El Cementerio y la paradoja de ser un Patrimonio Histórico que no se cuida

El Cementerio Municipal es, desde hace tiempo, permanente fuente de quejas de los visitantes. Espacio concebido en la época fundacional de la capital provincial que atesora, entre su traza (réplica del plano platense) y el complejo de bóvedas, una de las principales riquezas edilicias de la Región, su descuido y consiguiente deterioro lo convierten en una postal lastimosa. Destruido en parte por el vandalismo y en parte por la falta de tareas de mantenimiento, su aspecto no parece estar a la altura de la declaración, meses atrás, de “Patrimonio histórico, arquitectónico, ambiental y cultural de la Ciudad”.

Al recorrerlo, se advierte que no hay sector que zafe del mal estado. Las veredas de todo el predio están destrozadas, con baldosas quebradas o directamente faltantes; escombros acumulados al lado de las sepulturas; los bancos de las calles internas rotos y despintados; muchas lápidas levantadas y con los ataúdes a la vista; floreros y flores artificiales desparramados por cualquier lado; cúmulos de pastizales rodeando tumbas; cruces partidas. Todo ese esperpento se observa con una breve caminata que une las parcelas destinadas a las sepulturas, las nicheras, los lugares donde descansan los restos de personas a quienes se les levantó un monumento y la parte de las bóvedas.

Lejos de la imagen ideal

Con la excepción de la primera hilera de bóvedas que aparece no bien se atraviesa el acceso 131 entre 72 y 73, en líneas generales bien mantenidas, el resto no presenta un buen aspecto.

Esas construcciones funerarias levantadas entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, con estilos arquitectónicos definidos y como parte de una atracción turística por los emblemas masónicos que exhiben, muestra del poder de las logias en aquellos años fundacionales, parecen, muchas de ellas, en ruinas. Los pequeños edificios de cemento están sucios, con los vidrios rotos y desmantelados por dentro, con yuyos en su interior y, sobre todo, sin muchas de las placas que alguna vez homenajearon a un ser querido y manos anónimas sustrajeron. Difícilmente se encuentre alguna bóveda sin el blanco del hueco que deja la faltante.

Abierto de 6 a 17, el Cementerio se mantiene cerrado el resto de la jornada con un sistema de cadenas con candados que traban el acceso en los distintos portones que posee el amplio predio. En rigor, entrar a la necrópolis de la Ciudad no ofrece dificultades y es así que sobre todo en las horas de la noche es cuando más actúa el vandalismo que rompe instalaciones y la delincuencia que roba las placas metálicas recordatorias.

Al recorrer el histórico predio se nota que no hay sector que zafe del mal estado

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Existe desde viejos tiempos un sistema de custodia a cargo de cuidadores de bóvedas, fosas y nichos. Es, en realidad, una modalidad de vigilancia informal, pues el acuerdo se establece, cuota de dinero mediante, entre la persona que realiza el mantenimiento y el responsable de las sepulturas. No obstante esos rondines periódicos, se cometen acciones constantes contra los símbolos funerarios.

En las últimas semanas se repitieron los reclamos por las condiciones generales de la necrópolis local y en particular por la poca atención que se le presta a las bóvedas. Mirta Grillo, propietaria de una bóveda que inauguró su abuelo y que guarda los restos de otros familiares contó que dos meses atrás desapareció parte de una de las paredes de mármol de la construcción, quedó el féretro de uno de sus mayores casi a la intemperie. “Después de eso arrancaron una de las placas de bronce, que había sido colocada en 1939”, lamentó la vecina.

Piden informes

El concejal por el partido GEN, Gastón Crespo, solicitó al Ejecutivo municipal que, antes de finalizar el período legislativo 2019, responda el pedido de informes sobre “las condiciones de funcionamiento del Cementerio Municipal presentado el año pasado”.

Durante los últimos 18 meses, según planteó el edil, quedaron en evidencia problemas con los empleados, falta de mantenimiento estructural y nula proyección para la expansión de las plazas a ocupar.

Crespo señaló que “el escaso mantenimiento de los espacios comunes crea una imagen de alto impacto: cañerías rotas, baños clausurados indefinidamente, falta de agua corriente, basura en la mayoría de los sectores y tumbas casi abandonadas son un denominador común en todo el predio”.

El pedido de informes que no obtuvo una devolución por parte del Ejecutivo solicita respuestas sobre preguntas relacionadas con la situación de los empleados del Cementerio, como así también pide que se responda a la cantidad de unidades móviles que pertenecen a esa dependencia, en qué condiciones se encuentra la sala velatoria y si está brindando servicios. Además, un punto específico del proyecto demanda una explicación sobre la seguridad que podría evitar el vandalismo.

En julio del año pasado, como respuesta a una seguidilla de reclamos de los visitantes, desde el Municipio se señaló que se analizaba la posibilidad de mudar la necrópolis estatal a otro predio.

El intendente Julio Garro precisó en ese momento que el Cementerio de La Plata “es de muchísimos años y hace tiempo que se habla en la Ciudad para buscar una alternativa, porque ya prácticamente no tiene más capacidad”.