorizar que le sean suministrados se va a esperar por un informe médico”, indicó ayer una fuente de Tribunales.

Para eso, Romero pidió asistencia especializada. Restaba determinarse ayer si eso ocurrirá en la comisaría cuarta de Berisso, donde permanece arrestado o bien en un nuevo destino de alojamiento dentro de la estructura del Servicio Penitenciario Bonaerense, al que la jueza Garmendia solicitó un lugar.

Para los investigadores, el crimen está esclarecido, pero continúan las preguntas con respecto al nivel de violencia que se le aplicó a Walter Chirinos Etcheverry.

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Según la hipótesis de la Policía y la Justicia, el hombre de 49 años se cruzó en 2 entre 41 y 42 con Cerletti y luego, sufrió un ataque de extremo salvajismo, con decenas de puñaladas y patadas, aún cuando ya estaba completamente indefenso por el castigo.

Un testigo dijo haber escuchado a Cerletti admitir el crimen. También habría entregado una pista sobre la posible motivación. “Le clavé un cuchillo al tipo porque me dijo ‘qué lindo que sos’, me pegó una piña y lo clavé todo”, habría dicho el imputado ante el testigo.

Las filmaciones lo desmienten en relación con la supuesta “piña” de la víctima, a la que en casi toda la secuencia previa se la ve dándole la espalda.

También genera dudas en el equipo de Romero la orientación hacia un “crimen de odio”, vinculado con una orientación sexual.

“Estamos hablando de decenas puñadas y patadas. No es creíble que sea homofóbico”, apuntó un investigador de la causa.

Los investigadores no descartan otro móvil ligado con la venta o el consumo de drogas. Esa opción aparecía vinculada con el hallazgo de dos plantas de marihuana en la casa del detenido.

También se preguntan en la Fiscalía por la vida y el mundo de relaciones en el que se movía Chirinos. Según se informó ayer, nada se sabe y nadie se presentó a pedir por su cuerpo o brindar información de utilidad para la causa.

El informe médico, tras su muerte en una cama del Hospital San Martín, el domingo por la mañana (casi un día después del ataque), dio cuenta de la gravedad de las puñaladas que le dieron en órganos vitales, además de los golpes y patadas que le provocaron, entre otras cosas, el estallido de un globo ocular y la destrucción del intestino.

En el pedido de detención el fiscal Romero apuntó también que aquel reporte desnuda “la saña y la alevosía con la que el sujeto activo facturó el hecho”, “sin que la víctima tuviera posibilidad de oponer defensa”.

Cerletti fue detenido después de que policías de la comisaría segunda que se presentaron en la escena siguieron un goteo de sangre desde donde cayó la víctima, justo enfrente de una casa de sepelios, hasta una casa de 41 entre 2 y 3 que tenía sangre hasta en el picaporte de la puerta. Tocaron el timbre y los atendió un hombre de 62 años que, según la versión oficial, les impidió el ingreso, por lo que pusieron al tanto de la situación a Romero y éste, desde allí mismo, le pidió a Garmendia que valide el registro y eventual detención. “El hombre estaba lavando ropa y destruyendo pruebas de fundamental importancia”, explicó el fiscal en su resolución.

Dentro de la finca aprehendieron a Tomás Cerletti con vestigios “de haber participado de un hecho de sangre y vestigios de sangre en diversas dependencias de la vivienda”.

En el reconocimiento médico legal encontraron “lesiones cortantes en la cara palmar de la primera falange del segundo al cuarto dedo de la mano derecha y esquimosis en la misma extremidad, compatibles con la maniobra” de ataque que se ve en los videos del incidente.

Cámaras de seguridad de la cuadra registraron el ataque desde varios ángulos, lo que permite ver a la víctima parada en una esquina y a un hombre que se le acerca; al parecer intercambian un par de palabras antes de que Chirino cruce la calle seguido de cerca por su atacante. A las 3.42 el primero se da vuelta y el otro arremete con el embate, probablemente una cuchillada, a la que le siguieron unas 39 más. Con la víctima ya caída, el agresor le acierta diez patadas en tres arremetidas, seguidas de una cuarta en la que se acerca como para revisar el cuerpo y se aleja caminando.

Los investigadores se preguntan por el nivel de salvajismo que se aplicó contra la víctima